martes, 1 de diciembre de 2015

LA CATEDRAL DE NUESTRA SEÑORA DE CHARTRES....EL EQUILIBRIO DEL GÓTICO



La Catedral de la Asunción de Nuestra Señora (en francés: Cathédrale de l'Assomption de Notre-Dame), es una iglesia catedralicia de culto católico romano bajo la advocación de Nuestra Señora, la Virgen María en la ciudad de Chartres, en el departamento de Eure y Loir, en Francia, al noroeste de país, a unos 80 km de la capital estatal, París. Asimismo es la sede de la Diócesis de Chartres, en la Archidiócesis de Tours.
Esta catedral marcó un hito en el desarrollo del gótico e inició una fase de plenitud en el dominio de la técnica y el estilo gótico, estableciendo un equilibrio entre ambos. Es sumamente influyente en muchas construcciones posteriores que se basaron en su estilo y sus numerosas innovaciones, como las catedrales de Reims y Amiens a las que sirvió de modelo directo.
La figura más importante en la historia de esta diócesis fue el obispo Fulberto de Chartres, teólogo escolástico reconocido en toda Europa.
En 1979 fue declarada, por la Unesco, "Patrimonio cultural de la Humanidad".
Existen indicios de que en el lugar que hoy ocupa la catedral existía desde tiempos anteriores a la era cristiana un altar (y según algunos autores una gruta) dedicado a la Diosa Madre de la mitología druídica, siendo esta localidad un importante centro religioso para la tribu celta de los Carnutos, pueblo del que deriva el nombre de la ciudad. Esta particularidad se ha relacionado con el hecho de que Chartres se convirtiera en un importante centro de veneración a la Virgen María cuando a partir del siglo XII resurgió esta devoción en la iglesia cristiana occidental. De cualquier manera la ciudad de Chartres ya era un centro de culto mariano y peregrinaje desde tiempo atrás debido a la presencia en su catedral de la llamada Sancta Camisia, una reliquia traída desde Tierra Santa y cedida a la catedral por Carlos el Calvo en 876 y que supuestamente es la túnica de la Virgen María. Por este motivo gozaba de un próspero comercio centrado en las ferias que se celebraban en las cuatro grandes festividades marianas del año: la Purificación, la Anunciación, la Asunción y la Navidad.

