viernes, 10 de abril de 2020

EL EXPRESIONISTA OSKAR KOKOSCHKA Y LA NOVIA DEL VIENTO


Oskar Kokoschka creció en el circulo de Klimt y la Secesión vienesa, y debió sus primeros progresos al arquitecto Loos. Se convirtió en uno de los retratistas de seres humanos mas sutiles que ha visto este siglo. Sus primeros retratos tenían una misteriosa clarividencia, y justifican que los comentaristas los describieran, de forma algo patética pero correcta, como imágenes en rayos X del alma y el carácter humanos. Sin duda, la propia inquietud atormentada del artista, reflejo de la inquietud de la época, tuvo su papel, pero esto no basta para explicar por qué los retratos tienen el aspecto de alucinaciones pintadas.     
Los modelos de Kokoschka a menudo se negaban a reconocer parecido alguno con sus retratos. "Un día me pidió si podía dibujarme",comentó una de sus "víctimas" en el diario Kunstblatt en 1918 . "El cuadro quedó terminado en veinte minutos, pero ¡vaya cuadro! . "Tres meses de cárcel no me habrían parecido demasiado a cambio del daño que causó a mi buen nombre y reputación". El dibujo se publicó en Sturm, que era la principal publicación artística de vanguardia del momento.Lo publicó Herwarh Walden, un apasionado defensor del modernismo en cualquiera de sus formas que había empezado su carrera como poeta y compositor. Walden había llevado a Kokoschka a Berlín en 1910. Probablemente también fué el quien acuñó el término genérico de "expresionismo", y por primera vez un nuevo movimiento recibía un nombre sin una intención despectiva.       


El profesor Auguste Forel, el famoso experto en ciencias naturales suizo de quien Kokoschka pintó un retrato todavía mas famoso en 1910,fue otro m odelo insatisfecho. Fueron sobre todo el ojo derecho "muerto" en el rostro abrumado por la inquietud del erudito y sus manos "convulsas" lo que causaron su indignación. Al cabo de dos años, Forel sufrió un ataque que lo llevó a la parálisis de un lado del cerebro,Kokoschka,con la "doble vista" de su nerviosa sensibilidad, había previsto el desastre de forma bastante inconsciente . 
Otro hombre al que retrató, el crítico y ensayista Peter Scher, contó que en la sesión de pincel de Kokoschka había penetrado en la superficie de su cara, y había reproducido el rostro sombrío de un convicto.Años atrás Scher se había "posado" en efecto en un contexto mucho mas desagradable, como lo es la cárcel, a la que fué condenado por insultar a un ministro y donde tuvo que tejer esteras de junco.Scher no había contado a Kokoschka nada sobre el episodio,pero el artista lo supo cuando el retrato estuvo acabado.


Por esa época Gustav Malher componía sus sinfonías monumentales y brillantemente disyuntivas,que hacia alusión al pasado y a la vez anticipaban el futuro.Hugo von Hofmannsthal invocaba triste pero clarividentemente la acida de la monarquía austro-húngara en el corazón de Europa. Arthur Schnizler,siguiendo siguiendo los pasos de Sigmund Freud,describía el "vasto país" de la psique humana.Estaba surgiendo la extática obra temprana de Arnold Schönberg, mientras que el público eliminaba sus inquietudes sobre el estado moribundo del Imperio con la encantadora compañía de "dulces doncellas" en la opereta. Hay que tener conciencia de su contexto histórico para entender las particularidades de Kokoschka, que lo distinguieron de todos los otros expresionistas.
La penetración psicológica y la nerviosa agitación de las primeras obras maestras en el arte del retrato tienen una correspondencia en la técnica empleada  empleada. La capa de pintura es fina,la combinación de colores es atenuada. El pincel se ha utilizado para inscribir las líneas entretejidas y misteriosamente resplandecientes en la superficie pictórica, y zonas enteras se han aplicado con los dedos y las manos: Kokoschka llegaba debajo de la piel en mas de un sentido. Que el resultado es un "arte expresivo" está claro.Pero la capacidad sofisticada del estilo de Kokoschka,constituye un profundo contraste con el neoimpresionismo y la distorsión despiadada de los artistas alemanes.



