jueves, 1 de marzo de 2018

LA BALSA DE LA MEDUSA


La Balsa de la Medusa, monumental óleo sobre lienzo realizado por Théodore Géricault hacia 1819, expuesta en el Museo del Louvre, París, Francia.Pero, antes de comenzar el análisis, antes de realizar el comentario artístico de La Balsa de la Medusa, se debe recordar que su autor es considerado el más revolucionario del movimiento romántico, y es que los románticos interponen su libertad creadora ante cualquier regla académica. 
La obra se basa en un hecho real: el dos de junio de 1816 la fragata “medusa” naufraga frente a la costa oriental africana. Su capitán, que demuestra ser un desalmado más que un inepto, consigue el cargo por el apoyo a los Borbones. ¿Desalmado e inepto? Sí, pues el capitán y sus oficiales emplearon las barcas salvavidas abandonando a los 149 marineros que les acompañaban, ya que los consideraron inferiores. Y, en una balsa que estos últimos construyeron, navegaron a la deriva durante 13 largos días en los que se sucedieron escenas de locura, desesperación y canibalismo. Sólo veinte sobrevivieron (falleciendo además cinco de ellos durante el rescate).

Detalle,
Detalle, La Balsa de la Medusa
Rescatados finalmente por un carguero, es en el otoño del año siguiente cuando los supervivientes publican el relato de lo sucedido, pero, la reacción de la sociedad, aunque pueda sorprender, ¡fue de repulsa! Por si todo esto fuera poco, el estado se encargó antes de ocultar el suceso. ¿Manipularon a todo el pueblo? No, a todos no porque hubo un artista que no quiso olvidar….
Tumba de Theodore Gericault, cementerio Pere-Lachaise, París
Tumba de Theodore Gericault, cementerio Pere-Lachaise, París
“Ni la poesía ni la pintura podrán jamás hacer justicia al horror y la angustia de los hombres de la balsa”. Las palabras de Géricault ayudan a entender que la obra acusa directamente al Estado Francés de abandonar a sus ciudadanos y de ocultar información. Y si todavía no queda clara la posición del artista, el uniforme en el agua de un soldado francés (parte inferior derecha) representa el derrumbe político y militar de Francia.
Detalle,
Detalle, La Balsa de la Medusa
Abandono, desesperación, esperanza, realismo…La Balsa de la Medusa es dinamismo y emoción, pues lo vemos tanto en el brazo en escorzo del personaje de la derecha como en los rostros y gestos de los supervivientes (las manos juntas del hombre con los cabellos peinados por el viento). Además, el hacha ensangrentada es clave para comprender que hubo escenas de canibalismo.
Detalle,
Detalle, La Balsa de la Medusa
Por otra parte, en la gigantesca composición observamos dos pirámides. Una, formada por los vientos que sostienen la vela, y otra, conocida como pirámide de la esperanza, por el resto de las figuras: las inferiores aparecen sin vida pero la pirámide se alza (pasando por personas enfermas y moribundas) hasta llegar a su cúspide, donde se plasma la esperanza de un posible rescate. Pero esto no es todo lo que muestra la pintura, de hecho el simbolismo romántico esconde mucho más de lo que muestra, porque además de esperanza se representa la incertidumbre, pues al fondo, en casi un punto minúsculo, vemos El Argus, un buque que no sabemos si se aleja o acudirá al rescate…
Detalle,La Balsa de la Medusa
El pintor introduce en su estudio una réplica de la balsa a tamaño natural y figuras de cera que cambia a su antojo. Respecto a los personajes de la obra el artista realiza bocetos previos sobre cadáveres y ejecuciones, y puede verse además cómo se inspira en figuras miguelangelescas, es decir, que imita el arte de Miguel Ángel a la hora de representar las formas musculosas. Pero el arte de Géricault, como también lo es el de Miguel Ángel, no es fotográfico sino poético. ¿Por qué se dice esto? Si nos fijamos bien podemos ver contrastes en la obra, es decir: en el cuadro, como en otras pinturas del artista, se aprecia una mezcla de belleza y horror. ¡Romanticismo puro! ¡La pirámide de la esperanza también lo recuerda!
Horror que en este caso emanan los cuerpos atléticos (belleza) de dichos personajes, ya que figuran con rostros desesperados y cuerpos mutilados. Esto tiene una explicación: para los románticos hay una ampliación del concepto de belleza. Belleza que no debe competir sólo con la verdad y lo infinito, que darán lugar al realismo y a lo sublime, sino a su propio opuesto: la fealdad.
Como es de suponer, con estas premisas, en La Balsa de la Medusa vemos una gran variedad de expresividad: desde la desesperación del anciano que da la espalda al barco, es decir, no le importa si es rescatado pues ha muerto su hijo, hasta los sentimientos de esperanza que llegan a la corona de la pirámide, donde un hombre de raza negra enarbola un trozo de ropa para llamar la atención de los lejanos rescatadores.
Como dato curioso de la obra se suele mencionar que el joven muerto que sujeta el anciano del manto rojo es el retrato de Eugène Delacroix, el otro gran pintor romántico. Pocos años más tarde fue el mismo Delacroix quien retrata a su colega Gericault como uno de los muertos en la obra La Barca de Dante.
Detalle La Balsa de La Medusa
El artista deja claro que lo que a él le interesa es retratar en este caso “al pueblo”, pues éste escapa de la disciplina intelectual del momento y éste a su vez representa una mirada primera, ingenua y sin condicionamientos, una mirada que los románticos debían imitar. Por supuesto que esto se aplica para representar a las mujeres (las de la época) y a los niños. Por eso La Balsa de la Medusa causa rechazo, porque además de representar algo que el propio estado quiso esconder, también representa como protagonistas a seres humanos desconocidos, y eso era algo impensable para la alta sociedad de su tiempo, por mucha Revolución Francesa precedente. Por lo tanto, La Balsa de la Medusa es un homenaje, un tributo a los marineros, una bofetada con mucho arte a los gobernantes y gobernados.
Bibliografía consultada 
SERRANO DE HARO SORIANO, A. El Romanticismo, Un Nuevo Sentimiento Artístico. El Arte del Siglo XIX. Editorial Universitaria Ramón Areces, UNED, Madrid, 2010.
VV.AA. Guía visual de pintura y arquitectura: La Balsa de la Medusa. Editorial El País-Aguilar. Madrid, 1997
http://www.arteselecto.es/app/uploads/2014/05/Detalle-la-balsa-de-la-medusa.jpg
https://estudiandoloartistico.wordpress.com/2013/04/11/la-balsa-de-la-medusa-theodore-gericault-2/?wref=tp
https://costadamorteba.files.wordpress.com/2015/05/medusa-11.jpg

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