Renoir también sintió una especial atracción hacia las escenas de la vida cotidiana como le Moulin de la Galette, los Paraguas
o este Almuerzo de remeros, escenas cargadas de alegría y vitalidad. La
composición fue realizada en el restaurante de Fournaise, posando sus
amigos Aline Charigot -la mujer de la izquierda con el perrito-, el
pintor Caillebotte -sentado a horcajadas en primer plano- o la modelo
Angèle mirando al pintor. Lhote, Lestringuez y otros conocidos del
artista también se distribuyen por el lienzo de manera acertada. Un
perfecto bodegón de botellas, frutas, platos y copas preside la
composición, demostrando Renoir su facilidad para ese género. Las
figuras se sitúan bajo un toldo que evita la entrada de la luz solar,
provocando sombras coloreadas típicas del Impresionismo.
La factura es cuidadosa, destacando el perfecto dibujo de las figuras
con el que resalta su volumen, mientras que el fondo está más abocetado.
La luz tomada directamente del natural, la disposición de las figuras
en la escena, los rostros de los personajes muy realistas y la sensación
de vida que se respira en el conjunto hacen de esta obra una de las más
atractivas del pintor.
http://www.artehistoria.com/v2/obras/4137.htm
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