martes, 2 de junio de 2015

FRANCISCO RIBALTA...EL FINAL DEL MANIERISMO Y EL INICIO DEL BARROCO ESPAÑOL



Pintor español. Pasó su niñez y su juventud en Barcelona, donde su padre trabajaba como sastre, y su hermano mayor, como sombrerero. No consta que comenzara los estudios artísticos en esta época, sino a raíz de su traslado a Madrid, en 1581, cuando a la muerte de sus padres vendió algunas posesiones y dispuso de cierto capital.
En Madrid se movió en el círculo de El Escorial, el principal foco de la actividad artística de aquellos años. Se sabe que copió obras escurialenses y que se relacionó con pintores que trabajaban en el monasterio, sobre todo con Navarrete. Antes de que se cumpliera su primer año de estancia en Madrid ya había pintado su primera obra, Preparativos de la crucifixión (1582), de clara impronta veneciana.




También por esos años contrajo matrimonio y nacieron sus hijos, dos niñas y un varón, Juan, que así mismo fue pintor. En Madrid conoció a Lope de Vega, con quien mantuvo una estrecha amistad hasta el fin de sus días. Seguramente a través de Lope de Vega, de quien pintó un retrato, se enteró de que el arzobispo Ribera buscaba artistas para varios encargos, y ello le indujo a desplazarse en febrero de 1599 a Valencia, de donde ya no se movió hasta su muerte en 1628.

Ribalta revolucionó la pintura local de la época, de carácter un tanto dulzón, con sus figuras poderosas y fuertemente caracterizadas, y fue la personalidad más destacada de la escuela barroca valenciana. Sus primeros encargos en Valencia fueron retratos y obras religiosas, como el retablo de Santiago de Algemesí


 la Santa Cena (1606), que lo consagró como pintor de prestigio. 


En su producción posterior se advierte, en las obras de 1610-1612, una clara influencia de Sebastiano del Piombo, y desde aproximadamente 1615, detalles derivados de Caravaggio. En este último período simplificó sus composiciones y acentuó un naturalismo que ya le era propio desde los inicios.




 San Francisco confortado por un ángel (h. 1616) y el conjunto de obras que realizó para la cartuja de Porta Coeli se cuentan entre lo mejor de la etapa final de su vida.
Quiero hacer una mención especial a uno de sus cuadros,que pienso es uno de los mas importantes de su extensa producción...

CRISTO ABRAZANDO A SAN BERNARDO...



 Cristo abandona la Cruz por un instante para fundirse en un abrazo con San Bernardo, fundador de la Orden Cisterciense. La escena está inspirada en una visión mística del santo, reflejada en uno de los libros de devoción más populares del periodo Barroco como era el Flos Sanctorum, o Libro de la vida de los Santos, de Pedro de Ribadeneyra, publicado en 1599.
Ribalta reduce al máximo el colorido para hacer una escena casi monocromática. La luz procedente de la izquierda hace que resalte el blanco del hábito y la anatomía de Cristo, dando lugar a infinidad de tonos de marfil que provocan un aspecto casi escultórico. El efecto de claroscuro muestra la influencia de Caravaggio en la obra de Ribalta, quien también parece inspirarse en imágenes de Sebastiano del Piombo para la poderosa figura de Cristo.

Esta obra es una de las más hermosas de la pintura española del Barroco y da una perfecta idea de la mentalidad profundamente religiosa imperante en la época. Es probable que se trate de la pintura de idéntico tema que a finales del siglo XVIII se documenta en la Cartuja de Porta Coeli en Valencia.



http://www.biografiasyvidas.com/biografia/r/ribalta.htm
https://www.museodelprado.es/coleccion/galeria-on-line/galeria-on-line/obra/cristo-abrazando-a-san-bernar

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