Miguel Ángel es el artista con mayúsculas; pintor, escultor y arquitecto,
su personalidad es tan fuerte que define los cánones del genio.
Michelangelo Buonarroti nació en Caprese, cerca de Arezzo, el 6 de marzo
del año 1475. Pertenecía a una familia acomodada su padre Lodovico
di Leonardo di Bounarroto Simone era "podestá" de Florencia en esa
localidad - que se trasladó a la capital de Toscana a las pocas semanas
de nacer el pequeño. La madre, Francesca di Neri di Miniato del Sera,
confió la alimentación del pequeño a una nodriza, hija y mujer de
canteros, dato que será considerado por el artista como fundamental para
su formación. Cuando Miguel Ángel tiene seis años fallece su madre; en
esos momentos conoce al pintor Francesco Granicci, un mozo de 12 años
que le anima a pintar, lo que no será del agrado de Lodovico Buonarroto
Tras algunos años de "lucha" entre padre e hijo, Lodovico da su brazo a
torcer - él deseaba que su pequeño realizara una carrera administrativa
o comercial más satisfactoria que la pintura y Miguel Ángel ingresa
con trece años en la "bottega", el estudio, de Domenico Ghirlandaio
con quien aprendería las técnicas del fresco y desarrollaría su
extraordinaria capacidad como dibujante. Tras una corta estancia en la
"bottega" - que parece abandonar por discrepancias con su maestro -
inicia estudios de escultura en el Jardín de los Médici, bajo el
patronazgo de Lorenzo el Magnifico
y la dirección artística del donatelliano Bertoldo di Giovanni. Estos
años serán de gran felicidad para el joven ya que es acogido como hijo
adoptivo por el Magnífico en el palacio Médici, donde vivía con los más
destacados miembros del humanismo: Poliziano, Marsilio Ficino,
Pico della Mirandola. Sus primeros trabajos escultóricos se realizan en
estos años bajo la protección de los Médici. La caída de la familia
gobernante de la ciudad, a la que contribuyó decididamente la actuación
del clérigo Girolamo Savonarola, provocó la huida del joven artista, primero hacia Venecia y después a Bolonia, donde estudió las obras de Jacopo della Quercia. En el invierno de 1495-1496 regresa a Florencia,
donde trabaja para Pierfrancesco de Médici, también simpatizante del
gobierno popular dirigido por Savonarola al igual que Miguel Ángel. En
estos años juveniles manifiesta ya una profunda admiración hacia la
anatomía que le llevará a acudir casi todas las noches al depósito
municipal de cadáveres para practicar disecciones que le permitieran
conocer mejor la estructura interna del cuerpo humano. En sus obras
escultóricas de estos momentos - especialmente la Centauromaquia -
muestra un dominio del movimiento y de la anatomía que no había sido
conseguido por Donatello.
PIETÁ DEL VATICANO
En el mes de julio de 1496 se traslada a Roma por primera vez. En la Ciudad de los Papas recibirá el encargo de su famosa Pietà
del Vaticano, mostrando su manera de trabajar en un Baco y un Cupido
esculpidos para el banquero Jacopo Galli.
DAVID
De regreso a Florencia realizó
el David y la decoración de la Sala del Consejo del Palazzo della Signoria, siendo el encargado de elaborar la Batalla de Cascina que compitiera con la Batalla de Anghiari encargada a Leonardo.
BATALLA DE CASCINA
En el boceto demuestra una vez más su obsesión por el desnudo, que será
modelo de un buen número de artistas jóvenes por aquellas fechas. Ambas
obras han desaparecido por desgracia. En 1505 el poderoso papa Julio II
reclama a Miguel Ángel que regrese a Roma ya que le va a encargar una
tumba con cuarenta figuras, digna de tan elevado personaje.
MOISES
MOISES
Pero el
magno proyecto se vio reducido a la realización del Moisés
y los Esclavos. Los caracteres del Papa y del artista eran tan
diferentes que los enfrentamientos, a pesar de la mutua y profunda
admiración que se manifestaban, no tardaron en aparecer. El propio
Miguel Ángel denominará a ese encargo la "Tragedia del Sepulcro".
TECHO DE LA CAPILLA SIXTINA...
Será
el mismo Julio II quien también le encargue su obra maestra: el techo de
la Capilla Sixtina,
a cuya decoración dedicará cuatro años, entre 1508 y 1512. El trabajo
fue agotador ya que no contaba con ningún ayudante y puso de manifiesto
el fuerte carácter del maestro agravado por su insatisfacción
característica, la escasez de honorarios y las numerosas demandas de
ayuda que recibe de su familia, especialmente de su hermano Buonarroto.