El austriaco era un pintor apasionado. La medida en que sufría por sus propios defectos y por la fragilidad de la época, por la lucha entre eros y razón, so puede ver en el asunto de la muñeca, que empezó en 1920, cuando Kokoschka era profesor en la Academia de Dresden. Tenía un maniquí manufacturado de tamaño natural basado en los principios de la anatomía humana. ëste debía de servirle de acompañante en todo momento, e ir con él a cualquier sitio donde fuera, incluso al teatro.Cualquiera que haya visto los retratos de Kokoschka se dará cuenta de que este episodio fue un extravagante ataque de depresión,originado por sus amargas decepciones en el amor y por un sentimiento de terrible soledad . Los antecedentes fueron como sigue: a pesar de ser un pacifista, Kokoschka se enroló como voluntario en la guerra . Era la única forma de escapar de Viena y de la atormentadora Alma Mahler, musa de artistas y después esposa del arquitecto Walter Gropius y del escritor Franz Werfel. Hija del paisajista vienés Emil Jakob Schindler, Alma estaba casada entonces con Gustav Mahler. La relación con su tan admirado esposo, mucho mayor que ella, que además murió prematuramente, no satisfacía a la bella y apasionada mujer.
Entonces conoció a Kokoschka. Los años que pasó con el fueron "una larga y violenta guerra amorosa" ,escribió la compañera de tantos grandes hombres en sus memorias.  



El resultado de esta guerra amorosa fue retratado por Kokoschka, destilado en el símbolo de la eterna lucha entre los sexos,que él consideraba predeterminada por el destino. El cuadro se llama "La novia del viento", en alemán el término significa,"torbellino" o "huracán" . La mujer, que guarda con Alma Mahler la similitud de un retrato, yace dormida con el cuerpo medio echado hacia un lado, medio reclinado sobre el hombre insomne. Sus ojos miran fijamente al vacío desde las profundas órbitas; el rostro está hundido, la piel se extiende como pergamino sobre el cráneo y cuelga en girones del cuerpo, que parece descomponerse.La extraña escena se desarrolla en un espacio infinito e indeterminado a través del cual la pareja da vueltas como si hubiera caído en un remolino. Como en el arte romántico, el amor y la muerte aparecen aquí como hermanos,pero el mensaje subyacente no es "muerte y transfiguración" sino horror y condenación. Como demuestran las formas febrilmente curvilíneas y las curvas pinceladas, este artista es realmente un hijo tardío del barroco, una época que fue más consciente de la naturaleza equívoca de la existencia humana, de su fragilidad y su pánico mortal de lo que tal vez conozca un público únicamente familiarizado con la opulencia mundana de las festividades y la óperas barrocas. No solo el manierismo espiritual de El Greco,sino también el arte simbolista contribuyeron a la obra mas importante de Kokoschka,que augura cambios estilísticos significativos. Los elementos lineales, gráficos, perderán importancia, y la pintura, en lugar de ser diluida hasta adquirir una fluidez de acuarela, se aplicará en un denso impasto, aunque no se igualará el brillo de los cuadros expresionistas franceses y alemanes ni se deseará hacerlo. Los acordes cromáticos de Kokoschka tienen una sutileza y una reserva mas propias del simbolismo.



Denunciado por los nazis como degenerado,Kokoschka emigró a Inglaterra, donde se sintió tan incomprendido como durante sus primeros años en Viena.
Pintó apasionadas llamadas a la conciencia de la humanidad, que son conmovedoras desde el punto de vista humano,pero no siempre estéticamente.

Bibliografía: 
Karl Ruhrberg
Manfred Schneckenburger
Christiane Freche
Klaus Honnef
Edic. Ingo F. Walther