Catedral de Chartres 2     
  
Catedral de Chartres 3 

Catedral de Chartres 4 

La primera iglesia de que se tiene constancia se construyó alrededor del año 350. Esta desapareció en un incendio hacia 740 o 750 durante el saqueo de los visigodos de Hunaldo, duque de Aquitania. Una segunda catedral es destruida por los piratas normandos al mando de Hastings el 12 de junio de 858, el obispo Gisleberto reconstruyó y amplió esta iglesia. De esta queda una capilla que forma parte de la actual cripta. En esta época es cuando la catedral recibe la reliquia de la Túnica de la Virgen, que aumentó la importancia del lugar. El 5 de agosto de 962 la iglesia de Gisleberto vuelve a ser destruida durante la guerra que enfrentó a Ricardo I, duque de Normandía con Teobaldo I de Blois, conde de Chartres. Se reconstruye parcialmente. En 1020 otro incendio destruye la catedral, tras lo cual el obispo Fulberto de Chartres inicia la construcción de la cripta de una nueva catedral románica. Esta catedral fue construida rápidamente debido a una explosión de fervor religioso que motivó a cientos de penitentes a contribuir en la construcción acarreando espontáneamente provisiones y materiales de construcción hasta las obras. Fulberto muere en Abril de 1029, le sucede Geoffroy de Lèves quien consagra la catedral dos años más tarde y en 1037 se concluyen las obras.
En 1194 un gran incendio devastó gran parte de la ciudad de Chartres, incluida casi la totalidad de la antigua catedral románica. El edificio que construyó el obispo Fulberto era una gran catedral en estilo románico que contaba con una enorme cripta que albergaba la famosa reliquia. Rápidamente se acometieron las obras de reconstrucción, pero ya en estilo gótico y hacia 1220 el cuerpo principal estaba concluido. Se empleó piedra local de unas canteras situadas a unos 8 km. Conserva del edificio anterior la cripta y la fachada oeste con el Pórtico Real. Fue consagrada el 24 de octubre de 1260 en presencia del rey Luis IX el Santo.
La planta es grandiosa con un trazado en cruz latina, tres naves en el brazo longitudinal, un crucero también de tres naves, un presbiterio muy desarrollado y una doble gírola con cinco capillas semicirculares. Poco a poco la planta de las iglesias cristianas se va alejando de la cruz latina, característica del románico, va a ir tendiendo a la planta de salón, donde una amplia nave central produce el efecto de espacio continuo. La nave central es de gran altura, y aparece cubierta por bóvedas de crucería cuatripartitas, como es característico de este siglo, ya que en el siglo XIII la sexpartita prácticamente no se usa. El alzado consta de tres pisos de gran altura: el primero de arquerías de los formeros con arco apuntado, el segundo con un triforio, que substituye a la tribuna y el tercero el claristorio.
La organización en tres naves es sumamente original para la época, con la central mucho más alta que las laterales. Esta dificultad constructiva se solía solventar levantando sobre las naves laterales una amplia tribuna cuya cubierta compensaba el peso de la bóveda central reforzando la estructura, como sucede en las catedrales de Laon o París. En Chartres se suprime la tribuna quedando solamente tres niveles en el alzado de la nave; arcadas, triforio y ventanales. El triforio es una pequeña galería que se construía en ocasiones sobre la galería y bajo los ventanales para aprovechar el espacio del tejado sobre la tribuna. La altura y amplitud de las naves se debe a dos novedades constructivas: La primera fue el abandono de la bóveda sexapartita cuadrangular, que se había usado frecuentemente en el siglo XII en catedrales como la de Laon, en favor de la cuatripartita rectangular. La bóveda sexapartita se basaba en cuatro puntos de apoyo fuertes y dos débiles, lo que provocaba a veces una alternancia en el grosor de los soportes como en Sens y Noyon, si bien en París y Laon éstos son uniformes.
Los ábacos de los capiteles sostenían los haces de fustes de las columnillas adosadas conectando así los pilares con los nervios, pero esto causaba una excesiva fragmentación que se solucionó en Chartres creando un pilar acantonado consistente en un núcleo cilíndrico central rodeado de cuatro elementos más pequeños que conectan tanto con las cubiertas como con las arcadas que las separan. De ellos el que da a la nave central no tiene capitel sino una cornisa sobre los demás capiteles y que actúa como zócalo del resto de elementos verticales que van a unirse a los arcos y nervios de la bóveda. Con esto se logró una unidad de los complejos soportes sin perjudicar la integridad de cada parte. La otra novedad es el empleo de un tipo de arbotante totalmente desarrollado. Salvo los superiores, añadidos después de la construcción original, los inferiores son dobles unidos por columnillas radiales. Estos se unen a los contrafuertes externos, muy gruesos en la base y que se complementan con los contrafuertes internos, ocultos bajo el techo de las naves laterales.
La fachada principal es fruto de diversas intervenciones a lo largo del tiempo. El Maestro de Chartres desmontó la fachada y la desplazó hacia delante y añadió el gran rosetón y la galería de los reyes sobre este. Al aumentarse la altura de la fachada las dimensiones de la torre sur en proporción al resto de la fachada cambiaron notablemente, por lo que cuando se construyó la torre norte; la Clocher Neuf, concluida en el año 1513 para equilibrar la composición impuesta por la primera torre, se estableció una asimetría que crea un fuerte dinamismo visual. Esta se realizó en estilo flamboyant (flamígero francés).
