domingo, 10 de diciembre de 2023

TABLERO DEL DUQUE DE OSUNA




1614. Lapislázuli, Mármol blanco, Mármol polícromo, Paragone, 118 x 118 cm.
En medio de un octógono se ve un escudo con las armas del duque de Osuna unidas a las de Castilla y León y rodeadas por las de Portugal y por el Toisón de Oro. Alrededor se disponen ocho compartimentos, separados por filetes blancos decorados con lapislázuli y rosso antico, que contienen panoplias, peltae, banderas, yelmos y otras armas y símbolos bélicos en varios mármoles de color (verde antico, bianco e nero di Aquitania, semesanto y giallo antico) y lapislázuli. Cuatro de estos compartimentos se curvan para dejar espacio a cuatro vasos con asas y ramos de flores en mármoles polícromos y lapislázuli. Esta parte central está dispuesta sobre un campo de mármol negro de Bélgica o paragone. La cenefa, sobre fondo de verde antico, está decorada por doce cartelas de broccatello con perfiles blancos y centros de alabastro. Otras cuatro cartelas, situadas en las esquinas, tienen centros de breccia Quintilina.
Fabricada en Florencia siguiendo modelos romanos, la pieza fue un encargo de don Pedro Téllez Girón, duque de Osuna, durante su virreinato en Sicilia (1611 a 1616). De 1616 a 1620 fue virrey de Nápoles. Caído en desgracia, murió encarcelado en el castillo de la Alameda, en España, en 1624. La mesa estaba terminada en julio de 1614. El 11 de abril de 1616 se pagaron a Jacopo di Gian Flasch trescientas cincuenta liras por el escudo en mosaico de piedras tenere por la mesa enviada al duque.
Sobre Jacopo o Giacomo di Gian Flasch se tienen pocas noticias. Se dice que era alemán y que realizó algunos de los escudos de las ciudades toscanas para la capilla de los Príncipes de la basílica de San Lorenzo.
En la mesa del duque de Osuna se ven algunos motivos de gusto romano, como las cartelas en la cenefa y las panoplias en los compartimentos centrales. La decoración incluye también exquisitos vasos con flores que se deben al dibujante de la manufactura Jacopo Ligozzi. 
(Texto extractado de González-Palacios, A.: Las colecciones reales españolas de mosaicos y piedras duras, 2001, pp.85-88).

 https://www.museodelprado.es/coleccion/obra-de-arte/tablero-del-duque-de-osuna/4aaa726c-ffbd-4978-8f43-3c1866c0a5df?searchid=31a38b3a-eac9-3547-49af-e2f8b0e29f87

viernes, 21 de julio de 2023

COPA DE LAS ARTES LIBERALES...LÁZARO GALDIANO EN MADRID


El Museo Lázaro Galdiano de la Calle Serrano de Madrid no solo tiene el encanto de su extensa colección y la diversidad de objetos que alberga, también flota en el ambiente la gran pasión con la que se realizó la recopilación.
La Copa gótica en marfil de las Artes Liberales es una muestra elocuente de los tesoros del museo. El Cáliz de Milán se exhibe en todo su esplendor con un único objeto acompañante y levemente resaltado en una sala en tinieblas. La escenografía de la Copa del Lázaro es, en cambio, modesta: se encuentra en una gran vitrina rodeada y bien acompañada por el resto de los marfiles y huesos, como el dado real que hemos comentado hace algún tiempo.
La copa madrileña es más completa que la lombarda pues tiene doce gallones en lugar de diez. El interior de los arcos ojivales de la copa está trilobulado.
Los dos gajos adicionales se utilizan para ampliar las escenas de la Medicina y  la Dialéctica. Ambas le dan más encanto al conjunto. La Dialéctica en solitario se limita a su discurso, mientras que con las dos escenas se nos presenta la disputatio dialectica, elemento clave en la educación escolástica. La escena de la Medicina se amplia a una posible mujer médico, justo reconocimiento a las mulieres salernitanae que como Trotula de Ruggiero, Rebeca Guarda Abella Salernitana, Mercuriade, o Costanza Calenda sentaron las bases de la futuras facultades de Medicina.


