El Museo de Bellas Artes de Bilbao restauró hace unos años un precioso escritorio de marquetería alemana, probablemente de Augsburgo y ejecutado sobre 1570. La existencia de esta joya fue comentada en su día.Pero en los escritorios se ocultaban secretos y parece que los de Bilbao se van desvelando poco a poco.
En su momento se ignoraba que el cajón inferior albergaba una tabla que puede servir de atril y que es una verdadera sinfonía del cubo. Solo falta el dodecaedro rómbico para que el placer sea completo. Se representan sólidos platónicos y arquimedianos pero no de Catalá.
Los poliedros siguen los diseños de Lorenz Stör que renovó la representación alemana, junto a Virgil Solis. La taracea italiana renacentista es heredera de los dibujos de Leonardo para la Divina proporción y sorprende que no aparezca el cubo truncado. Stör no se olvida de él y lo representa sólido y vacío.
Hasta siete figuras relacionadas con el cubo nos encontramos en el atril: dos cubos vacíos, un cuboctaedro sólido, un rombicuboctaedro sólido, un cubo truncado hueco con vaciado de círculos en las caras octogonales y un cubo truncado sólido.
El séptimo es una de las figuras que más aparece en el mueble: el octaedro estrellado o macla de dos tetraedros. La relación con el cubo se debe a que si unimos dos lo que nos aparece es el cuboctaedro. Estamos ante la representación del óptimo de apilamiento de esferas: el sistema cúbico centrado en las caras o conjetura (hoy teorema) de Kepler.
El número 5 del Boletín del Museo contiene un documentado y recomendable estudio de María Paz Aguiló sobre tan importante pieza.
La amabilidad de las personas que llevan la documentación del museo es más que digna de encomio por su colaboración e información...
https://mateturismo.wordpress.com/2013/08/
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