lunes, 30 de julio de 2018

RENATO GUTTUSO Y " LA VUCCIRIA"


Renato Guttuso (1911-1987), uno de los pintores más importantes y también uno de los más cotizados en el mundo artístico del siglo XX italiano, nació en el seno de una familia acomodada en la localidad siciliana de Bagheria aunque sería registrado en Palermo por problemas administrativos. Estudiante de Bellas Artes en Palermo, a los diecisiete años ya participó con éxito en su primera exposición colectiva. Influido principalmente por Courbet, Van Gogh y Picasso pronto su pintura sería conocida en toda Europa.
Desde sus comienzos, la pintura de Guttuso tiene una fuerte carga de manifiesto social característica del movimiento artístico "Corrente", movimiento formado por un grupo de pintores italianos entre los que él se encuentra y desde el que se pretende criticar la cultura oficial y mantener una fuerte oposición al fascismo que dominará Italia hasta el final de la Segunda Guerra Mundial. Guttuso se afiliará al clandestino Partido Comunista italiano, partido al que sería afín hasta el final de sus días.
Casado en 1947 con Mimisse Dotti a la que amó hasta el final de sus días, su pasión por las mujeres, hizo que le fuera infiel toda su vida, primero con una tal Caria Piro esposa de un político democristiano y luego durante casi 20 años con Marta Marzotto, la esposa de un conde y empresario textil y que sería para él además de su amante, su musa y la modelo a la que retrataría en infinidad de sus lienzos.
Uno de los cuadros por los que es más conocido Renato Guttuso es por este cuadro "La Vucciria".
Escribía Peter Robb en su libro "Medianoche en Sicilia" que: "Llegar al Vucciria saliendo de un callejón estrecho y sinuoso es como salir de entre bastidores al escenario en mitad de la representación" y realmente, no le faltaba razón. Todo el que pasa por la ciudad siciliana de Palermo y visita "La Vucciria", aunque este mercado ya no es lo que era cuando el pintor Renato Guttuso lo plasmó en este lienzo , queda impresionado por el ambiente, el vocerío, los olores y el color que estallan en este antiguo mercado de la carne situado en una de las zonas más deprimidas de la ciudad y sometida hoy día a un lento proceso de rehabilitación.
El cuadro "La Vucciria" al que su amigo Leonardo Sciascia definió como "el sueño de un hombre hambriento", ejerce sobre el espectador una atracción imposible de reprimir y hace que se sienta como uno más de los personajes que recorren ese estrecho pasillo entre puestos atiborrados de pescados, hortalizas, quesos o embutidos mientras los vendedores vocean su mercancia o el carnicero despieza la ternera suspendida de un gancho.
Guttuso fue un pintor realista expresionista pero su pintura está también cargada de símbolos. De "La Vuciria" el dijo que: "Es una naturaleza muerta en la que los seres que por ella se mueven también serán algo muerto algún día. Es un cuadro negro, que parece pintado sobre un fondo negro. Quiero decir, en algún momento, mientras pintaba, me di cuenta de todo lo que contenía, una abundancia de la vida, y al final, un sentimiento destructivo."
En "La Vucciria" varios de los personajes que aparecen en el cuadro son conocidos. Así, el pescadero que sujeta la cabeza del pez espada es el propio Guttuso, la mujer de negro con una bolsa en la mano es su mujer Mimisse y el hombre del jersey amarillo es un escultor amigo de Guttuso. La mujer de espaldas, la figura central del cuadro y sobre la que recae la atención a primera vista del espectador, se trataría de su amante, Marta Marzotto.
Guttuso murió solo y multimillonario en la ciudad de Roma donde vivía y donde tenía su estudio, en el llamado Palacio del Grillo. Su mujer Mimisse había muerto poco tiempo antes y a su amante, la condesa Marta Marzotto, liada con un destacado miembro del partido comunista llamado Lucio Magri, se negó a recibirla antes de su muerte. 
El cuadro de La Vucciria pintado en 1974, fue donado por el pintor a la Universidad de Palermo, pudiéndose contemplar en el Palacio Steri, antigua sede de la Inquisición española y hoy en día, sede del rectorado de la Universidad.

