A diferencia de la Pradera de San Isidro, Goya sí realizó el cartón de la Gallina ciega, basándose en el boceto que había sido presentado a Carlos III.
Las escenas debían servir como modelo para los tapices destinados al
dormitorio de las infantas en el Palacio de El Pardo, pero el encargo se
paralizó por el fallecimiento del monarca. Goya describe la escena como
figuras jugando al cucharón, pero ha pasado a la historia con el título
de la Gallina ciega. Lo más significativo de la estampa es la
perfección con la que han sido captados el movimiento y el ritmo de las
figuras, algunas en unos preciosos escorzos. La alegría y la vitalidad
envuelven la escena, que se sugiere puede representar al amor ciego. De
hecho, las dos figuras de la izquierda están más pendientes de flirtear
que del juego en sí. Respecto al color, quizá sea ésta una de las
imágenes más colorista del maestro, al utilizar el blanco puro, amarillo
y gris. Las pinceladas sueltas vuelven a triunfar, aparentando una
minuciosidad en los detalles inexistente.
http://www.artehistoria.com/v2/obras/1463.htm
No hay comentarios:
Publicar un comentario