Esta obra de arte será una vez más protagonista, aunque esta
vez de forma musical, pues como saben la Banda de la Asociación de Amigos de la Música de Yecla estrenó a
nivel mundial la pieza musical del mismo nombre, compuesta para la
ocasión por el compositor holandés Alexander Comitas y dedicada a la
Banda de la Asociación y a su director D. Ángel Hernández Azorín.
En este artículo y para comprender mejor la inspiración de la pieza musical conocemos más de cerca a El Greco y el contexto artístico de este cuadro.
En este artículo y para comprender mejor la inspiración de la pieza musical conocemos más de cerca a El Greco y el contexto artístico de este cuadro.
En cuanto al Greco y su estilo ya Goya y, después de éste, Picasso y otros autores, verían al Greco como el primer impresionista, al primero en ser capaz de dar con dos pinceladas forma a un rostro. Para él pintar no era dibujar y colorear: era dar volumen y dar forma.
Doménikos estudió pintura en Creta, su isla natal, convirtiéndose en pintor de iconos, antes de trasladarse a Venecia, donde trabajó en el taller de Tiziano, y después en Roma, donde estudió las obras de Miguel Ángel.
Finalmente se estableció en Toledo en 1577. El Greco desarrolló su peculiar estilo y la mayor parte de su trayectoria artística en tierras españolas, influenciado por el fervoroso ambiente religioso de la misma.
Se le considera el máximo exponente del manierismo pictórico español. Sus figuras alargadas, pintadas con pinceladas fluidas parecen criaturas inmateriales, carentes de solidez física, e inspiradas en una intensa espiritualidad. A ello hay que añadir su paleta originalísima, de colores fríos, consiguiendo efectos sorprendentes con los rojos, los azules y en particular los blancos, de una rara intensidad y nitidez.
La obra cumbre y más admirada de El Greco es "El Entierro del Conde de Orgaz", éste es el nombre por el que se conoce el cuadro, y así se le denomina en la mayoría de los libros de arte, aunque su título verdadero es "El Entierro del Señor de Orgaz".
El Entierro del Conde de Orgaz,
fue un encargo hecho en marzo de 1586 por D. Andrés Núñez, párroco de
la Iglesia de Santo Tomé. Con el paso del tiempo, después de dos siglos y
medio de la muerte de Don Gonzalo Ruiz, el párroco reconstruyó la
capilla de la Concepción en que está su sepulcro, la coronó con una
cúpula, y encargó al mejor pintor de la ciudad (El Greco), un cuadro que
rememorara el milagro del entierro del caballero cristiano, benefactor
de este templo, para que presidiera la recién remodelada capilla.
Según cuentan, El Greco firmó el encargo del cuadro con el compromiso de terminarlo en nueve meses, plazo que no se cumplió ya que el cuadro se entregó en la primavera de 1588.
En el contrato del encargo se especificaba de forma muy detallada la composición que debía tener la parte inferior del cuadro:
"... una procesión de cómo el cura y los demás clérigos estaban haciendo los oficios para enterrar a don Gonzalo... y bajaron San Agustín y san Esteban a enterrar el cuerpo de este caballero, el uno teniéndole de la cabeza y el otro de los pies, echándolo en la sepultura, y fingiendo alrededor mucha gente que estaba mirando, y encima de todo esto se ha de hacer un cielo lleno de gloria. "
También se indicaban en el contrato las dimensiones de la pintura y se indicaba que la pintura debía ir...
"... desde arriba del arco hasta abajo y todo se ha de pintar en lienzo hasta el epitafio que está en la dicha pared..."
El pago de la obra se haría tras una tasación, debiendo acabarse la pintura para Navidad de ese mismo año. El trabajo se alargó por más tiempo, entregándose en primavera de 1588. Fue tasada por Luis de Velasco y Hernando de Nunciva en 1.200 ducados, cantidad que pareció excesiva al párroco, en comparación con los 318 del “Expolio” de la Catedral o los 800 del “San Mauricio” de El Escorial. Al no llegar a un acuerdo tuvo que intervenir el Consejo Arzobispal, que determinó que se pagaran los 1.200 ducados de la primera tasación.
