Durante una estancia en Bennecourt, a orillas del Sena, Monet realizó esta maravillosa escena protagonizada por Camille, su compañera con la que había tenido un hijo. Camille se sitúa bajo unos árboles a orillas del agua, junto a un bote. Al fondo vemos las casas del pueblo, algunas de ellas reflejadas en las aguas del río. El estudio lumínico es sensacional obteniendo a la perfección el efecto de luces y sombras, creando un ambiente tomado directamente del natural. Las pinceladas han sido aplicadas formando pequeñas comas, eliminando los detalles. Resulta significativo cómo las formas se van eliminando paulatinamente como podemos observar en los reflejos. La estampa japonesa provoca la planitud de algunas zonas del lienzo eliminando la perspectiva tradicional.
http://www.artehistoria.com/v2/obras/2172.htm
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