Observen si este Compromiso históricamente será importante que cuando en los años 20 hicieron la plaza de España de Sevilla para la Exposición Iberoamericana del 29 y dedicaron un banco de cerámica a cada una de las provincias españolas, fue la imagen que se consideró más representativa de la historia de la provincia de Zaragoza, y se colocó en el respaldo.
Acta notarial original de la elección unánime de Fernando de Antequera como rey de Aragón por los nueve compromisarios de Caspe. 25 de junio de 1412.
Regresando al Compromiso..en 1409 murió Martín el Joven, único hijo del rey Martín I el Humano y María de Luna, ya muerta. El rey decidió casarse por segunda vez para ver si tenía un sucesor,. Al no conseguirlo intentó reconocer como heredero a Fadrique de Luna, hijo ilegítimo de su hijo Martín y por tanto nieto suyo, pero tampoco lo consiguió. El caso es que había varios posibles candidatos al trono que empezaron a dejar claro que no les importaría suceder al rey, vamos, que estaban muy interesados, pero este murió al año siguiente sin haberse inclinado por ninguno.
Martín I el Humano
El 31 de mayo de 1410.Muere el rey Martín I sin descendencia y sin nombrar sucesor. En sus últimas horas se le pregunto: “Señor, ¿le place a usted que la sucesión de los dichos reinos y tierras, después de su muerte, sean heredados por aquel que por justicia deba, y que se haga carta pública?”. A lo cual el rey, moribundo, respondió solamente “Hoc”, o sea, “Sí”. O sea, que quedaba todo sin solucionar.
Tumba de Martín I el Humano en el monasterio de Poblet
¿Creen que los aspirantes al trono se quedaron esperando sentados a que alguien decidiera cuál era el que tenía más derecho? Pues ya se lo digo yo: para nada. Aquí tienen sus nombres y sus credenciales.
- Fadrique de Luna – conde de Luna, hijo bastardo de Martín I de Sicilia.
- Jaime II de Urgell – nieto de Alfonso IV, casado con una hija de Pedro IV
- Fernando I de Antequera – infante de Castilla, nieto de Pedro IV por su madre, Leonor
- Alfonso de Aragón y Foix, conde de Denia y Ribagorza, marqués de Villena, duque de Gandía. Nieto por línea masculina de Jaime II. Murió poco antes de Caspe y fue reemplazado por su hermano, Juan de Prades
- Luis de Anjou – duque de Calabria, nieto (por su madre Violante) de Juan I de Aragón
Imaginen la situación. Los dos años siguientes (lo que se conoce como el Interregno) fueron un caos en Aragón. La paz del reino se vio alterada por todo tipo de desmanes, pese a los intentos de las autoridades por mantener el orden y restablecer la ley. Así estaba la situación, y ya se pueden imaginar que las tropas castellanas, francesas e inglesas que penetraron en el reino para apoyar las aspiraciones de los distintos candidatos no contribuyeron precisamente a solucionarla, sino más bien a todo lo contrario. La cosa estaba al borde de la guerra civil y no se veía una solución clara.
Las armas estaban en alto
Desde el momento de la muerte del rey se inician gestiones para solucionar la situación, pero no fue hasta febrero de 1411 cuando se puede concertar una reunión previa en Calatayud, con representación catalana y presencia de embajadores de los distintos candidatos. Las Cortes de Calatayud estuvieron presididas por el arzobispo de Zaragoza, García Fernández de Heredia, resolviendo que las asambleas de Aragón, Cataluña y Valencia se celebrarían en lugares próximos de la frontera común, estableciéndose las condiciones de celebración de las mismas.
El arzobispo García Fernández de Heredia
Sin embargo… el arzobispo fue asesinado cerca de Alpartir cuando regresaba de Calatayud por los partidarios de Jaime de Urgel, cuya candidatura empieza a cotizar a la baja a partir de aquel momento (también la de Luis de Anjou, que tenía el apoyo del arzobispo). Mientras, el candidato castellano empieza a mover sus fichas: hace acercamientos a los que eran contrarios a Jaime de Urgel, coloca fuerzas en las fronteras para que se vea claro su poder… En resumen, que va poniendo sobre la mesa sus cartas tanto económicas como militares, a lo que hay que añadir que gracias a su habilidad diplomática consiguió el apoyo del Papa Luna, Benedicto XIII, cuyo confesor, Vicente Ferrer, un hombre de lo más influyente, llegó a ver a Fernando de Antequera como la solución enviada por Dios para evitar la guerra civil y resolver la situación de la Iglesia de un solo golpe.
