Michelangelo Merisi da Caravaggio nació el 28 de septiembre de 1573, en Milán, Italia.
Considerado como el primer gran pintor barroco,
inició su aprendizaje a los once años en el taller de un discípulo
manierista de Tiziano Paterzano, para el que trabajó cuatro años.
La utilización de modelos populares para pintar sus primeras obras profanas y posteriores composiciones religiosas atrajo la atención de la Contrarreforma por su realismo directo.
Fue asimismo muy importante su utilización del claroscuro para imprimir dramatismo en sus obras.
Aunque la utilización de un intenso claroscuro y de personajes cotidianos como modelos había surgido ya durante el siglo anterior en el arte del norte de Italia, Caravaggio aportó intensidad dramática y sentido devocional a su pintura, contribuyendo al origen del barroco en Roma.
A excepción de sus primeros años, su producción fue casi exclusivamente religiosa, aunque a menudo escandalizaba a sus clientes que rechazaban su obra, uno de los motivos, el realismo de sus figuras religiosas como ya hemos citado, la utilización como modelos de personas de la más baja condición social.
En “La Flagelación”, realizó una composición de cuerpos en claroscuro con un Cristo en movimiento de total abandono y de una belleza increíble.
Para el “San Juan Bautista con el carnero”, eligió a un joven de mirada provocativa y postura lasciva, se dijo que se trataba de uno de sus amantes.
Sin embargo la que produjo mayor escándalo para la iglesia fue su “Muerte de la Virgen”, por la representación enormemente realista del cuerpo de la Virgen, con el vientre hinchado, acompañado de sulfurosos rumores según los cuales, el modelo habría sido el cadáver de una prostituta embarazada que había muerto ahogada en el Tíber.
Su forma de representar a los santos con rasgos vulgares, de golfos procedentes de los bajos fondos fue juzgado incompatible con los valores de pureza y de santidad aristocrática que pretendía transmitir la Iglesia de aquella época.
Este sentimiento se reforzó por la elección de Caravaggio de preocuparse enormemente por el realismo en la ejecución de sus figuras, el siempre rechazó corregir las imperfecciones de sus modelos para representarlos más “bellos” o de un modo más acorde a las visiones que la Iglesia tenía de sus santos.
Otro ejemplo es su primera versión de “San Mateo y el ángel”, que fue rechazada no sólo por la sensualidad del ángel, que fue juzgada como trivial, sino también por la suciedad de los pies del santo, minuciosamente reproducida del modelo.
A pesar de que sostenía que la naturaleza era su único maestro, es obvio que estudió y asimiló los estilos de los maestros renacentistas, especialmente el de Miguel Ángel.
El impacto de Caravaggio fue decisivo en el arte de su época.
No tuvo discípulos directos, pero a lo largo del siglo, y durante todo la época del barroco, tanto en Italia como en otros países europeos, floreció una escuela derivada de su estilo naturalista, qué constituyó una fuerte tendencia, “El caravaggismo”.
Sus seguidores más notables, catalogados como “caravaggistas” fueron: Orazio Gentileschi, la hija de este Artemisia Gentileschi, que estuvo muy cerca de Caravaggio, y Annibale Carracci; de la escuela de Nápoles: Battistello Caracciolo y Carlo Sellitto. Los conocidos como “caravaggistas de Utrecht”: Hendrick ter Brugghen, Matthias Stomer, Andries Both y Dirck van Baburen, entre otros.
En la siguiente generación: Pedro Pablo Rubens (que realizaría una copia de “El entierro de Cristo”), Rembrandt y Diego Velázquez.
Décadas más tarde, su obra inspiró en influenció la obra de los franceses Georges de La Tour y Simon Vouet, y del español José de Ribera, “El Espagnoleto“.
La noche del 29 de mayo de 1606, mató, probablemente por accidente, a un hombre llamado Ranuccio Tomassoni. Anteriormente, sus mecenas le habían protegido de posibles acciones judiciales en su contra, siempre causadas por riñas, sin embargo esta vez fue distinto. Con una orden de detención dictada contra él, y fuera de la ley, hubo de huir a Nápoles, habían puesto precio a su cabeza.
En 1608 se vio nuevamente envuelto en otra disputa, y en 1609 en otra en Nápoles, al parecer por un atentado de sus enemigos. Tras estos incidentes, su carrera fue decayendo, que le hizo caer en una depresión que le llevó a la muerte en dos años.
Cuando llegó la contrarreforma, nació la necesidad de crear más iglesias para difundir la doctrina, por lo que las pinturas fueron imprescindibles para su decoración. La Contrarreforma necesitaba buscar un nuevo arte que expresase de mejor forma la doctrina católica en contraposición al protestantismo, se tomó como base el naturalismo, en la que combinó figuras cerradas con la observación física, dramática y teatral de los objetos, a lo que sumó el aprovechamiento del claroscuro, es decir, el uso de luces y sombras.
Su fama continuó en declive tras su muerte, y fue eclipsada por otros pintores de su época como Poussin, Rubens o Rembrandt, si bien todos ellos acusaron su influencia en mayor o menor grado.
Sin embargo, fue ya en el siglo XX cuando su figura volvería a recobrar importancia al estudiarse nuevamente el arte barroco italiano tras lo que se pudo apreciar nuevamente al manierismo, y con él a Caravaggio. Andre Berne-Joffroy, secretario de Paul Valéry, dijo acerca de él: “Caravaggio comenzó con su arte algo simple, la pintura moderna”.
Enfermo de malaria, falleció el 18 de julio de 1610, en Porto Ercole, Toscana, Italia.
En España hay varias obras de Caravaggio, las más notables: “David” en el Museo del Prado, y “Santa Catalina de Alejandría” en el Museo Thyssen Bornemisza de Madrid.
http://trianarts.com/michelangelo-merisi-da-caravaggio-el-origen-del-barroco/