jueves, 19 de diciembre de 2019

LUCAS CRANACH EL VIEJO


Pintor y grabador alemán. No hay certezas sobre los comienzos ni la formación de este artista, del que no conocemos obras seguras hasta su llegada a Viena entre 1501 y 1502, cuando ya tenía unos treinta años de edad. De esos tiempos son sus primeras piezas conocidas, pinturas religiosas de pequeño tamaño y poderosa expresividad. Contemporáneamente comienza a producir estampas que, partiendo del ejemplo de Durero, consiguen transmitir un intenso impacto emocional. En Viena goza de estrecho contacto con varios de los más reconocidos humanistas de la ciudad, a los que a menudo retrata con una alta dosis de veracidad acompañados de sus atributos simbólicos más queridos. En la obra religiosa de los años siguientes, el dramatismo de las composiciones, preferentemente diagonales y oblicuas, se refuerza a ­través de las líneas quebradas con las que se forman los personajes, recorridos por una angustia tanto física como psíquica. A la vez, hay que destacar su maestría a la hora de reproducir el paisaje, insertando frecuentemente a sus figuras en un entorno de gran exuberancia vegetal. En 1504, Cranach es reclamado a Wittenberg para trabajar al servicio del príncipe elector de Sajonia Federico el Sabio, comenzando una carrera como pintor de corte que continuaría en el servicio de tres diferentes electores. 

A partir de aquí, su prestigio fue enorme en la ciudad, y los elogios y prebendas se sucedieron paulatinamente. En 1508 se le concedió un escudo de armas, una serpiente alada que se convertiría en la firma personal para sus obras. En diversos escritos fue aclamado por sus amigos humanistas, que le comparaban a los pintores de la Antigüedad, parangonándole a Apeles, Parrasio o Zeuxis. En 1508 realizó un viaje diplomático a Holanda, e incluso llegó a ser nombrado burgomaestre de Wittenberg en tres ocasiones entre 1534 y 1540. Su situación económica también era próspera, pues a sus ganancias como cortesano y pintor independiente, se unían sus trabajos editoriales en la producción de estampas además de otras diversas actividades mercantiles.
 Para dar abasto a la enorme producción de obras que se le reclamaban (sobre todo para componer las decenas de retratos principescos que la corte le exigía), formó un numeroso taller, en el que también trabajaba su hijo Lucas. Su amistad con los reformadores cismáticos lo colocó en una posición ideal a la hora de participar en la crea­ción de la nueva iconografía protestante y la traducción en imágenes de la naciente doctrina. Sus estampas sirvieron como apoyo a las palabras de los doctores protestantes en sus debates teológicos, e incluso proporcionó imágenes para la traducción de la Biblia de Lutero, parte de la cual se editó en la imprenta que había hecho instalar en su propia casa. Su amistad y cercanía a Lutero también sirvieron para que se convirtiera en el divulgador de su efigie con la realización de retratos tanto en pinturas como en estampas. Todo ello no le impediría, sin embargo, seguir recibiendo encargos desde el bando católico, especialmente por parte del cardenal Alberto de Brandenburgo. También es de destacar su poética del desnudo, crítica y provocadora hacia los ejemplos de la Antigüedad que se admiraban en la pintura italiana. Los cuerpos aparecen sumergidos en una naturaleza frondosa tanto en celebraciones líricas de la Edad de Oro perdida como para servir de admonición moral ante los vicios, especialmente con figuras femeninas que se debaten entre la inocencia y la seducción. El príncipe protestante Juan Federico de Sajonia, para el que trabajaba el pintor, fue derrotado y capturado en 1547 en Mühlberg por Carlos V, y cuando fue liberado en 1552, se dirigió a Weimar, donde Cranach se le unió. Allí moriría al año siguiente.
Su apellido real difiere según las fuentes y puede ser Sünder, Sunder o Sonder; posteriormente se añadió como apellido el nombre de su ciudad natal.
Después de Alberto Durero, es quizá el más conocido e importante de los renacentistas alemanes.
 The Sermon of St. John the Baptist 
Se desconoce donde realizó su aprendizaje, es probable que conociera al maestro alemán Matthias Grünewald, del que posiblemente recibió algunas lecciones. Grünewald practicó en Bamberg y en Aschaffenburg, siendo Bamberg la capital de la diócesis donde Cranach vivía.



Por encargo de estos, pintó numerosas escenas bíblicas y mitológicas, desnudos sensuales, algo que fue totalmente novedoso en la pintura alemana.


Alrededor de 1508 pintó varias piezas de altar para el castillo de Wittenberg, compitiendo con Alberto Durero y Hans Burgkmair, entre otros contemporáneos suyos.

Su amistad con Martín Lutero se reflejó de alguna forma en su obra expresando en sus pinturas parte de los sentimientos reformistas en Alemania, en la que se hacía propaganda del protestantismo. Las prensas de Cranach fueron usadas por Lutero.


Fue sobre todo un gran retratista, aunque realizó numerosas escenas religiosas de mediano formato para oratorios particulares, y sobre todo temas de mitología en los que plasmó desnudos femeninos, imponiendo un canon femenino muy peculiar, estilizado y de aspecto juvenil, con ojos almendrados, senos menudos y piernas largas. Repetía sus escenas con modelos fijos con ligeras variantes.


El anagrama de la serpiente alada se incluía en todas ellas, más como sello del taller que como garantía de autoría, tras su muerte, su taller, que continuaron sus hijos, en señal de luto por su muerte en 1537, el anagrama familiar se modificó, disponiendo las alas de la serpiente hacia abajo. Ello nos permite realizar una cronología sobre las obras realizadas antes y después de tal fecha.



Sus pinturas de mayor calidad de la familia Cranach son las de la primera época, especialmente las anteriores a los años en que ambos hijos empezaron a colaborar. Las de 1508-20 son relativamente escasas en el mercado y alcanzan precios astronómicos.



Aunque Cranach el Viejo fue muy prolífico, mantuvo un nivel de calidad alto, con una ejecución muy esmerada que requería múltiples capas de pintura al óleo aplicadas en finas veladuras.
De ferviente católico, pasó a apoyar incondicionalmente el luteranismo, que promovió con sus retratos y grabados, la fama internacional de Martín Lutero y Philip Melanchthon.




En algunos grabados al parecer, quiso ridiculizar al Papa y a la Casa de Habsburgo. A raíz de la derrota de las tropas protestantes ante Carlos V en la batalla de Mühlberg, en 1547, el elector Juan Federico I de Sajonia fue apresado y enviado al exilio a Weimar, y Cranach le acompañó.
Y en Weimar murió, el 16 de octubre de 1553.



En España podemos ver varias y magníficas obras del artista en el Museo del Prado y en el Museo Thyssen Bornemisza, ambos en Madrid.

Saints Genevieve and Apollonia

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