https://www.paviafree.it/storia/l-arte-e-emozione-renato-guttuso-la-vucciria.htmlhttps://www.corazonblanco.com/obras_del_pintor_renato_guttuso_2-fotos_del_real_madrid-igfpo-10473927.htm
http://desdeelotroladodelcuadro.blogspot.com.es/2012/01/la-vucciria-renato-guttuso.html
https://wearepalermo.com/news/vucciria-sicilian-painter-guttuso/

miércoles, 11 de julio de 2018

PABLO PICASSO...MUJER EN AZUL


La historia de este cuadro "Mujer en azul" es un poco extraña, con su lado oscuro y desconocido.
Picasso lo pintó en los primeros meses de 1901, cuando apenas contaba 20 años. Había llegado a Madrid en enero de ese mismo año después de haber pasado una temporada en París y en Barcelona con su íntimo amigo y compañero de correrías, el poeta y pintor catalán, Carlos Casagemas, el cual, una vez pasadas las Navidades juntos en Málaga en la casa del pintor malagueño, se había vuelto a París.
Picasso montaría en la calle Zurbano, en un antiguo y gigantesco almacén o granero, su estudio madrileño en el que comenzaría a pintar cuadros muy coloristas como lo son su "Mujer en azul" ,en el que se aprecian las influencias de los postimpresionistas que había conocido en París, principalmente de Toulouse Lautrec así como del nabi, Pierre Bonnard y también del catalán, Isidre Nonell, con quien había compartido estudio en París unos años antes en 1897. Muchos de estos cuadros los pintará sin modelos conocidas según relata Pío Baroja en sus memorias: "Pablo Picasso, cuando estuvo en Madrid, había tomado un estudio en la calle de Zurbano, y se dedicaba a pintar de memoria figuras de mujeres de aire parisiense, con la boca redonda y roja como una oblea". Con Pío Baroja, así como con Miguel de Unamuno y otros intelectuales del Madrid de principios de siglo, entablará una relación fluída a través de la revista "Arte Joven" una revista que Picasso funda a instancias de su amigo Francisco de Asís Soler, el cual le ha hecho venir a Madrid con el fin de intentar implantar en la capital esa tendencia artística denominada modernismo y que avanzaba desafiante en Barcelona frente al clasicismo imperante en Madrid.
No aguantará mucho tiempo Picasso en Madrid. Hacia finales de febrero recibe la noticia de que su amigo Casagemas se ha suicidado pegándose un tiro en el café "La Rotonde" de París al no poder soportar la depresión que sufría tras el abandono de una tal Germaine, una bailarina del Moulin Rouge y de la que estaba profundamente enamorado. Esta noticia produce una gran conmoción a Picasso que afectará de manera significativa a su obra posterior. Por otra parte, su trabajo en la revista "Arte Joven" no logra tampoco saciar su mundo interior a pesar de sus colaboraciones como pintor y dibujante en los tres primeros números de la misma. Todo esto, unido al gélido invierno madrileño que hace imposible calentar el destartalado estudio de Zurbano, hacen que Picasso marche de Madrid a principios de mayo con destino a París para no regresar ya nunca más a la capital de la que nunca guardará buen recuerdo. Antes de marchar a París presentará en abril su "Mujer en azul" en la Exposición Nacional de Bellas Artes en la que no obtiene gran éxito aunque, recibe una mención honorífica por dicha obra, mención que Picasso no acudirá a recoger dejando también abandonado en la sala de la Exposición este cuadro, un cuadro considerado el preludio de su llamada "época azul".
Olvidado por su autor, "Mujer en azul" es enviado a algún almacén dependiente de Bellas Artes y allí dormirá durante más de cincuenta años hasta que en 1954 es descubierto en los fondos del entonces Museo Nacional de Arte del Siglo XX por el recién nombrado director del mismo, Enrique Lafuente Ferrari, un eminente profesor de Bellas Artes y un estudioso de la obra de Goya y Picasso y que quedará sorprendido al encontrase con un cuadro en el que descubre la firma de un tal "P. Ruiz Picasso", tal y como firmaba el malagueño antes de realizar esta obra a partir de la cual firmaría únicamente como "Picasso". Incorporado al museo pasará posteriormente, en 1974, a la colección del Museo Español de Arte Contemporáneo y en 1988 a la del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, Madrid donde se puede contemplar en la actualidad.
De "Mujer en azul" no se conoce la identidad de la modelo. Pudo haber sido pintado de memoria, como decía Baroja, o pudo haber posado para él una cortesana o prostituta elegantemente vestida a la usanza de la sociedad aristocrática del Madrid de principios de siglo, con su amplia y adornada falda velazqueña sobre la que cae la faja verde anudada a su cintura y con un enorme lazo azulado en forma de mariposa, que enmarca un rostro apenas detallado y en el que destacan esos labios rojos que nos recuerdan a los de las prostitutas que pintaba Lautrec deambulando por el Moulin Rouge.
Cortesana o no, a sus ciento y pico años luce magnífica después de que los trabajos de restauración hayan eliminado esos barnices amarillentos que mezclados con los azules verdeaban su imagen. Si pudiera hablar, a pesar de los más de cincuenta años pasados en la oscuridad, esos labios tan llamativamente coloreados nos contarían historias que nos encandilarían y asombrarían pero.....esas pertenecen a su secreto mundo del que solo podemos imaginarnos algo desde este lado del cuadro.