El pórtico, llamado Pórtico Real (Porte Royal), se construyó en la década de 1140 para la anterior catedral románica y tiene forma de embudo, lo que posteriormente sería una norma común para las catedrales góticas. Las esculturas y relieves están inspirados en los del pórtico oeste de la basílica de Saint-Denis, que fueron destruidos durante la reforma. Las jambas están decoradas por altas figuras de reyes y personajes del Antiguo Testamento. Los frisos narran escenas de la vida de la Virgen en su juventud con san Joaquín y santa Ana. El tímpano está decorado con una escena del Juicio Final con Cristo Pantocrator enmarcado en una mandorla rodeado por los símbolos de los evangelistas. El rosetón muestra en sus vitrales a Cristo Juez en el Juicio Final rodeado por los cuatro evangelistas y ángeles. En los círculos externos ángeles trompeteros y escenas de resurrección, Infierno y Paraíso. En los tres ventanales se muestra la Pasión y Resurrección en la izquierda, la Encarnación en la central y a Jesé padre de David en la derecha.
El transepto es ancho aunque sobresale poco de la nave principal. Sus fachadas constan de sendos rosetones, el del lado norte describe la glorificación de la Virgen y el del lado sur la glorificación de Jesucristo. Estos se asientan sobre hileras de cinco ventanas sobre tres pórticos, siguiendo las proporciones de la fachada principal y aumentando el efecto de unidad arquitectónica. En un principio se pensó en abrir en ellas simples aberturas pero al final se dotaron de tres profundos pórticos ricamente esculpidos y de dos torres en cada una que quedaron sin concluir. El modelo de rosetones está copiado directamente de Laon pero los pórticos triples son exclusivos de Chartres.
En el lado norte de la catedral, el pórtico central muestra la coronación de la Virgen con figuras de profetas y santos. En el friso del dintel se representa a la izquierda la muerte de María yaciendo en una cama y rodeada de los doce apóstoles. A la derecha se narra la resurrección de la Virgen: unos ángeles alzan el cuerpo sin vida de María para reunirlo con su alma. Aunque no hay en los Evangelios narración alguna sobre la resurrección de la Virgen existe una tradición que es frecuentemente representada a partir del inicio del culto mariano en la Edad Media. El obispo Fulberto era ferviente creyente de esta tradición por lo que el suceso se narra con frecuencia en Chartres. En el parteluz figura una imagen de santa Ana con la Virgen niña en brazos (en la actualidad dañada y sin cabeza). Esta figura fue añadida probablemente a raíz de la cesión a la catedral de la reliquia de la cabeza de santa Ana, traída de Constantinopla en 1204, aproximadamente la fecha cuando se inició el pórtico, por lo que se reservó a esta efigie un lugar de honor. Debajo hay una imagen de su marido, san Joaquín contemplando su rebaño de ovejas mientras el arcángel san Gabriel le anuncia el embarazo de Ana. La historia de santa Ana y san Joaquín es apócrifa pero tuvo gran difusión desde que fue recogida en la Leyenda Dorada por Santiago de la Vorágine. La segunda arquivolta representa figuras que se cree son profetas del Antiguo Testamento, mientras que la tercera y la cuarta muestran los antepasados del linaje de María. La última arquivolta muestra profetas con libros y pergaminos. En los relieves alrededor del arco se narra la creación y caída del hombre. En las jambas hay estatuas que se corresponden con las de los doce apóstoles del lado sur. Muestran profetas del Antiguo Testamento que dan testimonio del compromiso entre Cristo y su iglesia: Melquisedec, Abraham, Moisés, Samuel, David, Isaías Jeremías, Simeón, san Juan Bautista y san Pedro. Las estatuas tienen rostros ovalados y son más realistas que en la entrada oeste.
El pórtico sur es un regalo del conde Pierre Mauclerc, de la familia real. Este pórtico introduce nueva iconografía al estilo de Chartres. El portal central muestra el Juicio Final con esculturas de los apóstoles en las jambas. El el dintel sobre la puerta hay un friso con una visión del Apocalipsis, con el Cielo y el Infierno. Es la primera vez en la iconografía religiosa que se narran el Juicio Final y el Apocalipsis conjuntamente. Hasta entonces ambos temas habían sido tratados siempre de forma independiente pese a estar estrechamente relacionados. Cristo es representado en el tímpano con rasgos amables y humanos en el Juicio Final, esta figura es conocida como el Beau Dieu. La escena es en general tratada por el escultor de forma que inspira compasión divina, muy diferente a otras representaciones anteriores en las que se intenta resaltar el sufrimiento para inspirar temor a la ira de Dios. Tradicionalmente se hubiesen representado a los cuatro apóstoles tanto en el Juicio Final como en el Apocalipsis pero al unir ambas escenas estos quedaron excluidos de los relieves, por lo que son representados en las jambas del portal en estatuas de mayor tamaño. Esto deja un espacio disponible en los relieves que es ocupado por la Virgen, a la derecha de Cristo, y por el Juan el apóstol que ruega a Cristo por las almas de los juzgados aumentando la sensación de compasión en el conjunto. Ambas figuras son del mismo tamaño que Jesús, lo cual para algunos teólogos de la época daba una imagen demasiado humanizada de Cristo. Esta equiparación de tamaño se cree que puede simbolizar el poder de intercesión de la Virgen y de san Juan, que había sido establecido ya desde los tiempos de la primera iglesia bizantina.
Parte Central. Catedral de Chartres 5 