Es significativo el texto de una carta que escribe a su padre en enero
de 1509: "Hace un año que no recibo un céntimo del papa y no lo pido
porque mi trabajo no va adelante como creo que merece. Esta es la
dificultad del trabajo y el no ser mi profesión. Pierdo tiempo sin
provecho. Dios me asista". En una nueva carta se reafirma en sus
opiniones al manifestar: "Sigo aquí disgustado y no muy sano, con gran
trabajo, sin gobierno y sin dineros". Tras el fallecimiento de Julio II
en 1513, sus herederos reducen el proyecto de sepulcro, lo que supondrá
un importante varapalo para el maestro. Los viajes son continuos y
tienen como punto de destino Carrara, donde se sentía tranquilo y
sosegado junto a la familia con la que se crió.
FACHADA DE SAN LORENZO DE FLORENCIA
El papa León X
le encarga la decoración de la fachada de san Lorenzo en Florencia -
obra que quedará inconclusa.
PLANO DEL VESTIBULO DE LA BIBLIOTECA LAURENTINA
TUMBA DE LORENZO DE MEDICI-LA AURORA
SARCOFAGO DE LORENZO Y GIULIANO DE MEDICI
TUMBA DE GIULIANO DE MEDICI
Realizando también los planos de la Biblioteca Laurentina y las Capillas Mediceas, donde se alojarían las tumbas de Giuliano y Lorenzo de Médici
con las famosas estatuas de la Aurora y el Crepúsculo y la Noche y el
Día. Estos años trabajará para el gobierno de la República de Florencia
como ingeniero militar, siendo nombrado en 1529 "gobernador general de
las fortificaciones" y trasladándose a Pisa, Livorno y Ferrara para
comprobar el estado de sus murallas.
EL JUICIO FINAL
En 1534 Miguel Ángel se instala
definitivamente en Roma, donde realizará el Juicio Final,
en la Capilla Sixtina, por encargo del papa Paulo III, quien le nombra
pintor, escultor y arquitecto del Vaticano. En el Juicio Final, Miguel
Ángel exhibirá su admiración hacia la anatomía que le llevará a desnudar
al propio Cristo, anticipando con sus figuras el Barroco. Pero la reacción moral no se hizo esperar y ya en vida del maestro se empezaron a tapar los cuerpos, siendo Volterra
uno de los encargados. Los pleitos con los herederos de Julio II para
la ejecución de la tumba se suceden llegando a situaciones límite de las
que salió airoso gracias a la ayuda del papa.
Llevará a cabo los
frescos de la Capilla Paolina
inmediatamente después de acabar con el Juicio, una vez resueltos sus
problemas con los herederos de Julio II, consintiendo éstos en la
renuncia del maestro a la ejecución de los trabajos y admitiendo la
colocación del Moisés en el nuevo proyecto. Desde 1546 Miguel Ángel se
dedica especialmente a la arquitectura; tras fallecer Antonio da Sangallo asume la dirección de las obras de la basílica de San Pedro del Vaticano
BASILICA DE SAN PEDRO DEL VATICANO
PALACIO DE LOS CONSERVADORES
Compaginando los trabajos con el diseño de la escalinata del Capitolio y el Palacio de los Conservadores.
En estos años mantendrá una encendida amistad con la poetisa Vittoria
Colonna, mujer de místico temperamento que llevará a Miguel Ángel a
expresar en sus obras y escritos una dolorosa fe, manifestando un
ineludible deseo de penitencia. La fama del maestro alcanzó elevadas
cotas en los últimos años de su vida, siendo nombrado "jefe" de la
Academia de Dibujo de Florencia. Vasari,
en sus famosas "Vidas", y Ascanio Condivi, con su biografía, le
encumbrarán.
TUMBA DE MIGUEL ANGEL
El artista de la "terribilità", que definiría el último Cinquecento,
fallecía en Roma el 18 de febrero de 1564 a la edad de 89 años. Su
sobrino Leonardo llevará en secreto el cadáver del genio hasta Florencia
en el mes de marzo, celebrándose solemnes funerales por su alma en la
iglesia de San Lorenzo, antes de ser enterrado en Santa Croce. La
ajetreada vida de Miguel Ángel fue llevada a la novela por Irving Stone
en "El tormento y el éxtasis" sirviendo de base a una película con el
mismo título.
http://www.artehistoria.com/v2/personajes/2750.htm
Un soneto de Miguel Ángel Buonarroti (1475 – 1564)
No tiene el gran artista ni un concepto
que el mármol en sí no circunscriba
en su exceso, mas solo a tal arriba
la mano que obedece al intelecto.
El mal que huyo y el bien que prometo,
en ti, señora hermosa, divina, altiva,
igual se esconde; y porque más no viva,
contrario tengo el arte al deseado efecto.
No tiene, pues, Amor ni tu belleza
o dureza o fortuna o gran desvío
la culpa de mi mal, destino o suerte;
si en tu corazón muerte y piedad
llevas al tiempo, el bajo ingenio mío
no sabe, ardiendo, sino sacar de ahí muerte.
http://www.artehistoria.com/v2/personajes/2750.htm
Espero que os haya gustado este paseo por una pequeña pacela de la obra de
un dios del arte...gracias.
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