Según cuentan, El Greco firmó el encargo del cuadro con el compromiso de terminarlo en nueve meses, plazo que no se cumplió ya que el cuadro se entregó en la primavera de 1588.
En el contrato del encargo se especificaba de forma muy detallada la composición que debía tener la parte inferior del cuadro:
"... una procesión de cómo el cura y los demás clérigos estaban haciendo los oficios para enterrar a don Gonzalo... y bajaron San Agustín y san Esteban a enterrar el cuerpo de este caballero, el uno teniéndole de la cabeza y el otro de los pies, echándolo en la sepultura, y fingiendo alrededor mucha gente que estaba mirando, y encima de todo esto se ha de hacer un cielo lleno de gloria. "
También se indicaban en el contrato las dimensiones de la pintura y se indicaba que la pintura debía ir...
"... desde arriba del arco hasta abajo y todo se ha de pintar en lienzo hasta el epitafio que está en la dicha pared..."
El pago de la obra se haría tras una tasación, debiendo acabarse la pintura para Navidad de ese mismo año. El trabajo se alargó por más tiempo, entregándose en primavera de 1588. Fue tasada por Luis de Velasco y Hernando de Nunciva en 1.200 ducados, cantidad que pareció excesiva al párroco, en comparación con los 318 del “Expolio” de la Catedral o los 800 del “San Mauricio” de El Escorial. Al no llegar a un acuerdo tuvo que intervenir el Consejo Arzobispal, que determinó que se pagaran los 1.200 ducados de la primera tasación.
El cuadro representa el entierro de Don Gonzalo Ruiz de Toledo, Señor de Orgaz, que no Conde, que tuvo lugar en 1323.
Este noble toledano vivió a caballo de los siglos XIII y XIV, y tuvo especial relevancia por sus obras de caridad y por las donaciones que hizo a las instituciones eclesiásticas de la ciudad.
Gracias a la ayuda de Don Gonzalo, los monjes agustinos que vivían en la Parroquia de San Esteban, a orillas del Tajo, consiguieron trasladarse al lugar donado por el noble para construir allí una nueva iglesia.
Cuando murió Don Gonzalo en el año 1323 pidió ser enterrado en su parroquia, la de Santo Tomé. En el momento de enterrar su cuerpo en la fosa, aparecieron milagrosamente San Esteban y San Agustín para depositarle, siendo éste el momento milagroso que el párroco de la Iglesia de Santo Tomé mandó plasmar al pintor.
MOTIVO Y SIGNIFICADO DEL CUADRO
Como
el nombre del cuadro indica, se plasma el momento del Entierro del
Señor de Orgaz. La composición se desdobla en dos escenas: una
terrestre, la inferior, en la que se entierra al caballero, y otra
celestial, en la mitad superior, en la que su alma sube al cielo según
la tradición cristiana. Son dos secciones que se diferencias incluso en
aspectos relativos a la técnica pictórica.Teniendo en cuenta que el cuadro se pintó en 1586, los rostros de las personas que contemplan el milagro, se corresponden con los de toledanos ilustres de la época del Greco.
Siguiendo lo estipulado en el contrato, El Greco representó en la parte inferior del cuadro un cortejo de caballeros y nobles que acuden al entierro y rodean a San Esteban y San Agustín, los cuales sostienen el cuerpo del Señor de Orgaz para depositarlo en un sepulcro.
El Greco refleja su propia época, en lugar de situar la escena en los tiempos en que murió el Señor de Orgaz. Dado que debía incluir en el cuadro muchos personajes en la parte inferior del cuadro, conforme a las especificaciones que se habían hecho en el contrato, aprovechó para retratar a conocidos y amigos suyos, e incluso a sí mismo y a su hijo, que presencian así, el entierro del Señor de Orgaz.