La Geometría está personificada por una figura barbada con compás y posible escuadra desaparecida pero en distinta mano que la de Milán. La Aritmética con tablilla no marca ningún número reconocible. El Astrónomo del Lázaro tiene un astrolabio plano con indicadores de giro pero sin la alidada, uno es el reverso del otro.
No se puede terminar la reseña sin el más sincero agradecimiento a Amparo López, conservadora jefe del museo, por sus facilidades y su inspiración. 
Se reproduce una foto comparativa del cáliz y la copa.
Comparativa Milán Madrid

https://mateturismo.files.wordpress.com/2015/10/copa-aall-1.jpg
https://mateturismo.wordpress.com/category/escultura/page/2/

martes, 8 de noviembre de 2022

TESORO DE OXUS


Las artes suntuarias no faltaban en la producción artística de la dinastía aqueménida. Durante el esplendor de su reinado existieron en Persia talleres de orfebres establecidos en Susa y Persépolis, que fabricaban piezas para luego ser difundidas por todo el Imperio.

El gusto por la ornamentación, la riqueza y el poder que prodigaba la corte, y otros sectores sociales, zfueron factores que favorecieron  la labor de estos objetos metalúrgicos. La profusión de adornos, recipientes de lujo y toda clase de complementos se manifiestan en los diversos relieves de Susa. El bello friso que representa a los arqueros de la realeza es buen ejemplo de la importancia que se otorgaba a estos objetos, pues cada uno de los guerreros lleva pulseras en sus muñecas.
La riqueza y sofisticación de los soberanos aqueménidas queda bien reflejada en el impresionante tesoro de Oxus, denominado así por ser hallado precisamente en las cercanías del río Oxus, el actual Amu Daria. Con más de 150 objetos y 1.500 monedas, éstas datadas en su mayoría del El gusto por la ornamentación, la riqueza y el poder que prodigaba la corte, y otros sectores sociales, fueron factores que favorecieron la labor de estos objetos metalúrgicos. La profusión de adornos, recipientes de lujo y toda clase de complementos se manifiestan en los diversos relieves de Susa. El bello friso que representa a los arqueros de la realeza es buen ejemplo de la importancia que se otorgaba a estos objetos, pues cada uno de los guerreros lleva pulseras en sus muñecas.
La riqueza y sofisticación de los soberanos aqueménidas queda bien reflejada en el impresionante tesoro de Oxus, denominado así por ser hallado precisamente en las cercanías del río Oxus, el actual Amu Daria. Con más de 150 objetos y 1.500 monedas, éstas datadas en su mayoría del V al II a.C, es un buen muestrario de la magnificencia artística de la época.
Componen el tesoro de Oxus un conjunto de objetos, monedas, adornos, vasijas, placas votivas, pequeñas esculturas, anillos y brazaletes, de oro y plata, que probablemente perteneció al Templo de la antigua metrópolis de Takti-Sangin, en donde las ofrendas debieron acumularse a lo largo del tiempo, entre el siglo III a.C. y IV d.C. Se cree que en torno al año 200 a.C. quedó enterrado para sustraerlos a robos y saqueos, siendo descubierto en Bactriana en el año 1877.
La habilidad del arte de los orfebres se manifiesta claramente en mucho de estos objetos preciosos, muestra de fértil crisol de técnicas y motivos entre las culturas de la antigua Asia occidental.
La abundancia de joyas, entre ellas brazaletes, torques y pendientes, revela una fabricación en serie. Asimismo, predomina la utilización de la incrustación en oro de piedras polícromas, técnica que se perpetuó en el arte oriental y pervivió, por contacto y difusión, hasta época medieval.
Se repite el viejo motivo iranio de los animales enfrentados en los extremos de las asas de los recipientes, en las ánforas, y de los brazaletes abiertos. La afición persa por los vasos de metal precioso en detrimento del vaso pintado se manifiesta en las vajillas reales de plata, en el característico ritón y en las ánforas con asas zoomorfas. La decoración con motivos animalísticos de muchos de estos utensilios es un alarde de gran imaginación por parte de los orfebres.
Los ritones, o vaso ritual, eran un tipo de vasijas en forma de cuerno que generalmente se utilizaban para contener el agua empleada para las purificaciones antes de los sacrificios. Realizadas en su mayoría en oro, por norma general acostumbraban a tener la fisonomía de un león, ya que era el símbolo por excelencia de la realeza. Dentro de este conjunto de piezas de gran valor, también sobresalen objetos votivos, como el que representa un carro tirado por cuatro caballos, fabricado en oro, donde la parte delantera aparece una cabeza similar a la del dios egipcio Bes.


Ornamento en forma de león (Museo Británico, Londres). Pieza trabajada en oro repujado procedente del tesoro de Oxus, que fue hallado en un templo situado a orillas del río homónimo. La pieza corresponde al período aqueménida (500-400 a.C), cuya colección de oro y plata de este tesoro es la más importante encontrada hasta ahora.