http://thewomangallery.com/pablo-picasso-1881-1973/
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miércoles, 4 de julio de 2018

PAUL SÉRUSIER...L’AVEN AU BOIS D'AMOUR’ (LE TALISMAN)



No se puede hablar de los "Nabis", el grupo pictórico nacido en Paris a finales del siglo XIX sin contar la pequeña historia ( bastante conocida seguramente por muchos ) de este, también pequeño, cuadro. 
Cuentan los biógrafos e historiadores que en el verano de 1888, Paul Serusier (1864,-1927), un joven estudiante de Bellas Artes en la famosa "Academie Julian" de París, decide marchar a Pont-Aven, localidad de la Bretaña francesa, para pasar unas semanas en contacto con todos los pintores que se reúnen en ese pueblo desde hace ya más de dos décadas huyendo de los calores de la capital, y atraído principalmente por las noticias de la escuela que allí han creado los pintores Paul Gauguin y Emile Bernard, una escuela caracterizada por una ruptura con los cánones academicistas y el uso libre del color, así como, por una búsqueda cada vez más sencilla en la forma de expresar lo que ven con una temática que se mueve entre el impresionismo y el simbolismo.
En Pont-Aven, Paul Serusier toma contacto con Gauguin que está ya a punto ese verano de abandonar este lugar para marchar hacia Arlés en busca de la paz que ya no encuentra en Pont-Aven debido a la numerosa presencia de pintores que allí se concentran y que hacen que esta localidad ya no sea el agradable lugar que Gauguin había descubierto en su primera visita en 1886.
La relación de Serusier durante ese verano con Gauguin y Bernard se hace muy intensa a nivel personal y sobre todo pictórica. Allí descubre Serusier en las sesiones de pintura al aire libre, el "cloisonnisme" un estilo iniciado ya por ambos pintores en el verano de 1886 y caracterizado por la disposición de superficies planas llenas de colores vivos y puros, en una forma parecida a la de los vitrales de colores así como por la influencia de la estampa japonesa consistente en la representación de grandes espacios monocromos limitados por un reborde oscuro que acentúa las pinceladas de colores vivos. 
Será en una de estas sesiones a "plein air" realizadas a las afueras de Pont-Aven, en un bosque de hayas conocido como el "Bois d’Amour" (el bosque del amor) y a orillas del río Aven donde, mientras Emile Bernard retrata a su hermana Madeleine, conocida como la "musa mística de Pont-Aven", Gauguin entregará una pequeña plancha de madera a Serusier para que este pinte en ella un detalle del paisaje que les rodea. 
Según relataría Serusier a sus amigos de la "Academie Julian" a su regreso a París, el propio Gauguin le fue indicando como debía pintar aquel cuadro: "¿Cómo ve Ud esos árboles. Son amarillos, en este caso use el amarillo. Esta sombra resulta más bien azul; píntela de azul marino puro. ¿Estas hojas son rojas? Póngalas en color bermellón" 
