Las fotografías de Pierre Gonnord son un inmenso archivo de la vida. Retratos estimulantes y reveladores llevan al espectador hacia la contemplación, el hecho artístico primordial. Su sorprendente lenguaje y sus característicos fondos negros, de los cuales emergen los rostros de sus protagonistas, su certera capacidad de expresar los sentimientos humanos, su análisis exhaustivo y conmovedor de cada marca de la piel, de cada arruga, gesto, tatuaje, cicatriz, han hecho del inmenso potencial narrativo de Pierre Gonnord una marca de distinción a la hora de hablar del retrato fotográfico contemporáneo.
Pierre Gonnord, uno de los artistas más reconocidos de la fotografía contemporánea y un «escrutador de almas», a decir del crítico y comisario Rafael Doctor. Su obra, anclada en el retrato del individuo que «narra, bajo la piel, historias singulares e insólitas sobre nuestra época», según sus propias palabras, ha sido expuesta en los principales museos, galerías y centros de arte de Europa y Estados Unidos.
Este fotógrafo francés comienza su andadura fotografiando a sus propios vecinos de su barrio para abandonar Francia y llegar a España en el año 1988. Sin embargo, a pesar de establecerse en nuestro país, Italia, Japón, Portugal o Estados Unidos son algunos de sus destinos favoritos a la hora de encontrar modelos. Pierre Gonnord es reconocido como uno de los retratistas sociales más importantes de la actualidad en Europa.
Salvando las distancias con el gran maestro de la pintura, Pierre Gonnord (1963, Francia) renueva el estilo de Velázquez aplicando su visión pictórica a su fotografía
Según el propio Gonnord es la curiosidad por grupos sociales marginados, tanto por razones económicas o étnicas, lo que le ha llevado hacia esta búsqueda de identidad de los propios personajes retratados en sus fotografías.
Retratos que llevan una denominación común en su mayoría como es el fondo oscuro. Fondo oscuro para dar ese ambiente de luz que moldea las facciones del personaje y lo hace emerger.
Sus personajes miran al espectador de forma fija y, a veces, aterradoramente. Otras simplemente te traspasan como en su serie de Retratos Venecianos.
Charlotte, de la serie Retratos venecianos. Venecia, 2010.
Este francés de Madrid, que tiene obra en el Reina Sofía, resulta ser un maestro del silencio visual en sus fotografías, un silencio que invita a la reflexión y a la solidaridad.
Su iluminación, sencilla pero precisa, cual bisturí de cirujano, provoca que muchas de sus fotos parezcan guarden parentesco con los cuadros con iluminación tenebrista de Velázquez, Ribera o Rembrandt. Todos ellos, pintores del siglo XVII en los cuales Gonnord se inspira y, cuyas obras están dotadas ‘de una gran carga psicológica por su gran economía de medios. En ellos Gonnord ha encontrado una forma de acercarse al alma, a las raíces del ser humano sin despojarse de lo vital en estos tiempos convulsos de hoy donde el aspecto social ha quedado en un segundo plano.
Para estos retratos se manejan tres luces principales. Dos por focos directo de luz y uno (la luz de relleno) a través de un reflector.
El foco de luz usado para iluminar el fondo es opcional, nos ayuda a darle mas definición al modelo y a separarlo del fondo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario