Mediados del siglo XVI. Calcedonia, Diamante, Esmalte, Esmeralda, Oro, Rubí, Vidrio
Vaso
en forma de copa alta compuesto por tres pedazos de calcedonia de
distintos tonos y seis guarniciones de oro esmaltado. El cuerpo oval, de
perfil abarquillado, se decora con un bajorrelieve de ovas enlazadas,
separadas por florones realizados con cinco puntos. En el labio, ancha
guarnición de oro liso, apuntado en la proa, recorrida en su interior
por un diseño vegetal sinuoso, de flores y vainas, en esmalte negro
embutido y por fuera, además de similar motivo, se enriquece con
sobrepuestos de hojuelas verdes y granos blancos con engastes de rubíes y
esmeraldas. En la popa va un cupido esmaltado de blanco, con las alas
esmaltadas y la aljaba cuajada de diamantes, portando el arco en su
izquierda. Cabalga un monstruo de cabeza y cuerpo de dragón, dientes y
lengua puntiagudos, cola enroscada, sus garras sujetas al borde,
esmaltado de violeta, azul, ocre y blanco opacos, verde, azul y tostado
de trasflor. Una guirnalda floral esmaltada en tonos opacos cubre la
panza inferior del vaso, quizás para ocultar una rotura, con un mascarón
en el centro de su cara interior. El vástago, de balaustre con moldura
superior, labrado con gallones, se une al cuerpo y pie con dos
guarniciones de de oro esmaltado de oro esmaltado con florecillas
blancas que alternan con engastes de rubíes y diamantes. Un zafiro que
en 1776 se describía como ochavado prolongado, labrado rosa, vajo de doce granos
estaba en el pecho del dragón y, ya en 1815 la Embajada anotó su falta,
aunque lo situaba incorrectamente en la cabeza del animal. Fue colocado
en su lugar, en fecha indeterminada, un vidrio rojo, quizás durante la
restauración del siglo XIX efectuada por Zaldós. El cuerpo se adorna con
una montura de diseño fantástico que (posterior a otras guarniciones
del vástago y el pie, datables hacia 1590), ha sido atribuida a Pierre
Delabarre, platero parisino recibido en 1625 como maestro.
El interior de la guarnición del labio tiene, en esmalte negro
embutido, un diseño de tallos sinuosos, hojas picudas y vainas. Las
figuras de oro con carnaciones blancas no son extrañas a la orfebrería
francesa, tanto en los modelos del siglo XVI del entorno de la escuela
de Fontainebleau, como en estas curiosas recreaciones historicistas
del siglo XVII. Es de notar la similitud del esmaltado de la cola del
monstruo con la de los delfines y colas de la sirena del vaso, lo que plantea la posibilidad de un reesmaltado en esta pieza.
El Tesoro del Delfín
es un conjunto de vasos preciosos que, procedentes de la riquísima
colección de Luis, gran Delfín de Francia, vinieron a España como
herencia de su hijo Felipe V, primer rey de la rama borbónica española.
La exquisitez de las piezas del Tesoro del Delfín se completa con los
estuches diseñados, ex profeso, adoptando la forma de cada una de ellas
lo que permitía su traslado con seguridad y hacer recuentos reconociendo
la pieza por la forma del estuche. El de esta pieza es el estuche
número O3374.
Luis de Francia (1661-1711), hijo de Luis XIV y María Teresa de
Austria, comenzó su colección tempranamente influenciado por su padre;
la adquisición de obras se producía por diversas vías, desde regalos
hasta su compra en subastas y almonedas. Al morir el Delfín, Felipe V
(1683-1746) recibe en herencia un conjunto de vasos con sus respectivos
estuches, que fueron enviados a España. En 1716 estaban en el Alcázar de
Madrid, guardados en sus cajas, desde donde se trasladaron, en fecha
posterior, a La Granja de San Ildefonso, lugar donde se citan a la
muerte de Felipe V, conservados en la llamada Casa de las Alhajas.
En 1778 se depositaron, por real orden de Carlos III, en el Real
Gabinete de Historia Natural y continuaron en la institución hasta el
saqueo de las tropas francesas en 1813. La devolución de las piezas se
produjo dos años más tarde y con algunas pérdidas. Fue en 1839 cuando la
colección llega al Real Museo, donde sufrieron en 1918 un robo. Con
ocasión de la Guerra Civil española fueron enviadas a Suiza regresando
en 1939, con la pérdida de un vaso, desde entonces se encuentran
expuestas en el edificio Villanueva
(Texto extractado de Arbeteta, L.: El Tesoro del Delfín. Catálogo Razonado, 2001, pp. 27-33; 167-168).
https://www.museodelprado.es/coleccion/obra-de-arte/barquillo-con-cupido-cabalgando-un-dragon/1a24174d-ac60-4d4d-b895-3519f0028ce4
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