sábado, 8 de septiembre de 2018

CASTILLO DE MANZANARES EL REAL....EL CASTILLO DE LOS MENDOZA





Este castillo es una importante muestra de la arquitectura militar castellana del siglo XV y uno de los últimos en España. De hecho, su inicial vocación de fortaleza dejó paso a la de palacio residencial de una de las familias más linajudas de Castilla, desde la Edad Media: Los Mendoza.



Erigido sobre una ermita románico-mudéjar en honor a Santa María de la Nava, que data del siglo XIII, el palacio-fortaleza de los Mendoza es, de todas las fortalezas medievales existentes en España, la más conocida y una de las mejor conservadas. Sus obras dieron comienzo en 1475.
Al morir el Primer Duque del Infantado, D. Diego Hurtado de Mendoza, deja sus propiedades a su hijo D. Iñigo López de Mendoza, Conde del Real de Manzanares y Primer Marqués de Santillana. Todos los datos conceden la construcción de este castillo al hijo de éste último, D. Diego Hurtado de Mendoza, primer Duque del Infantado, participando el arquitecto Juan Guas en su construcción.

El castillo tiene planta cuadrada con cubos cilíndricos en las esquinas, salvo en su ángulo sureste en el que se sitúa la Torre del Homenaje. En su lado oriental se adosa un cuerpo secundario de planta rectangular que incluye el ábside de la antigua iglesia.
Este bellísimo conjunto de grandes ventanales de arcos de medio punto consta de patio rectangular y dos galerías sobre columnas octogonales. El edificio tiene cuatro torres en sus vértices, adornadas con unas bolas del más puro estilo isabelino. La galería situada encima del adarve meridional es de traza flamígera sobre antepechos decorados a base de punta de diamante.



Todo el castillo está circundado por una barbacana cuyas saeteras llevan esculpidas en bajo relieve la Cruz del Santo Sepulcro de Jerusalén, por el título que gozó D. Pedro González de Mendoza, íntimo consejero de los Reyes Católicos, gran cardenal de España y hermano de D. Diego Hurtado de Mendoza.
El castillo consta de un patio porticado, de un sótano y de seis plantas: planta baja, entreplanta primera, planta principal, entreplanta segunda, galería alta y galería de cubiertas. La galería gótica del primer piso está considerada como la más bella de la geografía nacional.




Fue declarado Monumento histórico artístico en 1931 y en él se firmó el Estatuto de Autonomía de la Comunidad de Madrid en 1983.
Si bien aún pertenece al Duque del Infantado, la Comunidad de Madrid lo administra.

Las salas que se distribuyen por el interior de esta fortaleza se destinan a biblioteca, salas de reuniones, conferencias y salas de exposiciones.
Entre sus encantos destaca una interesante colección de tapices del siglo XVII, todos ellos flamencos, hechos sobre cartones de Rubens, algunas armaduras y mobiliario de la época.




El castillo ha sufrido dos restauraciones, la primera en los años 1914-15 y una segunda más importante en las décadas de los 60-70 por el arquitecto D. Manuel González de Valcárcel.



En 2005 se llevaron a cabo unas obras de mejora, en el marco del Plan Integral de Aprovechamiento Turístico del Castillo de Manzanares El Real, desarrollado por la Dirección General de Turismo, que supuso la restauración de las colecciones artísticas, creándose un Centro de Interpretación, una nueva Sala de Audiovisuales, ampliándose las salas de exposición permanente e implantándose un nuevo Proyecto Museológico y Museográfico que ha puesto al día las instalaciones y ha mejorado los accesos al Monumento.
En la actualidad el Castillo de Manzanares El Real es escenario durante todo el año de numerosas actividades públicas, congresos y seminarios, exposiciones, conciertos y actos promocionales, en la línea de mantener el castillo como un edificio vivo al servicio de la comunidad.


domingo, 2 de septiembre de 2018

SAN JORDI Y EL DRAGON


Figura realizada con elementos de fundición y láminas de plata forjadas y linceladas, dorado al fuego y policromado.
Hacia 1420-1450
Procede de la capilla de Sant Jordi del Palacio de la Generalitat de Cataluña de Barcelona
Se trata, sin duda, de una de las representaciones más espectaculares de un caballero medieval.
Su indumentaria resulta sumamente interesante, ya que nos traslada a aquellos años en que se comenzaron a utilizar las primeras armaduras denominadas "milanesas" en la Península Ibérica.
Posible datación, hacia 1435.