sábado, 18 de enero de 2020

LISIPO Y EL CANON DE LAS OCHO CABEZAS

En el siglo IV a.C., unos cien años después de que Policleto hubiera fijado su canon, Lisipo, inspirado por su predecesor, establecería un nuevo sistema de proporciones que, muchos siglos después, el Renacimiento contemplaría como paradigma de la belleza griega.
Lisipo alarga las proporciones de Policleto hasta las ocho cabezas de tal forma que sus figuras ganan en ligereza, en gracia y en altura. Su búsqueda de la elegancia y el naturalismo le llevan a rechazar las antiguas concepciones sobre el cuerpo humano perfecto, para inclinarse por la representación subjetiva de la Naturaleza, a la que añade un toque de elegancia y cotidianeidad.
Si Policleto supo estudiar como nadie los límites del contraposto, Lisipo creará la combinación perfecta de movimiento y estatismo, en esculturas con temáticas poco frecuentes en el conjunto de la producción escultórica griega, llegando incluso a plasmar varios movimientos diferentes en una única figura, como en el caso del Apoxiomenos.

Junto con Scopas y Praxíteles se le considera escultor del segundo clasicismo, ya enlazando con el arte Helenístico.
Nacido en Sición, Peloponeso, hacia 370 a. C. falleció hacia el 370 a. C. Será escultor principal de la corte de Alejandro Magno. Explotará a la vez realismo e idealismo, representando principalmente cuerpos masculinos. Broncista que trabaja también en mármol.
Crea un nuevo canon que obedece a los gustos del siglo IV a. Cto., se trata del Canon de las 8 cabezas, en el que la cabeza es la octava parte del cuerpo. Según Plinio, Lisipo representa a los hombres tal y como el ojo los ve, mientras que el siglo V a. Cto. los representó tal y como eran. Ahora se supera el canon racional de Policleto y se va hacia la fantasía óptica y expresiva.

Canon de las ocho cabezas







"Heracles Epitrapezios", realizado para Alejandro Magno. El original era de bronce. Figura barbada, aparece sentado y con la musculatura muy marcada.






"Heracles Farnesio" (Museo Arqueológico de Nápoles). La copia romana mide 3,17 mt. Apoya el cuerpo en un tronco del que cuelga también la cabeza de un león. Está completamente desnudo, y Lisipo hace uno de los más trabajados tratamientos anatómicos de su escultura. La figura aparece barbada, igual que en el caso anterior. Museo Arqueológico de Nápoles.


"Apoxiomeno" (320 a. Cto., Museos Vaticanos), es para Lisipo el equivalente de lo que es el Doríforo para Policleto, tiene un estudio anatómico más suave que el de otras obras de Lisipo. Se preocupa por el tratamiento del equilibrio y el espacio en el cuerpo. Representa a un atleta que se limpia el polvo del cuerpo con una estrígila tras la carrera. Hay movimiento. Es una escultura que rompe con la frontalidad y puede ser observada desde todos los puntos de vista con tratamiento particular. Una copia de esta obra de Lisipo estaba en las termas romanas de Agripa, y allí causó admiración general, especialmente en Tiberio. Mide 2.05 mts. de altura. El original era de bronce.





"Alejandro Magno", remarca en sus retratos el aspecto leonino del Emperador Macedónico. Tiene varios retratos del emperador. Lisipo es el primer retratista clásico.


"Ares Ludovisi" 
Copia romana sobre un original atribuido a Lisipo (Sición, h. 370 a.C.- 318 a.C.)
Mármol pentélico, restauraciones en mármol de Carrara por Bernini (1622)
Museo Nacional Romano-Palazzo Altemps, Roma
La figura de Ares, el hijo de Zeus y Hera que como dios cruel encarna el espíritu de la guerra y goza de las matanzas y la sangre sin importarle la justicia, no gozaba de buena reputación en la cultura griega. Sin embargo, en la cultura romana era un dios muy venerado por representar la juventud y por ser considerado tradicionalmente como el padre de Rómulo y Remo, fundadores de Roma. Frecuentemente aparece representado armado y algunas veces acompañado de los que se consideran sus hijos: Deimo (el temor), Fobo (el miedo) y Eris (la discordia). También eran hijas de Ares las Amazonas, pueblo de mujeres dedicado a la caza y la guerra que habitaba los bosques de la Tracia. En otras ocasiones la representación de Ares se acompaña de un perro, un buitre o un gallo, o relacionado con Afrodita, vinculando a ambas figuras con los impulsos elementales de la condición humana como son la violencia y el amor, de cuya unión nace Harmonía.
Este es el personaje mitológico elegido por Lisipo para esta escultura, al que representa con cuerpo de atleta y dotado de una verosimilitud mórbida, con cierta carga de sentimentalismo y un movimiento contenido que muestran al artista como un gran renovador de la técnica escultórica.


El Ares Ludovisi recibe este nombre por haber formado parte de la ingente colección arqueológica reunida por el cardenal boloñés Ludovico Ludovisi, sobrino de Alessandro Ludovisi, pontífice bajo el nombre de Gregorio XV, en la villa y los jardines situados cerca de la Porta Salaria de Roma. Después de formar parte de la colección Boncompagni pasaría a engrosar los fondos del Museo Nacional Romano de las Termas de Roma, ocupando actualmente una de las salas del museo instalado en el Palacio Altemps.


Otra copia de esta escultura se conserva en el Museo Arqueológico Nacional de Nápoles, siendo posible contemplar una copia fidedigna en yeso en la colección de Reproducciones Artísticas del Museo Nacional de Escultura de Valladolid.


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