A comienzos del siglo XX, en pleno desarrollo del arte vanguardista, destacó un pintor belga especialista en jugar con imágenes ambiguas, que exploraba los límites de la percepción visual, que manipulaba los objetos cotidianos haciendo que el espectador se cuestionase su visión preconcebida de la realidad. Muchos de sus cuadros se acabaron convirtiendo en auténticos iconos, como El espejo falso, donde vemos un cielo azul reflejado en un gran ojo, o quizás sea al revés, vemos el cielo azul a través del gran ojo; o El hijo del hombre, donde un caballero elegantemente vestido con traje, corbata y bombín, tiene su rostro oculto por una manzana verde suspendida en el aire; o Los amantes, donde una pareja se da un apasionado beso, a pesar de tener ambos la cara cubierta por una tela que les impide verse y, por supuesto, sentirse.
El creador de tales imágenes es René Magritte, nacido en Lessines, Bélgica, en 1898, hijo de un sastre y comerciante de telas y de una diseñadora. Pronto demostró su gran talento creativo pero no orientado hacia el mundo de la moda, como lo hacían sus padres, sino al de la pintura. Su vida artística estuvo marcada por tres momentos clave, el primero de ellos es el suicidio de su madre cuando él tenía tan solo trece años, ahogada en un río. El segundo marcó la decisión de dedicarse plenamente a la pintura, fue el descubrimiento de la obra de estilo metafísico del pintor italiano Giorgio de Chirico, cuyos cuadros, de fuerte contenido intelectual, serían imitados por Magritte. Por último, su estancia en París durante tres años, entre 1927 y 1930, dentro del círculo de artistas surrealistas, donde trabó amistad con Breton, Miró y Dalí. Este vínculo haría que su obra fuese enmarcada por los expertos dentro del surrealismo, algo que siempre rechazó el pintor, reivindicando su completa independencia. De hecho acabaría regresando a Bruselas donde podía vivir de forma tranquila, cansado de los excesos de la vida parisina.
Los amantes se suma a la lista de obras sobre la que corren ríos de tinta, tratando de descifrar su auténtico significado. Por lo general esas obras suelen ser sumamente complejas, llenas de símbolos, alegorías y figuras de difícil interpretación. Sin embargo Magritte logró el mismo resultado con mucho menos, sencillamente reutilizando un tema tan sencillo como el beso, al que ha añadido un único elemento, la tela que cubre las cabezas de la pareja. A partir de ahí la puerta queda abierta para que la imaginación de cada espectador resuelva el misterio, hay quienes consideran que hay una referencia a la muerte de su madre, ahogada en el río con sus ropas empapadas, otros sugieren que el amor es imposible sin contacto físico, algunos creen que muestra la imposibilidad de llegar a conocerse realmente el uno al otro a pesar de tratarse de una pareja de enamorados, otros ven las trabas que siempre se presentan cuando se trata de un amor prohibido...
"Los Amantes" es el título de dos obras diferentes pintadas por Magritte en el que aparecen los mismos dos protagonistas y en similares condiciones pero con la diferencia del fondo y la acción, en un cuadro las personas se están besando y en otro simplemente los rostros, uno al lado del otro.
Michael Lloyd & Michael Desmond en su libro “European and American Paintings and Sculptures 1870-1970 in the Australian National Gallery” indican que el origen de estas imágenes puede ser atribuida a diversas fuentes en la imaginación de Magritte y una de ellas podría ser la fascinación que Magritte sentía por el misterioso personaje de la novela de Pierre Souvestre y Marcel Allain, “Fantomas”, novela que el director del cine mudo francés, Louis Feuillade había llevado posteriormente al cine en forma de serie entre 1913 y 1914. “Fantomas”, según Itzia Fernández Escareño “se apoya en motivos románticos que muchos juzgan fantásticos que fascinaron a los surrealistas”.
También se ha interpretado el paño como una limitación de sus sentidos, privándoles del olor y la calidez del otro en el acto de besarse. También nos hace reflexionar sobre las relaciones del ser humano. ¿Es el amor ciego? ¿Hasta qué punto podemos llegar a conocer a la persona amada? Para Magritte, cada persona es un ente aislado y la unión absoluta con la pareja es una vulgar utopía. Podemos fingir que lo conseguimos, pero siempre habrá alguna parcela de nuestra personalidad que quede oculta.
También el estudioso de la obra de Magritte, David Sylvester opina que este era un gran aficionado a las novelas de detectives y que pudo haber tomado ideas de una revista tipo cómic en que el personaje era un detective llamado Nick Carter, acerca del cual llegó a escribir hasta un artículo.
Magritte dejó escrito: “La realidad es tan equívoca, incoherente y abstracta como cualquier pintura” o “Mi pintura son imágenes visibles que no tienen nada que ocultar, que evocan el misterio y, de hecho, cuando alguien ve uno de mis cuadros se hace esta simple pregunta: ¿Qué quiere decir ? No quieren decir nada, porque el misterio no significa nada o es incognoscible”.
La relativa sencillez de la composición se aprecia hasta en la ubicación de la pareja dentro de un espacio tridimensional logrado por tres simples líneas que aportan profundidad. La elección de los colores no es para nada casual, los colores cálidos producen sensación de cercanía y los fríos de lejanía, por eso la pared más cercana es roja y el vestido de la mujer, color relacionado con la pasión y el fondo es azul, la eternidad, el infinito.El rojo sirve para romper la frialdad de los tonos, y el azul para dar una atmósfera más sobria y alejada del espectador, casi paisajística. Los tonos del fondo dan más profundidad al cuadro, y hacen que la luz se vea como un elemento importante. No están dentro de una habitación, sino en un pórtico con el cielo de fondo.
La elección del color blanco para los paños logra resaltar y llamar inmediatamente la atención del espectador sobre el beso de los amantes. A pesar de tener sus rostros tapados, los paños parecen húmedos, se pegan a la piel y nos permiten distinguir los rasgos principales, la pareja se besa y parece hacerlo con pasión pero la sensación que genera en el espectador es más bien trágica y melancólica.
Es un cuadro surrealista, al no tener un significado entendible a primera vista.Simboliza la pasión en un beso imposible entre dos bocas que se buscan sin encontrarse.Es un tema aislado, sin importancia, pero provocador, rebelde, imaginativo, una visión nueva de un tema amoroso. Se ve perfección técnica, algo que no era muy abundante en las vanguardias anteriores. Magritte invita así a sus seguidores a realizar una lectura más profunda de su obra, a pararse ante el cuadro para que el espectador se dé cuenta de su significado.
Hay influencias del Dadaísmo, pero Magritte lo interpreta a la inversa, queriendo recuperar el arte destruido, más positivo.
Llama también la atención que en este caso se trate de una pintura más realista que de costumbre, pero que deja un desconcierto que es la raíz de su surrealismo, una especie de contradicción subconsciente. Sí, se trata de un cuadro de amor, pero absolutamente imposible...
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