viernes, 7 de febrero de 2020

LA ENIGMATICA GOBERNANTA MOCHINA...LA DAMA DE CAO


La tumba de una mujer que dirigió los destinos del imperio Mochica, una de las principales culturas preincaicas que se desarrolló en la costa norte del Perú, sorprende al mundo. Según las investigaciones arqueológicas, La Huaca Cao Viejo está compuesta por una plaza principal, un patio ceremonial y numerosos recintos entre los que destaca el Mausoleo, donde se realizó uno de los hallazgos más importantes de los últimos tiempos “La tumba de la Señora de Cao”.
La Señora de Cao habría sido para algunos, la autoridad suprema y para otros una reina guerrera que gobernó El Brujo mil años, antes que aparecieran los incas. Su pueblo estuvo poblado entre 3,000 y 5,000 personas, dedicadas a las actividades de pesca, agricultura, alfarería y textilería.
Los exámenes de Carbono 14 y ADN  indican que esta mujer habría fallecido entre los 20 y 25 años de edad, y que al menos habría tenido un hijo. La sepultaron con todos los honores de un alto dignatario en un ostentoso Mausoleo, ubicado en la pirámide Cao Viejo, cuyas paredes pintadas con símbolos que representaban a sus dioses, el felino mitológico y el cóndor.


La tumba fue sellada herméticamente con troncos de algarrobo que encajan perfectamente entre sí, impidiendo el paso de la humedad, el polvo y organismos que hubieran podido descomponer el cuerpo. Junto a la tumba de la gobernante se encontraron tres entierros de personas masculinas que habría fallecido entre 50 y 100 años antes que ella, probablemente hayan sido sus parientes  o guías espirituales.



El cuerpo de la Señora de Cao estaba recubierto con un mineral rojizo llamado cinabrio o sulfuro de mercurio, asociado por su color a sangre. Este mineral permitió el excelente estado de conservación del cuerpo y de sus órganos internos… tómese nota que los Moche no embalsamaban a sus muertos ni tampoco los evisceraban, siendo este caso una notable excepción.Señora de Cao estaba recubierto con un mineral rojizo.La envolvían numerosos mantos con objetos de su poder: cuatro coronas de oro, una de ellas con representación de un fiero felino, un plato dorado que cubría su rostro, aretes  y narigueras de figuras antropomorfas, un cetro ceremonial de madera y oro, finos collares con cuentas de piedras preciosas y otros dijes de oro con representaciones de rostros humanos, y también husos para tejer, que era la actividad cotidiana de las mujeres Moche.



Su rostro fue cubierto con un paño de algodón y protegido con un recipiente de cobre dorado, y sobre el pecho descansaba un plato del mismo metal.Fuera del fardo, se halló un ceramio blanco  de fina factura que muestra la figura de un curandero y una mujer cargando a una pequeña niña.

Llaman la atención los tatuajes en brazos, manos, piernas, pies y dedos de la Señora de Cao, representando arañas y serpientes asociadas a la fertilidad de la naturaleza, caballitos de mar relacionados con el océano y otros símbolos aún por descifrarse, que denotan su elevado estatus dentro de la sociedad Moche, y aunque no se ha podido identificar el origen de los tintes utilizados, se presume que la técnica empleada puede haber sido muy parecida a la actual.
El descubrimiento de la Señora de Cao es un hito importante para la historia del Perú preincaico, debido a que es el único entierro hallado en casi perfecto estado de conservación, no obstante los 1,550 años transcurridos hasta la fecha, habiendo permitido obtener finos textiles, piel humana y diversa información que antes eran imposible, debido al deterioro de los restos Moche, tanto por factores climáticos como por los saqueos.
El cuerpo momificado de la Dama de los Tatuajes, que se encuentra en perfecto estado de conservación, es exhibido desde 2009 junto con las mil 200 piezas originales, halladas en el contexto funerario de la momia y en diferentes sitios de la zona monumental.
Una joven madre de piel tatuada, cubierta de joyas y de los símbolos de poder de la poderosa cultura Mochica, envuelta en un fardo elaborado y protegida por cuatro acompañantes en su viaje al más allá, fue hallada en el 2006 en la Huaca Cao, en el Complejo Arqueológico El Brujo. El hallazgo conmocionó al mundo, y no solo porque nunca antes se había encontrado evidencias que señalaran con tal certeza que en el Perú prehispánico hubo gobernantes mujeres; además, se trataba de un contexto funerario intacto y de un cuerpo increíblemente preservado, que resolvía innumerables preguntas sobre los Mochica y al mismo tiempo presentaba nuevos enigmas sobre las antiguas culturas de la Costa Norte.

 La Señora de Cao fue descubierta en el 2006 por los arqueólogos del Proyecto Arqueológico El Brujo (liderados por Régulo Franco), quienes se maravillaron al encontrar este contexto funerario intacto. Conscientes del valor de este personaje, pero sin saber aún las sorpresas que encontrarían dentro del fardo, dedicaron el máximo cuidado a estudiar este hallazgo. Durante un trabajo prolijo y exhaustivo en laboratorio, durante seis meses el equipo de científicos (liderados por la arqueóloga y especialista textil Arabel Fernández López, y con la participación del Dr. John Verano, antropólogo físico de la Universidad de Tulane y experto en la bioantropología de los Mochica) desenfardelaron el cuerpo y descubrieron los tesoros que guardaban las 26 capas que cubrían a la Señora de Cao.
Tumba Señora de Cao-La tumba fue sellada herméticamente con troncos de algarrobo que encajan perfectamente entre sí, impidiendo el paso de la humedad, el polvo y organismos que hubieran podido descomponer el cuerpo.