Pórtico Real. Catedral de Chartres 6 

Pórtico norte. Catedral de Chartres 7

El pórtico izquierdo está dedicado a la Natividad y la Anunciación, tema que es también tratado en la entrada oeste. El portal derecho se dedica a los trabajos de Job en el tímpano, probablemente en referencia a las dificultades que tuvo que atravesar la Iglesia en el siglo XIII. Las arquivoltas representan a Sansón, Gedeón, Esther y Judith venciendo a los enemigos que simbolizan las amenazas que pesan sobre la Iglesia. Son célebres la figura llamada la santa Modesta, una imagen femenina con una sonrisa seductora y una figura que representa a un gordo Salomón en el pórtico derecho. Los vitrales son de la misma época que los del lado norte y muestran la Glorificación de Cristo en el rosetón con los evangelistas y ángeles y en el círculo externo los patriarcas del Apocalipsis y las armas de los donantes de la vidriera (no tiene enjutas). En los ventanales muestra a los cuatro evangelistas en la parte superior de cada ventana lateral (Lucas, Mateo, Juan y Marcos de izquierda a derecha) sobre los profetas Isaías, Jeremías, Ezequiel y Daniel (en el mismo orden). En la ventana central figura la Virgen con el Niño.
El coro, es de cinco naves. El principal problema al que se enfrentó el arquitecto fue la unión armónica con la cabecera ya que la distancia que separa los pilares al rodear el presbiterio debe ser forzosamente menor lo que produce una discontinuidad rítmica. Para ello el maestro optó por emplear ventanas simples, en sustitución de las dobles con rosetón de la nave principal, y reducir a la mitad el intercolumnio. El deseo del cabildo de aprovechar los cimientos románicos complicó el diseño de la cabecera, construyéndose tres capillas profundas sobre las románicas y otras cuatro intercaladas y menos profundas. Al igual que en las fachadas del transepto, en el coro hay dos torres inacabadas, una a cada lado. El coro está separado de la gírola por un muro decorado con un conjunto de cuarenta grupos escultóricos que suman doscientas estatuas realizadas por Jehan de Beauce a comienzos del siglo XVI en estilo renacentista y que narran escenas de la vida de Jesús y de la Virgen.
Uno de los elementos más famosos de la catedral es el laberinto trazado sobre el pavimento que data de 1205. Es un alicatado circular de 13 metros de diámetro situado en el eje de la nave central en el que baldosas blancas y negras forman un estrecho sendero con múltiples circunvoluciones que conducen al centro. Parece ser que en este círculo central existió una placa de bronce o latón con las figuras de Teseo, Ariadna y el Minotauro. Ésta fue retirada y fundida durante la Revolución Francesa para fabricar cañones. En la Edad Media existían numerosas iglesias con laberintos de este tipo que han ido desapareciendo en épocas posteriores. El sendero del laberinto representaba una peregrinación simbólica que el peregrino debía recorrer a pie o de rodillas hasta la roseta central. Las medidas y trazado de este tipo de laberintos tiene un profundo y complejo simbolismo numerológico y filosófico que tiene su origen al parecer en conocimientos esotéricos con origen en oriente. El laberinto tiene once círculos concéntricos y tiene la particularidad de tener el mismo diámetro que el rosetón oeste y de distar del umbral de la entrada la misma longitud que la altura de este por lo que si la fachada se extendiera sobre el suelo interior el rosetón coincidiría con el laberinto. Este enigmático laberinto ha inspirado el best seller escrito por Titania Hardie, El Laberinto de la Rosa.