PERSONAJES REPRESENTADOS
En la parte terrenal, el Greco nos mira de frente, casi escondido entre los demás asistentes al entierro, mientras su hijo nos señala el milagro.
También aparecen:
El Conde de Orgaz de esa época, Don Juan Hurtado de Mendoza y Guzmán, que aparece entre los dos santos, gesticulando con las manos y vestido como caballero de la Orden de Santiago.
El párroco de Santo Tomé que hizo el encargo del cuadro, D. Andrés Núñez de Madrid, aparece a la derecha revestido de rica capa recitando las preces funerarias.
De espaldas Don Pedro Ruiz Durón, mayordomo de la parroquia de Santo Tomé.
A la izquierda tres frailes: un franciscano y un agustino (tal vez Fray Luis de León) y un dominico (o trinitario).
Debajo un niño, Jorge Manuel, hijo de El Greco, en cuyo pañuelo lleva la firma de su padre.
Francisco de Pisa, o Diego de Covarrubias (clérigo íntimo del Greco), y el resto de personajes asombrados, mirando a un lado y a otro tras ver lo que ocurre.
Y en el centro el Señor de Orgaz, con armadura de caballero, en cuya pechera se refleja el busto de san Esteban, al igual que las ricas ropas litúrgicas.
En general, hay un especial esmero por representar a estos personajes siempre con la indumentaria de la época y ésta siempre representando el rango social de cada personaje. Así, el señor de Orgaz está ataviado con armadura de caballero castellano. Al igual, la nobleza y el clero según su época.
En la siguiente imagen se aprecian cada uno de los personajes del la parte terrenal:
A medio camino entre el Cielo y la
Tierra encontramos a un ángel que transporta en sus manos una especie de
crisálida, símbolo del alma del Señor de Orgaz. Y que está entrando a
través de unas nubes que asemejan un útero materno.
En la parte celestial, Jesucristo aparece como Juez del alma que llega. Dentro de su haz de luz se representa a la Virgen María y a San Juan Bautista; después, dos apóstoles mártires: Santiago y San Pablo; seguidos del resto de apóstoles.
En esta segunda fila de apóstoles destacan dos figuras: la de Santo Tomás, y el rostro de Su Majestad Felipe II. Y detrás de los apóstoles, santos y santas de Dios.
Debajo de San Pedro y San Juan aparecen tres figuras del Antiguo Testamento: el Rey David con el arpa, Noé con el arca, y Moisés con las tablas.
En la siguiente imagen se aprecian cada uno de los personajes del la parte celestial:
En la parte celestial, Jesucristo aparece como Juez del alma que llega. Dentro de su haz de luz se representa a la Virgen María y a San Juan Bautista; después, dos apóstoles mártires: Santiago y San Pablo; seguidos del resto de apóstoles.
En esta segunda fila de apóstoles destacan dos figuras: la de Santo Tomás, y el rostro de Su Majestad Felipe II. Y detrás de los apóstoles, santos y santas de Dios.
Debajo de San Pedro y San Juan aparecen tres figuras del Antiguo Testamento: el Rey David con el arpa, Noé con el arca, y Moisés con las tablas.
En la siguiente imagen se aprecian cada uno de los personajes del la parte celestial:
Parte celestial del cuadro
http://www.santotome.org/
http://domuspucelae.blogspot.com.es/
http://www.villadeorgaz.es/orgaz-conde-cuadro.htm
http://www.artehistoria.jcyl.es/v2/obras/1699.htm
http://www.revistadiapason.com/reportajes/colaboraciones/el-entierro-del-conde-de-orgaz.html
http://www.revistadiapason.com/images/cuadro_720.jpg
image: http://www.revistadiapason.com/images/parte-terrenal-entierro-del-conde-de-orgaz-zon_720.jpg
image: http://www.revistadiapason.com/images/parte-celestial-entierro-del-conde-de-orgaz-zo_720.jpg
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