Brazalete de oro (Victoria & Albert Museum, Londres). Pieza del tesoro de Oxus del siglo v a.C. Los iranios, además de trabajar el bronce con maestría, como lo demuestran los restos encontrados en el Luristán, eran excelentes orfebres, a juzgar por ésta y otras muestras.
http://www.historiadelarte.us/wp-content/uploads/2013/06/Ornamento-en-forma-de-leon.jpg
http://www.historiadelarte.us/arte-persa/el-tesoro-de-oxus/

miércoles, 12 de octubre de 2022

JEAN LURÇAT Y LA TAPPISSERIE D'AUBUSSON "LE CHANT DU MONDE"



Jean Lurçat era un reconocido pintor influenciado por el cubismo y el surrealismo. En 1937 conoce el tapiz del Apocalipsis y se influencia como una revelación estética y técnica y decide continuar su trabajo por la vía del tapiz. Comienza en 1957 los trabajos sobre un conjunto que titulará “Le Chant du monde” (El Canto del mundo), que se considera la obra maestra del artista, donde nos presenta una obra llena de poesía y simbolismo sobre un manifiesto de una artista que se encuentra comprometido con la visión particular del Hombre en le seno del universo. Es un mensaje lleno de esperanza y de paz; hace referencia sobre unos hechos internacionales de grandes fricciones provocados por la Guerra Fría y la permanente exposición a la bomba atómica.



La mayoría del conjunto lo realiza sobre tapices con el fondo negro que resaltan lo colores vivos donde se representan la presencia del hombre y los animales o motivos siempre constantes referentes a la tierra, las plantas, las estrellas, etc. 
Jean Lurçat (1892-1966) actualizó el trabajo de los tapiceros de Aubusson, por encargo del gobierno francés. Este artista, gran viajero y activista político cambió los 3.000 colores que se utilizaban tradicionalmente en el tejido de tapices por solo 44, a la vez que usaba únicamente hilos de lana, en lugar de combinar esta fibra con seda.


Jean Lurçat reprodujo sus dibujos a mediados del siglo XX renovando las técnicas del tejido de tapices y utilizando exclusivamente gros point, inspirándose, paradójicamente, en el Tapiz del Apocalipsis, obra del siglo XIV que había contemplado en Angers. De este modo, en los tapices de Jean Lurçat predominan los colores primarios y recuerdan a los trabajos de Miró y Picasso. Actualmente se expone en el hospital medieval de Saint-Jean de Angers tras la muerte de Lurçat.







miércoles, 16 de febrero de 2022

GEORGE STUBBS



Para el artista autodidacta George Stubbs (1724-1806) no había lugar a la duda sobre el triunfador en la posible batalla estética entre hombres y bestias. La belleza, según el pintor, grabador, dibujante y ceramista inglés, está en el reino animal y la naturaleza salvaje. En 1755 escribió a un amigo un compendio de su convicción: "La naturaleza fue y siempre es superior al arte griego o romano".


Georges Stubb,era hijo de un curtidor. La información que se conserva sobre su vida hasta los treinta y tres está muy dispersa, y se encuentra sobre todo en unas notas manuscritas por un artista amigo, Ozias Humphry, al final de la vida de Stubbs. Stubbs fue durante algún tiempo aprendiz de un pintor y grabador de Lancashire llamado Hamlet Winstanley, pero pronto le abandonó disgustado por el método, que consistía en copiar otras obras. Entonces empezó un aprendizaje autodidacta. En la década de 1740 trabajó como retratista en el norte de Inglaterra y, desde 1745 a 1751 estudió anatomía humana en el Hospital del Condado de York. Mostraba pasión por la anatomía desde su niñez, y uno de sus trabajos más antiguos que se conserva es un conjunto de ilustraciones para un libro de texto sobre ginecología que se publicó en 1751.



En 1755 visitó Italia. Cuatro años más tarde le diría a Ozias Humphry que su motivo fue “convencerse de que la naturaleza fue y siempre es superior al arte griego o romano, y habiendo renovado esta convicción inmediatamente decidió volver a casa”. Más tarde alquiló una granja en Lincolnshire y pasó 18 meses diseccionando caballos. Se trasladó a Londres alrededor de 1759 y en 1766 publicó “La anatomía del caballo”. Sus dibujos originales se encuentran actualmente en la colección de la Royal Academy.


Antes incluso de que se publicase el libro, los dibujos de Stubbs fueron vistos por mecenas de la aristocracia, que reconocieron que su trabajo era más preciso que los de anteriores pintores equinos como James Seymour y John Wootton. En 1759 el tercer Duque de Richmond le encargó tres grandes pinturas, lo que aseguró su carrera. Para 1763 había producido trabajos para muchos más duques y otros señores, lo que le permitió comprar una casa en Marylebone, una zona elegante de Londres, donde vivió el resto de su vida.