Catedral de Chartres 8 

Bóvedas. Catedral de Chartres 10 


Deambulatorio y Capilla Mayor con esculturas del siglo 16. Catedral de Chartres 12

Vamos a analizar la catedral de Chartres porque se la considera la primera gran obra en la que se consiguen los elementos característicos de la arquitectura gótica. También es importante porque sus logros se aplicarán en otras catedrales del gótico pleno como Reims (a partir de1211) o como Amiens (a partir de 1220). Para comprender mejor la explicación podemos ver la siguiente presentación.
En 1194 se comenzó la reconstrucción de la antigua catedral románica del siglo XI que había sido devastada por un incendio. El arquitecto de la nueva catedral, cuyo nombre desconocemos, decidió conservar el pórtico principal o fachada de occiendte, realizado en 1140, y la cripta, lo que en cierta manera determinó todas las medidas básicas importantes de la nueva construcción, incluso en parte la localización de los pilares y de los tramos de la bóveda.
La planta reúne elementos de la iglesia cruciforme de peregrinación románica, aunque con modificaciones que serán seguidas por las catedrales francesas del siglo XIII:
Un cuerpo longitudinal inicialmente de tres naves con estrechos tramos de bóveda cuatripartita, ampliado a cinco naves en la parte del coro. La fachada antigua, respetada por el incendio, impidió su prolongación. La de Reims que no tendrá este handicap la alargará llevando la verdadera proporción a este tramo.
Una girola doble con cinco absidiolos.
Un transepto centrado y no muy sobresaliente de tres naves con fachadas y pórticos en ambas alas.
La cabecera junto con el transepto tenía por primera vez una amplitud de la que no se conocía otro ejemplo. En este inmenso presbiterio se podía sentir la majestad del Santo Sacrificio que celebraba el obispo rodeado de sus canónigos.
El espacio interno se define por el aumento de la verticalidad y la simplificación de los pisos.
El alzado antiguo tenía cuatro pisos. Desaparecen las tribunas, con lo que el espacio vertical queda dividido sólo en tres pisos desiguales: la arcada de la nave lateral, un pequeño triforio sencillo y un gran ventanal. El primero y el tercero de los pisos son de las mismas dimensiones, mientras que el triforio es aproximadamente un tercio de los anteriores. La supresión de las tribunas representó dos ventajas: permitió elevar más las naves laterales y aumentó la iluminación al hacer mayores las ventanas.
La pared de la nave central se articula verticalmente a través del pilar y de las columnas adosadas del mismo que reciben los arcos de las ojivas diagonales de las bóvedas cuatripartitas y del arco fajón que compartimenta de tramo en tramo la bóveda central y al llegar al piso inferior los arcos formeros de la nave lateral. El pilar circular inferior sólo esta guarnecido por cuatro columnas adosadas desde la misma base que acentúan el movimiento ascendente.
Las ventanas del piso bajo son todavía abocinadas y dejando gran parte del muro. Sin embargo, las ventanas de la zona alta ocupan por primera vez toda la pared, desapareciendo el macizo en el piso superior. Posee dos grandes ventanas ojivales, separadas sólo por una jamba y un rosetón de ocho lóbulos por encima, rodeado de una corona de otros ocho intermedios y ocho pequeños, que dejan todavía mucha piedra al descubierto. Habrá que esperar a la catedral de Reims (1210) para encontrarnos con un ventanal de tracería completa.
Todas las bóvedas que se levantan son de crucería cuatripartitas que llegan a los 37 metros de altura, dejando pequeñas a las de Sens y Laon que pocos años antes habían alcanzado los 24 metros con este mismo sistema.
En el suelo de la nave central hay trazado sobre el pavimento un famoso laberinto, que ha dado pie a numerosas interpretaciones y misterios.
El exterior muestra también gran claridad compositiva y austeridad decorativa. Todavía carece de la multitud de elementos decorativos góticos que tienen otras construcciones hechas a partir del siglo XIII.
Las tres fachadas de entrada se conciben de igual manera en horizontal que en vertical. Tres pisos claramente diferenciados: el de la puerta de entrada y el de los ventanales y el del rosetón superior. Tres calles verticales: la central más ancha que corresponde al espacio de la nave central, las laterales con sobresalientes contrafuertes donde levantar dos torres paralelas.
Las torres de la entrada del transepto, que están proyectadas en planta, no se llegaron a levantar posiblemente para no restar protagonismo a las de la entrada principal. Éstas, no obstante, se terminaron en épocas distintas y le dan un toque asimétrico que dota de originalidad a esta catedral. La del sur es la más antigua, se levantó entre 1140-70 en un estilo de transición entre románico y gótico. Se remató con un tejado cónico en forma de aguja, que potenció la intención vertical del gótico, hasta alcanzar los 105,5 metros. Este remate no es frecuente entre las catedrales de esta zona de Francia. La segunda torre, la norte, es de una complejidad decorativa plenamente gótica flamígera de comienzos del siglo XVI, obra de Jean de Beauce. El chapitel está perforado con una tracería de filigrana que alcanza algunos metros más que su compañera.
Los pórticos aún recuerdan la temática y los rasgos artísticos románicos. El de la fachada principal o Pórtico Real, de 1140, representa a Cristo Pantocrátor en el tímpano de la puerta, entre los tetramorfos de los evangelistas y en las jambas los apóstoles representados con gran rigidez como las típicas estatuas/columnas del románico. Sin embargo, las figuras de las arquivoltas se disponen a lo largo del arco, como en el gótico, y en las otras dos puertas se representan dos temas típicos del nuevo espíritu: la Ascensión del Señor y escenas de la vida de la Virgen. Los pórticos del crucero son también de puerta triple. Se encuentran bajo un tejadillo de gablete. Son ya del siglo XIII en estilo y temática.
En la catedral de Chartres encontramos por primera vez que el sistema de descarga exterior de las bóvedas se muestra al descubierto a través del sistema de arbotantes de doble arquería que transmiten el peso entre los contrafuertes de la nave central y el contrafuerte exterior, sin embargo aún no se ha inventado el pináculo que asiente el contrafuerte y le dote de decoración.