San Vicente Ferrer
La sucesion está muy dividida entre los partidarios de uno y otro, pero finalmente en febrero de 1412 se firma la Concordia de Alcañiz, por la cual se acuerda que el estudio del derecho al trono de cada uno de los candidatos se haría por compromisarios de los diferentes territorios, tres por Aragón, tres por Cataluña y tres por Valencia. Se reunirían en Caspe, un lugar más o menos intermedio, y allí deliberarían hasta decidir quién era el elegido, que tenía que tener al menos seis votos y al menos uno por territorio.
La plaza mayor de Alcañiz
La clave del asunto, pues, era la lista de los compromisarios que acudirían a Caspe. Como Cataluña y Valencia mantuvieron un perfil mucho más bajo en este asunto al final se impuso casi íntegramente la lista aragonesa (con lo que el único candidato con posibilidades reales de ser elegido era Fernando de Antequera). Designaron:
Por Aragón
- Domingo Ram, obispo de Huesca
- Francisco de Aranda, antiguo consejero real y enviado de Benedicto XIII
- Berenguer de Bardají, jurista y letrado general de las Cortes de Aragón
Por Cataluña
- Pedro de Sagarriga, arzobispo de Tarragona
- Bernardo de Gualbes, síndico y conceller de Barcelona
- Guillem de Vallseca, letrado general de las Cortes catalanas
Por Valencia
- Bonifacio Ferrer, prior de la cartuja de Portaceli
- Vicente Ferrer, dominico valenciano
- Ginés Rabassa, ciudadano de Valencia experto en derecho, sustituido por enfermedad por Pedro Beltrán
Colegiata de Caspe
El 22 de abril de 1412 se inician las deliberaciones de los compromisarios, que tiene dos meses. Dos días después del plazo establecido, el 24 de junio, se llega a un acuerdo. Los tres aragoneses, dos valencianos y un catalán respaldan la candidatura de Fernando. Los otros dos compromisarios catalanes votaron por Jaime de Urgel y el otro valenciano se abstuvo.
El 28 de junio Fernando de Trastámara fue proclamado como Fernando I de Aragón, quien el 5 de agosto entró en Zaragoza, donde juró su título ante las Cortes junto a su hijo Alfonso. Evidentemente el debate giró alrededor de las posibilidades que cada uno tenía desde el punto de vista jurídico (la enorme complejidad de los derechos dinásticos de cada candidato imposibilitaba llegar a un veredicto unánime sobre cuál era el que tenía un mayor derecho), pero hubo un lógico trasfondo político. Incluso los dos compromisarios catalanes que no dieron sus votos a Fernando consideraron que era el candidato más útil para la misión de gobierno que tenía que desempeñar. Prevaleció, pues, el argumento de la utilidad, votándose más políticamente que jurídicamente (ya hemos visto que si sólo se hubieran tenido en cuenta los argumentos de carácter jurídico hubiera sido prácticamente imposible decidir).
Ese 28 de junio Domingo Ram, celebró la misa previa al anuncio del nombre del candidato elegido tras los meses que los nueve compromisarios habían pasado deliberando en Caspe. En el momento en que levantó el cáliz casi todos sabían quién sería, pero no por eso el momento era menos emocionante.
Cuando Vicente Ferrer pronunció el nombre de Fernando de Antequera un murmullo surgió de la multitud congregada allí, y el suspiro de alivio se pudo oír en todos los confines de la Corona de Aragón. Había acabado aquel larguísimo período de dos años en los que cualquier cosa podría haber pasado, y se había impuesto la sensatez.
De lo que vamos a hablar ahora es de aquel cáliz, que todavía se conserva.
Hay objetos que son especiales. Al margen de su valor artístico tienen una carga simbólica tan enorme que cuando estamos delante de ellos casi podemos sentirla. ¿Se imaginan este cáliz en las manos de Domingo Ram, siendo el centro de todas las miradas en un momento clave de la historia de Aragón? Pues bien, hoy lo que se a contar es cómo llegó hasta allí, porque su historia comienza unos cuantos años antes. Eso sí, antes tenemos que conocer a un personaje fundamental de la historia de Aragón: Juan Fernández de Heredia.
