viernes, 16 de septiembre de 2016

FUENTE CON LA HISTORIA DE HERMAFRODITO Y CAMAFEOS DE LOS DOCE CESARES




1580 - 1590. Cristal de roca / cuarzo hialino, Lapislázuli, Oro, Perlas, Plata dorada
Fuente de perfil ovalado, en cristal de roca de una sola pieza, con una guarnición al pie y otra al borde. Esta última forma una ancha franja moldurada y de picado de lustre, con sobrepuestos de oro esmaltado que siguen un diseño de ces y roleos -esmaltados en blanco, negro, celeste y verde claro opacos, y rojo y verde de transflor-, y marcos similares donde se insertan doce camafeos de lapislázuli. La pequeña guarnición que forma el ruedo de asiento se enriquece con un diseño que alterna doce eses esmaltadas y doce perlas de las que, según el inventario de 1746, faltaban tres, repuestas posteriormente. Sin embargo, no se conservan las perlas o piedras que, en su día, enriquecieron cada uno de los sobrepuestos de la guarnición exterior. La pieza, por sus dimensiones y ejecución, constituye toda una proeza técnica. En su superficie se ha labrado una historia secuencial a modo de anillo, con varios episodios narrativos unidos a través de un paisaje continuo de arboledas y lontananzas, que se desarrolla expandiéndose hacia el ala de la fuente, y con una composición que presenta vacíos en una de las mitades, resueltos con un par de aves volando. Se narra aquí visualmente la historia de Hermafrodito, basada en las Metamorfosis de Ovidio, empezando con la unión de Hermes y Afrodita, cuyo fruto es Hermafrodito, que es cuidado en su infancia por las ninfas, quienes se ocuparan de su educación. A continuación, ya convertido en un esbelto muchacho, se lo ve marchando, lanza en mano y precedido por Cupido, por un camino en el que la distancia es sugerida por varios parajes y dos ciudades en la lejanía. En la siguiente escena aparece descansando junto a un manantial, momento en el que es requerido por la ninfa Salmacis, habitante de las aguas, que se ha enamorado del joven y de la que éste no consigue escapar. Al bañarse en el lago, la ninfa se abraza fuertemente a él y ruega a los dioses que la fundan en un solo cuerpo con su amado, cosa que, en efecto, le conceden, creando un ser de doble sexo, representado aquí con dos cabezas, femenina y masculina. En la base de la fuente se han abierto unas ondas marinas, paralelas a la guarnición interna, más estrecha, y en ellas se presentan luchas y encuentros de seres marinos, como tritones, centauros de mar o náyades, en una recreación del océano y sus habitantes.
En 1927, Ernst Kris ya consideró que esta fuente era obra del taller de los Sarachi, opinión que compartía Diego Angulo en 1944 y que concuerda con la crítica posterior. El especifico tratamiento de perfiles, manos, ropajes, arboles, plantas, aves y demás corresponde a un lenguaje técnico y estético muy próximo al de distintas obras atribuidas a este taller, entre ellas la Copa de la Vendimia . Asimismo, la historia principal podría estar basada en un diseño de Annibale Fontana. Acerca de la guarnición, ya Kris se planteaba si el ancho labio de oro con sobrepuestos esmaltados y camafeos podría ser español, algo nada fácil de determinar, ya que sigue un estilo internacional. Posteriormente, Venturelli considero todas las guarniciones como originales, y atribuyo los excelentes camafeos a Fontana, cuñado de los hermanos Sarachi, si bien la cuestión sigue abierta. El análisis de esta pieza se complica aún más en el caso de las escenas representadas, pues la historia de Hermafrodito no es un tema frecuente, y es de suponer que sería un encargo destinado a un cliente determinado. Se ha querido hacer una lectura directamente relacionada con el mito ovidiano sobre el poder del agua y la unión amorosa, así como con el llamado Hermafrodito de Leonardo da Vinci y el Trattato dell’arte della pittura de Giovanni Paolo Lomazzo. Sin negar esta posibilidad, pueden existir otras lecturas, ya que, de referirse únicamente a lo mencionado, la presencia de los Doce Césares sería incoherente y estaría fuera de lugar. Sean coetáneos al trabajo en cristal o una adición posterior, obligan a proponer otras interpretaciones del mito representado, pues el motivo de Hermafrodito contiene una carga teórica enorme, tanto desde el punto de vista de la filosofía neoplatónica como de la alquimia, según se entendían ambas en el ambiente culto del segundo Cinquecento. Ello nos acerca, una vez más, al pensamiento de Marsilio Ficino, que influyo poderosamente en el ámbito culto milanés, lo que no impide que pueda existir una tercera perspectiva, la política, quizás relacionada con los Habsburgo españoles, pues la conquista de los mares es imagen de los grandes imperios.
Es una de las piezas pertenecientes al Tesoro del Delfín, el conjunto de vasos preciosos que, procedentes de la riquísima colección de Luis, gran Delfín de Francia, vinieron a España como herencia de su hijo Felipe V, primer rey de la rama borbónica española. Luis de Francia , hijo de Luis XIV y María Teresa de Austria, comenzó su colección tempranamente influenciado por su padre. La adquisición de obras se producía por diversas vías, desde regalos hasta su compra en subastas y almonedas. Al morir el Delfín, Felipe V  recibe en herencia un conjunto de vasos con sus respectivos estuches, que fueron enviados a España. En 1716 estaban en el Alcázar de Madrid, desde donde se trasladaron, en fecha posterior, a La Granja de San Ildefonso, lugar donde se citan a la muerte de Felipe V, conservados en la llamada Casa de las Alhajas. En 1776 se depositaron, por real orden de Carlos III, en el Real Gabinete de Historia Natural y continuaron en la institución hasta el saqueo de las tropas francesas en 1813. La devolución de las piezas se produjo dos años más tarde y con algunas pérdidas. Fue en 1839 cuando la colección llega al Real Museo, donde sufrieron en 1918 un robo. Con ocasión de la Guerra Civil española fueron enviadas a Suiza regresando en 1939, con la pérdida de un vaso, desde entonces se encuentran expuestas en el edificio Villanueva 
(Texto extractado de Arbeteta, L.: El Tesoro del Delfín. Catálogo Razonado, 2001, pp. 116-117, y de Idem: Arte transparente. La talla del cristal en el Renacimiento milanés, 2015, pp. 104-109).
 https://www.museodelprado.es/coleccion/obra-de-arte/fuente-con-la-historia-de-hermafrodito-y-camafeos/c7e7de23-0139-4523-9ca6-1dfc83a0810a

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