Catedral de Chartres 17 

Vidrieras. Catedral de Chartres 18 

Vidrieras. Catedral de Chartres 19 

CATEDRAL DE NOTRE-DAME DE CHARTRES (S.XI-1513)
La Catedral de Notre-Dame de Chartes, ciudad cercana a París, se considera una de las mejores obras arquitectónicas del gótico.
De sus portadas destaca el Pórtico Real, con bellísimas esculturas medievales sobre santos y profetas del Antiguo Testamento, aunque sin duda la figura más recordada es la del Cristo en Majestad del tímpano.
Catedral de Notre-Dame de Chartres (planta)Otra puerta famosa en el Pórtico de la Virgen, de la misma categoría artística. Un segundo foco de atención lo constituye el magnífico conjunto de vidrieras que adorna la nave central. Es uno de los escasos conjuntos medievales que han llegado íntegros y lo integran 173 ventanas.
Por último, en el claustro de la catedral encontramos el Museo de Bellas Artes de Chartres, en cuyo interior podemos encontrar la Santa Lucía de Zurbarán entre obras de Chardin, Fragonard y Van Loo.
Catedral de Notre-Dame de Chartres (interior)La Catedral de Chartres, reconstruida en un cuarto de siglo sobre las fundaciones de edifios más antiguos, es un monumento en honor de Cristo-Dios y de Nuestra Señora.
Catedral de Notre-Dame de Chartres (vista aérea)Con sus nueve portadas esculpidas, unicas en el mundo, sus 2600 metros cuadrados de vidrieras de los Siglos XII y XIII, es una verdadera enciclopeda cristina de piedra y cristal, hecha para una problacion que no sabia ni leer ni escribir.

Rosetón Norte. Catedral de Chartres 20 

Rosetón Norte. Catedral de Chartres 21 

Laberinto de la Catedral de Chartres 22 
Catedral de Chartres 25
Catedral de Chartres 24

El laberinto de Chartres como Mandala espiritual.