Monumento a Juan Fernández de Heredia en Caspe. La inscripción dice: “”Piedra angular de la orden de San Juan del Hospital de Jerusalén, Rodas y Malta, Bailio de Caspe, Gran Maestre de la Orden de 1377 a 1396. Aragonés universal del siglo XIV. Hombre de confianza de varios papas. Brazo fuerte de los Reyes de Aragón. Inteligente arbitro de la cultura europea. Faro y espada del Mediterráneo. Siempre vinculado a Caspe. Del amplio mundo medieval de la Orden eligió esta Villa para su descanso eterno. En recuerdo y homenaje. A.C.R. Resaka – Sanjuanistas de Caspe Ciudad del Compromiso año 2008”.
Cómo un segundón de la baja nobleza llegó a convertirse en Gran Maestre de la Orden del Hospital de San Juan de Jerusalén y un personaje fundamental en la corte de Pedro IV y en la de varios papas . A lo largo de su vida, y sin que se sepa muy bien por qué, mantuvo un vínculo muy especial con Caspe, una villa que ya a finales del siglo XII el rey entregó a los hospitalarios. Precisamente a ellos pertenecían tres magníficos edificios que formaban un gran conjunto defensivo: el convento, el castillo (residencia del comendador de la Orden) y la iglesia de Santa María. A finales del XIV Juan Fernández de Heredia había comprado el palacio de Sesé para convertirlo en un convento sanjuanista, impulsó la portada gótica de la iglesia de Santa María, a la que consiguió elevar al rango de colegiata, e hizo obras muy importantes en el castillo, cuyo salón principal sería el escenario de los debates del Compromiso.
Castillo de Caspe. Al fondo asoma el remate de la torre de la iglesia.
En relación con esto, abrimos un paréntesis. A lo mejor se han preguntado alguna vez por qué se eligió Caspe para celebrar allí el Compromiso. Pues bien, al hecho de que esté en un punto prácticamente intermedio entre los tres territorios principales de la Corona de Aragón hay que añadir que este conjunto de edificios pertenecía a los hospitalarios, lo que fue vital para que el Papa obtuviera sin dificultad la jurisdicción temporal del castillo, dotándolo así de alguna manera de un status especial para la celebración.
Imagen antigua del sepulcro de Juan Fernández de Heredia
En cualquier caso, lo que importa hoy es que aunque Juan Fernández de Heredia murió en 1396 en Aviñón, donde estaba la corte papal por aquel entonces, había dispuesto que el lugar elegido para su descanso eterno sería Caspe. Para ello se mandó hacer este magnífico sepulcro de alabastro destruido en la Guerra Civil, aunque aún se conserva su escultura yacente.
Entre las suntuosas piezas que Juan Fernández de Heredia regaló al lugar en el que iban a reposar sus restos, destacan dos. La primera, una reliquia de la Vera Cruz de Cristo (la tercera más grande de las que se conservan). Se la había regalado al morir el papa Clemente VII, y él la depositó en el convento sanjuanista de Caspe, de donde pasaría a la iglesia de Santa María. Sobre ella juraron los nueve compromisarios antes de empezar sus deliberaciones.
La otra pieza es, por supuesto, el cáliz, una pieza hecha en los talleres de Avignon. Es de plata sobredorada y está decorada con esmaltes en los que se alternan los escudos de la familia Fernández de Heredia y el de la Orden de San Juan de Jerusalén.
En 1936 un caspolino salvó ambos objetos de una posible destrucción. Después de la guerra fueron devueltas, aunque la reliquia de la Vera Cruz permaneció durante 75 años en la cámara de un banco. Ahora, tras la finalización de las obras de la capilla (construida en el siglo XVIII y acabada de restaurar en 2011), puede verse en el lugar que le corresponde. En cuanto al cáliz, después de la adecuación de un espacio para él pasará el tiempo entre Caspe y el Museo Diocesano de Zaragoza.
En resumen, dos piezas con un altísimo valor simbólico, protagonistas de un momento clave de la historia de Aragón.
https://identidadaragonesa.wordpress.com/2012/06/22/joyas-de-nuestro-patrimonio-el-caliz-del-compromiso-de-caspe/
http://www.fqll.es/catalogo_detalle.php?id=2229
http://castillodelcompromiso.org/el-caliz-de-compromiso-en-el-museo-parroquial-de-caspe/
http://www.bajoaragonesa.org/elagitador/breve-historia-de-un-compromiso-que-esta-muy-de-moda/