Su trabajo más famoso es probablemente Whistlejacket, una pintura de un caballo encabritado que le encargó el Marqués de Rockingam, que ahora se encuentra en la National Gallery de Londres. Ésta, junto con otras dos pinturas, encargadas por Rockingam rompieron con la convención de tener fondos anodinos.


Durante la década de 1760 produjo un amplio abanico de cuadros de caballos, representados en grupos o individualmente, acompañados en ocasiones por perros. A menudo pintó caballos acompañados de sus mozos de cuadra. Mientras tanto continuó aceptando encargos de retratos de personas, entre ellos algunos de retratos de grupos. Desde 1761 a 1776 expuso en la Society of Artists, pero en 1775 se afilió en cambio a la más prestigiosa Royal Academy.


Stubbs pintó también otros animales exóticos, como leones, tigres, jirafas, monos y rinocerontes, que pudo observar en reservas privadas. Empezó a interesarse en el tema de un caballo salvaje amenazado por un león, y pintó muchas variaciones de este tema. Estas y otras obras se hicieron muy conocidas en la época a causa de los grabados de su trabajo, que aparecieron en las décadas de 1770 y 1780.

lunes, 20 de diciembre de 2021

MOISÉS DE CHARAS, EN LA CORTE DE CARLOS II

A finales del siglo XVII la ciencia empieza a establecer una lenta pero imparable separación de la bola de supersticiones que se había ido formando con el rodar de los tiempos. Incluso en un período de la historia de España considerado como de decadencia, el reinado de Carlos el “Hechizado”, encontramos personajes que, sin haber abandonado del todo las doctrinas precientíficas, ya anticipan discusiones que habrán de alcanzar su pleno vigor en el XVIII. Hablaremos hoy de una especie de “eslabón perdido” entre los alquimistas y los ilustrados.
El final del siglo XVII en la larga lista de reinos y posesiones que se gobernaban desde Madrid es un período que hay que analizar con bastante detenimiento y cuidado, y sin dejarnos llevar por la historiografía de brocha gorda. Es cierto que la decadencia política, comercial e intelectual de España era un hecho: lo mágico, legendario y sobrenatural contrastaban con un pujante norte que producía talentos como Isaac Newton. Pero entre la incultura y la desidia generalizadas, se estaban abriendo camino personajes que anticipaban lo que iba a ser el siglo de la Ilustración. Con la política del valido Juan José de Austria se hicieron tentativas de traer profesionales extranjeros que ayudaran a los de aquí a establecer algún tipo de proto-industrias. Los conocidos como “novatores” quieren insuflar aire fresco también a la apolillada vida filosófica…
Moisés de Charas nació en 1618 en Uzés, sur de Francia, y apareció en Madrid en 1684. Era boticario en unos tiempos en que los farmacéuticos como profesión empezaban a buscarse una diferenciación clara con respecto de los médicos. La separación había empezado unos trescientos años antes, pero en tiempos de don Moisés todavía había numerosas interferencias mutuas entre los dos gremios, con zancadillas corporativas, políticas y legales
Llegaron a Francia tiempos de persecución religiosa hacia los protestantes, fé que practicaba el boticario, que tuvo que abandonar su establecimiento de París y partir hacia el exilio. Varios países requirieron sus servicios, como Inglaterra u Holanda, y allí continuó con su actividad, que puede considerarse de puente entre los últimos ecos de la alquimia medieval y los primeros cimientos de la química propiamente dicha.Por aquellos años, igual que Sevilla era la puerta de entrada de América en Europa, por Venecia llegaban al Viejo Continente las mercancías de Asia, y gracias a ello, los venecianos tenían un verdadero monopolio en la fabricación de medicamentos primitivos, cuyas fórmulas guardaban en secreto, pero que se basaban en la mezcla de varios de los productos que traían desde miles de millas al este. El más reputado de estos brebajes era la llamada “triaca”, al que se atribuían poderes contra casi todos los males, y en cuya composición intervenían desde regaliz, mirra y goma arábiga a carne de víboras, mezcla propia de una bruja de los cuentos infantiles, pero que da una idea de lo rudimentaria que era la ciencia del momento. Moisés de Charas se dispuso a romper el monopolio de los venecianos, y en 1668 hizo público el procedimiento para elaborar la triaca, lo que le valió el reconocimiento oficial del rey de Francia. Para su estudio, el boticario hizo amplias investigaciones sobre las víboras, sus órganos internos, su modo de reproducción y su veneno, que habrían de serle muy útiles en trabajos posteriores. Fue, por tanto, un proto-zoólogo además de un proto-químico.