Al entrar en la Catedral de Chartres, (siglo XIII) por la entrada occidental, te encontrarás caminando en dirección y al interior del Laberinto del Peregrino. El Laberinto está trazado en piedra negra sobre el piso de la nave de la Catedral, bajo la Ventana Rosa, cuyo diámetro refleja exactamente. Durante la Edad Media los peregrinos pobres, que no tenían la posibilidad de ir a Jerusalén, transitaban una imaginaria “peregrinación” de rodillas, recorriendo todas las vueltas y giros del laberinto dentro de propia catedral. En Chartres, como en muchas de las catedrales europeas en las cuales se encontraron diseños similares, este mandala espiritual adquirió un gran significado dentro de la devoción del laicado. Muchas generaciones experimentaron el gozo de arribar al centro del laberinto luego de muchas dudas y tentaciones.
Si trazas el diagrama del laberinto con tu dedo, comenzarás a comprender por que John Main consideraba a la meditación no solamente un método de oración, sino una peregrinación y una forma de vida. Transitar el laberinto con devoción, como en la meditación, ilumina el camino de nuestra vida. Todas los giros y retrocesos del laberinto te ayudan a poner tus tiempos de acedia y apateia, de turbulencia y de paz, bajo la perspectiva de la totalidad del diseño del camino.
Comienzas en el principio. Todo camino espiritual, aún el camino espiritual que trasciende el tiempo y el espacio, tiene un comienzo específico. No estás tan lejos del centro aún en el principio, pero tienes un camino a transitar, un proceso de realización y auto descubrimiento, antes que puedas encontrarte realmente, ya y siempre en el centro. Al comienzo te parecerá que alcanzas el centro directamente y de una vez, pero pronto descubrirás los viejos modelos recurrentes espirales y giros que ponen a prueba y profundizan tu fe. Pueden hacerte creer que estás perdiendo terreno y que estás retrocediendo. Luego de años de meditación podrás llegar a pensar que no has hecho progreso, excepto en la maduración de tu fe, que es el significado esencial del crecimiento espiritual. Esta misma fe luego te mostrará que las vueltas y giros del camino no son una forma difícil de Dios de hacerlo aún más difícil, sino una forma compasiva y sabia de nuestro maestro de desatar los nudos de tu corazón.
El laberinto te muestra la sabiduría de no tratar de medir tu progreso: precisamente debido a que el camino no es lineal ni mental, sino cíclico y espiritual. Similar a las vueltas de un arroyo. Lo único que importa es la confianza de saber que estás en el camino. El sendero que te conduce al centro, es un sendero angosto pero te conducirá a la fuente de la vida. La vida es eterna al igual que su fuente. Solo tienes que permanecer en el camino. Si tratas de engañar y saltar desde donde estás a donde quisieras estar sin transitar esa porción del camino, te perderás y quedarás confundido/a. Pero podrás comenzar de nuevo en cualquier momento. La compasión siempre presente de Dios se experimenta más directamente en la permanencia en el camino y en significado del camino que habrás transitado que descubrirás, finalmente, en el centro. Simplemente no deberás detenerte y continuar siempre hacia delante. Cualquiera que busque encontrará-
La meditación es un camino. Es, en primer lugar, un camino de experiencia antes que una forma de pensamiento o imaginación. Aun un símbolo como el del laberinto del Peregrino en Chartres, aunque rico en significado, solo podrá ser verdaderamente comprendido cuando puedas verlo como apuntando mas allá de sí mismo y fuera absolutamente del mundo de los signos. Observando la ilustración y trazando el camino al centro con tus dedos es muy diferente a transitarlo realmente de rodillas. ¡Que diferente es entonces nuestra práctica diaria de la meditación, de la mera lectura o discurso sobre ella!

El Laberinto Cósmico de Chartres
Publicado por Virginnie
Muchos templos de la antigüedad fueron orientados con gran precisión en función de determinadas posiciones estelares, lunares o solares con objeto de transmitir un mensaje que perdurara a través de lo siglos. Esa clase de "textos" llegaron incluso a inscribirse en las catedrales góticas. Se los conoce como "milagros de la luz".
El Laberinto de la Catedral de Chartres fue construido alrededor del año 1220 en Francia. Mandala cosmológico y calendario de base lunar, tiene su fundamento en la geometría sagrada, ese antiguo arte que otorga serenidad y equilibrio a las emociones y la mente.
El círculo es universalmente reconocido como símbolo de totalidad y unidad ; la espiral, de transformación y crecimiento. El Laberinto de Chartres es un circuito de once vueltas y de una sola vía que conduce siempre hacia el centro, sin caminos falsos ni riesgo de perderse, y retorna hacia la salida. El camino hacia adentro facilita la limpieza y aquietamiento de la mente ; el espacio central es un lugar de meditación y contemplación para permanecer receptivos a las bendiciones del silencio; el camino hacia afuera, conduce a la integración de la creatividad y el poder amoroso del alma en el mundo. Si se recorre con la mente y el corazón abiertos, el mandala se convierte en un espejo que responde a las preguntas acerca de quiénes somos y dónde estamos en nuestra vida. Al compartir la peregrinación con otros exploradores de la conciencia, nuestra existencia individual se ilumina con el sabor de lo universal y eterno.

Catedral de Chartres 26





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