En las pinturas mitológicas realizadas en los años centrales de la década de 1610, Rubens combina de manera sobresaliente su maestría con el color, adquirida tras su estudio de los maestros venecianos -Tiziano, Tintoretto, Veronés- con su conocimiento de la antigüedad. Las referencias a las esculturas clásicas inundan este tipo de composiciones como se observa en Venus, Ceres y Baco o esta Venus frigida, para la que se inspiró en la Afrodita acurrucada de Diodalsas, cuya copia romana se conserva en el British Museum de Londres.La figura de la Venus aparece en la zona derecha de la composición, dando la espalda al espectador, protegiendo del frío con su blanco velo al pequeño Cupido. Tras ellos, observamos un sátiro, figura que lleva en sus manos la cornucopia con las frutas que simboliza la abundancia. El paisaje del fondo es un añadido posterior.Las luces y los colores están inspirados en la escuela veneciana pero podemos apreciar un guiño a la escuela flamenca a la que Rubens pertenece al interesarse el maestro por los detalles, haciendo gala de un exquisito dibujo. La figura de la diosa corresponde al canon de belleza habitual en el maestro flamenco, una dama con blancas carnes por cuyo cuerpo resbala la luz para acentuar su belleza.Este obra deriva de una máxima popular recogida por el dramaturgo Terencio: "Sine Cerere et Libero (ie Bacchus) friger Venus" (Sin comida ni bebida el amor se enfría).
http://www.artehistoria.com/v2/obras/14639.htm
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