Decorada con relucientes narigueras, coronas y collares, envuelta en primorosos textiles, flanqueada por las armas de poder de los gobernantes Mochica, la Señora de Cao, también conocida como la Dama de los Tatuajes, pronto atrajo la mirada del mundo entero. Además de propiciar artículos en revistas internacionales, su réplica ha sido visitada por más de medio millón de personas en distintos países. Este enigmático personaje es el centro del nuevo Museo de Sitio Cao, en el que el visitante podrá ver a la Señora de Cao original después de sumergirse en el fascinante universo de los antiguos habitantes del Valle de Chicama.
                          


Además de la persona joven enterrada dentro de la tumba de la Señora de Cao, tres acompañantes la protegían en su viaje al Más Allá, enterrados en tumbas cercanas. En una de ellas se encontró este impresionante chaleco de cuero y textil, con aplicaciones de plumas, que representa un personaje de rostro expresivo, elaborado en cobre dorado, y cuyos ojos y boca tienen delicadas incrustaciones de concha y nácar. Un objeto similar se encontró en la Huaca de la Luna; se cree que estuvo asociado a atributos chamanísticos.

                        




En la tumba de la Señora de Cao se encontraron once ceramios, pertenecientes a tres períodos diferentes: Mochica, Salinar y Gallinazo. Este ceramio de caolín representa, al parecer, una escena de la infancia de la gobernante. Una curandera, envuelta en un manto en forma de pallar, impone las manos a una niña en brazos de su madre.

Las treinta cuentas de este collar de cobre dorado son un trabajo exquisito; cada una de las cuentas de 14 mm. de diámetro muestra un rostro con diferente
expresión.




La Señora de Cao fue enterrada con dos grandes porras ceremoniales de madera, recubiertas con cobre dorado. Estos símbolos de poder nunca antes habían sido hallados en la tumba de una mujer.

La Dama de los Tatuajes fue sepultada con quince collares de oro, cobre y piedras preciosas, además de sartas de aretes de cobre con incrustaciones de turquesa. 



Además de tener un gran valor iconográfico, las 44 narigueras con las que fue enterrada la Señora de Cao son piezas de delicada orfebrería; muchas de ellas combinan dos metales (oro y plata, o cobre y cobre dorado), generando objetos hermosos que perpetúan el concepto de dualidad esencial para los antiguos pobladores de la Costa peruana. Las narigueras le cubrían la boca, confiriendo divinidad a lo que saliera de ella. Dos de las narigueras fueron colocadas intencionalmente dentro de su boca para su entierro.


                                                    

Las estólicas, o propulsores de lanzas, eran armas de gran contenido simbólico; eran utilizadas en la caza ritual del venado, en la que participaban personajes de alta jerarquía. En la tumba de la Señora de Cao se encontró por primera vez estos objetos rituales en el entierro de una mujer.






Las 23 estólicas de madera, forradas en cobre dorado, que acompañan a la Señora de Cao están ornamentadas con representaciones de aves y personajes.



Gracias al cuidado que se tuvo en preservar su cuerpo, 1600 años después su entierro los tatuajes grabados en la piel de la Señora de Cao maravillan al mundo. Serpientes, peces y otras figuras cargadas de simbolismo envuelven a la Dama de los Tatuajes, como una armadura de magia y poder.



Hallar un contexto funerario intacto es motivo de júbilo para la comunidad científica. No solo porque es muy poco frecuente, sino también porque la relación de los objetos entre sí ofrece información valiosa sobre las creencias y costumbres de épocas pasadas. En el 2006, los arqueólogos del Proyecto Arqueológico El Brujo hallaron intacto el mausoleo de la Señora de Cao, enterrado intencionalmente en uno de los edificios superpuestos de la Huaca Cao, en el Complejo Arqueológico El Brujo. Se trataba, por si fuera poco, de la tumba de una gobernante mujer, de piel tatuada y rodeada de un impresionante ajuar funerario. Todo esto convirtió al hallazgo de la Señora de Cao en un hito en la arqueología peruana.

El fardo, que pesaba 120 kilos, tenía dibujado un rostro humano en la capa exterior, a la altura de la cabeza. 
Una de las telas que envolvían a la Señora de Cao era un tejido continuo de más de 70 metros, que le daba 48 vueltas al cuerpo. 
Cuando los científicos llegaron al cuerpo momificado de la Señora de Cao, descubrieron un cuenco de metal que había sido colocado sobre su rostro. El cuenco contenía cinabrio (sulfuro de mercurio), el mismo polvo rojizo que había sido utilizado para preservar su cuerpo.



El hallazgo de esta impresionante gobernante Mochica ha llamado la atención del mundo entero La Señora de Cao, junto a su ajuar funerario,está depositada en el  Museo Cao, un ambiente cuidadosamente climatizado, con todas las condiciones ideales para la conservación y protección de este invalorable hallazgo, y como protagonista de un recorrido que nos ubica  en el increíble universo de los antiguos pobladores del Valle de Chicama. 

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