La fama de Charas había llegado a España, y en 1684 fue uno de los sabios elegidos para intentar apuntalar la salud del rey Carlos II, siempre precaria. A pesar de las diferencias religiosas, aceptó el trabajo en una corte católica y el traslado a muchas millas al sur, pero enseguida, a pesar de su labor, acabó chocando, no solo con los inquisidores, sino con las envidias del propio corporativismo de los “científicos” de la Celtiberia. Charas combatió la superstición de que las víboras de Toledo, y del territorio circundante a Toledo en 12 leguas de radio, eran inofensivas, con experimentos en los que se veía claramente como estos animales eran igual de peligrosos que sus congéneres de fuera de Toledo, y atacaban a los pollos. La leyenda había sido propagada como tradición por el Arzobispado para favorecer la fama de “santidad” de uno de sus titulares, y las averiguaciones del boticario resultaron incómodas para el poder espiritual de entonces: fue encarcelado y  sometido a un proceso por la Inquisición, y habría acabado sufriendo condena grave de no ser por sus contactos con la diplomacia de los Países Bajos, que consiguió su excarcelación y huida definitiva de España en 1689.
Tras otra estancia en las tierras holandesas donde había sido tan bien acogido, pudo regresar finalmente a su Francia natal, donde falleció en 1698. Sus herederos y continuadores mantuvieron la botica de París en funcionamiento hasta bien entrado el siglo XIX.
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lunes, 27 de septiembre de 2021

DIOSAS DE LAS SERPIENTES




Las estatuas conocidas como Diosas de las serpientes son un conjunto de pequeñas estatuillas halladas a principios del siglo XX en una pequeña estancia del Palacio de Cnosos en Creta y fueron realizadas en loza vidriada. Éste fue el más famoso de los palacios de la cultura minoica y data de entre el año 2000 y el 1700 a.C. Las pequeñas esculturas fueron halladas en una de las salas de la zona occidental del palacio, una estancia conocida como tesorería sacra. El descubrimiento de la cámara fue realizado en 1903 por el arqueólogo Arthur John Evans (1851 – 1941).
En ella se hallaron un conjunto de estatuillas que representaban la conocida como Diosa de la serpiente, al parecer se trataba de una primitiva deidad de la civilización minoica aunque también se ha especulado que podría tratarse de alguna sacerdotisa.

Según varias fuentes documentales, en la cultura minoica existía una primitiva divinidad femenina “La Señora” que hacía referencia a la fertilidad, además en el propio palacio de Cnosos se encontraron algunas tablillas que hacían referencia a la Señora del Laberinto, diosa madres de rebaños y tierras. Así parece muy posible que las estatuas halladas en la tesorería sacra hagan referencia a alguna de estas divinidades.

Del conjunto de estatuas la más conocida es una pequeña estatuilla que apenas llega a los treinta centímetros; es una figura exenta y de bulto redondo. Aparece ataviada con el típico traje cretense, una falda de volantes que le otorga un aspecto campaniforme. Cada uno de los siete volantes haría referencia a los siete planetas conocido por entonces o a los siete días que componen cada una de las fases de la luna; sobre ésta una especie de mandil y en la zona superior un ceñido corsé de media manga que deja sus pechos al aire, un referente a la fertilidad de la diosa.

Lleva los brazos estirados y en cada uno de ellos sostiene una serpiente que se ondula y cuyas cabezas miran hacia afuera, éstas se han interpretado como una alusión a la vida y la muerte y sobre todo a la capacidad de la Señora como principio y fin de todas las cosas.

Su rostro es esquemático con los ojos almendrados y la nariz recta, la boca está definida por gruesos labios. Sobre la cabeza lleva un gorro con un felino, animal sagrado en las culturas primitivas, y que aparece como guardián de la diosa.

Parece ser que la hoy conocida como Diosa de las Serpientes fue denominada por el equipo de Evans como Adoradora sin cabeza ya que carecía de la cabeza y el brazo izquierdo. Evans optó por reconstruir esta pieza a partir de un modelo mayor, hoy perdido, que sí identificaron desde el principio como Diosa de las Serpientes, ésta contaba con tres serpientes que se enroscaban a través de su torso y sus brazos. Con todo, el estado de conservación de la mayoría de las piezas encontradas es bueno y su calidad resulta inigualable.

Hoy algunas de estas esculturas se encuentran en el Museo Arqueológico de Heraclión

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