Degas pretendió desde el primer momento obtener un sonado éxito con esta
obra. Para ello realizó numerosos estudios preparatorios y buscó
fuentes antiguas en las que inspirarse, escogiendo algunos elementos
clásicos y otros tomados de relieves asirios e incluso de Piero della Francesca.
Tal era su deseo de triunfo para una escena desarrollada en los límites
de la historia. Paradójicamente nunca llegó a exponer en público - ni
siquiera a concluir definitivamente - esta obra, guardándola en el
estudio y exhibiéndola a los amigos que le visitaban, entre ellos Manet.
La reina de Babilonia, Semiramis, observa desde una terraza la
construcción de su ciudad, al fondo. Rodeada de su corte, contempla con
gesto de satisfacción los resultados de su magna obra. Los miembros de
esa pequeña corte muestran la facilidad de Degas para situar a
diferentes figuras en el espacio, colocándolas en variadas posturas para
demostrar su dominio de la composición. Para dar sensación de
profundidad recurre a esbozar los edificios del fondo, contemplándose
con esfuerzo las torres y las columnas de algunos de ellos que recuerdan
al Renacimiento.
El color se convierte indirectamente en protagonista al utilizar una
gama más o menos armónica en el fondo, mientras que para las figuras
emplea una mayor diversidad que los hace más autónomos. Sería donde
juega con los contrastes cromáticos para crear un efecto más realista y
alegre.
http://www.artehistoria.com/v2/obras/1661.htm
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