Copia romana de un original griego del siglo II a.C. La imagen de Ariadna, hija del rey Minos de Creta, abandonada por Teseo en Naxos y esperando dormida la llegada de Dioniso, fue tratada muchas veces en el arte griego, siendo el prototipo más famoso el que aquí se reproduce, sin duda obra de un taller rodio o asiático para el adorno de un jardín o una fuente. La riqueza de los pliegues y la grandiosidad de las proporciones reflejan la tradición de Pérgamo y recuerdan los frontones del Partenón. Esta obra fue restaurada en el siglo XVII por el taller de Gianlorenzo Bernini. Ariadna aparece tumbada, dormida en la playa de Naxos, donde Teseo la acaba de abandonar tras la aventura del minotauro. Allí la descubrió Dioniso enamorándose de ella y haciéndola su esposa. Técnica de paños mojados que recuerda a Fidias y sitúan la figura ya al principio del helenismo tardío o neoaticismo, que comienza hacia 150 a.C. En la época de Cristina de Suecia era identificada como Cleopatra,por su emejanza a la estatua del Vaticano. Esta obra fue restaurada en el siglo XVII por el taller de Gianlorenzo Bernini. El original perdido de esta Ariadna se situa en el siglo II a.C. Esta obra constituye una perfecta síntesis entre el lenguaje pergaménico y el naciente clasicismo en torno al 150 a.C. en un taller que hemos de situar en Pérgamo ó bien en Rodas.
(Texto extractado de Elvira Barba, M.A.: Escultura clásica. Guía, Museo Nacional
del Prado, 1999.
https://www.museodelprado.es/coleccion/obra-de-arte/ariadna-dormida/0bde93b6-77f3-4652-95bd-5a40ab444e60
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