El resultado fue el cuadro que hoy contemplamos. Una pequeña tablilla de tan solo 21 centímetros de ancho y 27 de alto en la que a primera vista el espectador no distingue las formas de la composición y solo visualiza una serie de manchas de color que salpican la madera pero en la que, cuando se observa con atención, aparece ante nuestros ojos ese río que llena casi todo el cuadro y en cuyas aguas se reflejan el antiguo molino azul y esos árboles amarillos que provocan una auténtica explosión de color. El cuadro cumple los consejos que el propio Gauguin le daba a su amigo y pintor Emile Schuffenecker ese mismo verano: "No copies demasiado a la naturaleza, el arte es una abstracción, extráelo de la naturaleza, meditando ante ella y pensando más en la creación que en el resultado.....". La obra es un preludio del arte abstracto del que Wassily Kandinsky será pionero dos decenios después.
A su regreso a París, Paul Serusier enseña el cuadro a sus amigos y estos quedan asombrados ante esta obra decidiendo adoptar en su estilo las pautas seguidas en la misma y a la que denominarán "El talismán". De esa reunión celebrada en la "Academie Julian" surgirá el grupo de los "Nabis", un término derivado de la palabra hebrea "nebiim", que significa "profeta", y adoptado en honor de Serusier al que consideran el profeta del arte. El grupo quedaría formdo en un principio por el propio Serusier, Pierre Bonnard, Henri-Gabriel Ibels, René Piot, Paul Ranson, Edouard Vuillard y Maurice Denis, el alma espiritual y teórica del grupo, grupo al que se añadirían más adelante otros pintores. El propio Maurice Denis reflejaría en su manifiesto publicado en 1890 en la revista "Art et Critique" el sentimiento del grupo: "Se rappeler qu’un tableau, avant d’être un cheval de bataille, une femme nue ou une quelconque anecdote, est essentiellement une surface plane recouverte de couleurs en un certain ordre assemblées" (Recordar que un cuadro, antes de ser un caballo de batalla, una mujer desnuda o cualquier otra anécdota, es esencialmente una superficie plana recubierta de colores mezclados con un cierto orden). 
Hay una pequeña curiosidad sobre este cuadro comentada al parecer por el propio Serusier a sus amigos y de la que se hacen eco prestigiosos historiadores como es el caso de la académica y especialista en arte francés de finales del siglo XIX, la inglesa Belinda Thomson y es la relativa al apunte acerca de "El talismán" en el que se dice que fue pintado sobre la tapa de una caja de puros. Sobre esta anécdota el Museé d’Orsay, lugar donde puede contemplarse este cuadro, no indica nada al respecto en la ficha del mismo, ficha en la que si consta que en la trasera del cuadro figura la fecha de 1888 y la anotación de que este cuadro fue pintado por Paul Serusier siguiendo las indicaciones de Paul Gauguin.

http://bencheng.org/peinture-d-interieur-avec-modele-de-peinture-sur-toile/peinture-d-interieur-avec-modele-de-peinture-sur-toile-belle-severine-peugniez-creations-septembre-2015/
http://desdeelotroladodelcuadro.blogspot.com.es/search?updated-max=2013-01-03T21:25:00Z&max-results=20