miércoles, 8 de enero de 2020

HIERONYMUS BOSCH....EL JARDIN DE LA DELICIAS Y EL TERCER DIA DE LA CREACION


Se trata de un triptico pintado al óleo sobre tabla que se puede cerrar,de tal modo que presenta dos cuadros...
Uno cuando está cerrado y otro cuando está abierto.
el Jardin de las Delicias fué adquirido por Felipe II y enviado al Monasterio de el Escorial en el año 1539 lugar en el que permaneció cuatro siglos.
En la actualidad forma parte de los Fondos de Exposición Permanente del Museo del Prado de Madrid,donde ingreso como depósito del Patrimonio Nacional en 1939.
El cuadro cerrado,alude al tercer dia de la creación del mundo.Se representa un globo terraqueo,con la tierra dentro de una esfera transparente.
Solo hay formas vegetales y minerales,no hay animales ni personas.Esta pintado en tonos grises


Al abrirse el Triptico,presenta ,en el panel izquierdo,una imagen del paraiso con Adan y Eva.








En el panel central,se representa la locura desatada:la lujuria,donde se descubre todo tipo de placeres carnales,que son la prueba de que el hombre ha perdido la gracia.

                                               






Por ultimo,la tabla de la derecha,representa la condena en el Infierno;en ella el pintor nos muestra un escenario apocaliptico y cruel por el que el ser humano es condenado por el pecado

Podria incluir infinidad de imagenes de esta admirable triptico...pero nunca lograria plasmar su belleza.
Para compreder esta  obra es preciso sentarse ante ella y observarla, cada pequeño espacio es una representacion de la creacion.
Les dejo una explicacion tecnica y dos videos  para completar esta pequeña publicacion de una gran obra .



El Jardin de las Delicias es uno de los grandes trípticos íntegros de El Bosco . Llegó a manos de Felipe II de las colecciones del prior don Fernando, de la Orden de San Juan, hijo natural del duque de Alba: mencionado en el inventario de los cuadros enviados por el rey a El Escorial el 8 de julio de 1593("una pintura de la variedad del mundo"); descrito por primera vez por el padre Sigüenza, como el cuadro "de las fresas" y designado en general por los viejos escritores españoles como "la lujuria", en el catálogo de El Escorial de Poleró  aparece el título "los deleites terrenales". La autografía es reconocida concordemente (excepto Dollmayr , que piensa en el 'Maestro M'] a partir de Justi. La fecha, calculada antes en el período juvenil hacia 1485  por la construcción arcaica de planos y por la ausencia de realismo, fue trasladada al período  del Tríptico de la Epifanía, en el Prado  por el refinamiento tonal de la pintura y por la vuelta al estilo gótico tardío de ritmos flamboyants, y de colores delicados, difundidos a finales del XV en toda Europa.
Esta fecha es ahora sostenida concordemente por la crítica, aunque con alguna variante de años; pero el examen directo de la obra no nos lleva a considerar aceptable la contemporaneidad con la Epifanía del Prado y tampoco una fecha posterior al Tríptico de Lisboa: las pequeñas figuras hormigueantes, el horror vacui, la composición en tapiz, con los planos que suben de abajo arriba y oscila levemente, el mismo llegar a la cima de paleta de amarillos, tan diversos de los de las obras tardías, tiene su raíces en el Tríptico del Heno , que constituye la etapa central de la primera madurez, así como las Delicias son su cima y sello, en clave aún medieval pero ya moderna.
La interpretación más difundida es la moralístico-didáctica: al exterior, el tercer día del Génesis, como preludio: al interior, en la hoja a la izquierda, la creación de Eva, suceso-base de los males del mundo: en el centro, la representación de los pecados carnales: a la derecha, el castigo, el infierno. En el sentido de predicación moral entendíalo ya el padre Sigüenza (que quería se difundieran muchas copias para edificación de las almas); y se adhieren en principio, Baldass, Combe, Bax, Puyveide. Combe (1946 y 1957) introduce la explicación de los términos según la alquimia, la falsa doctrina que aparta a los hombre de la salvación igual que el pecado carnal, basándose también en la unión de los principios masculinos (azufre) y femenino (mercurio). Bax (1956) parte de la interpretación psicoanalítica de Tolnay, para desarrollar la búsqueda de los símbolos eróticos, recurriendo al folkore holandés, a las diversas expresiones de jerga, a las metáforas corrientes en la poesía de comienzos del 1500(editadas sólo en 1524, después de la muerte del Bosco, en el Refereynenbundel de Jan van Styevoorts).
Tolnay funda en el significado moralista una explicación psicoanalítica: el Bosco habría pintado el sueño de una humanidad deseosa de actuar los conculcados impulsos de amor del inconsciente, y utilizarla para la simbología erótica las teorías de los sueños de Macrobio en el comentario al Sueño de Escipión el Africano, de Cicerón (donde la frase "vemos el sueño a través de un velo que tiene la naturaleza de un cuerno"entonaría con las cristalinas transparencias del cuadro), y las 'claves de los sueños' de finales del XV, como Les songes de Daniel Prophète, 1482, cuyos antiguos motivos refluirían con nueva validez científica en el psicoanálisis freudiano y en la psicología de lo profundo, de Jung. Linfert (1959) revela el sentido metamórfico (flujo alquímico) y la ambigua espera de un mundo que "sueña con los ojos abiertos", combinando duda y satisfacción.
A estas interpretaciones sustancialmente pesimistas se opone la optimista de Fraenger, para quien el conjunto fue ordenado por el maestro dela secta del Libre Espíritu, como ilustración del paraíso de los Adamitas . El infierno sería un infierno para herejes, pecadores contra lasdoctrinas de la secta: pero esinfierno que contiene los gérmenes de la redención. La teoría, cuyacontribución positiva esla profunda búsqueda de símbolos en clave psicoanalítica, fuedesarrollada en sentido antroposófico por Wertheim-Aymès que hace del postigo derecho un "purgatorium", del que las almas pasarían al centro, el nirvana de los goces del amor.
Estas explicaciones, rechazadas por G.Ring("The Burlington Magazine"), Bax , Ouyvelde , Génaille , Tolnay , están privadas de cualquier base histórica; no parece que los herejes tuvieran un artelitúrgico, ni vale el argumento de que un tema como las Delicias no pudiera ser encargo para una iglesia; fuera destinado el cuadro a un comitente religioso o a un privado, en los tiempos del artista el fin moralístico justificaba los más atrevidos medios figurativos: lo revela el padre Sigüenza con sus consideraciones. El problema de El Bosco no cambia: resolver en pura invención figurativa las diversas solicitaciones de la propia época, en el ámbito del contraste entre bien y mal, presente desde la primera a la última de sus obras. En la anormal mezcla de los mundos vegetal, mineral, animal, que alcanza su cima en el Tríptico de las Delicias, la esencia antihumana de lo diabólico coincide con la sobreexcitación fantástica de un artista-demiurgo, recreador de un mundo nuevo y nunca visto. Para estos extraños injertos entre los tres mundos, Combe señala una probable fuente figurativa en las xilografías alemanas de finales del XV (especialmente las ediciones de Koberger de Nuremberg) donde, por ejemplo, las rocas asumen extraños aspectos de cristales y de vegetación tropical.
El estado de conservación no es perfecto, sobre todo en la gran tabla central, donde a las junturas de la madera corresponden caídas de color ahora restauradas. De la obra existen una reproducción en tapiz flamenco del XVI, en el Palacio Real de Madrid, y muchas copias parciales catalogadas por Friedländer y Tolnay.












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