lunes, 23 de septiembre de 2019

LEONORA CARRINGTON...LA "NOVIA DEL VIENTO"


Primero de sus padres, después de los nazis, más tarde de una institución psiquiátrica de Santander. La pintora, escultora y escritora británica,Leonora Carrigton (para muchos la última superviviente del surrealismo), no encontró un poco de paz hasta que en la década de los 40 se instaló en México, ciudad en la que residió hasta su fallecimiento.
Era la "la novia del viento" para el artista Max Ernst, "una mujer indomable, un espíritu rebelde, una leyenda" para la escritora Elena Poniatowska, y "la que nos libera de la miserable realidad de nuestros días" para Luis Buñuel. Ella, sin embargo, se definió como "una persona como cualquier otra que ha descubierto en la vida simplemente lo que ha podido". Y es que la vida de Leonora Carrington es díficil de resumir con los tres apellidos que surgen al consultar su biografía: pintora, escultora y escritora. De padre inglés y madre irlandesa, nació el 6 de abril de 1917 en Chorley, un pueblo de la zona rural de Lancashire en el noroeste de Inglaterra. Pero desde que tuvo uso de razón, se pasó la vida huyendo de esta zona de la geografía británica.



Aunque Leonora Carrington ya había encontrado el lugar al que pertenecía, su mundo se puso boca abajo cuando conoció a Max Ernts. Por aquel entonces, el pintor alemán de 47 años (le doblaba la edad) y casado, ya contaba con una fama dentro del arte surrealista de vanguardia. La pareja se enamoró y se trasladó a Francia, primero a París, donde compartió tiempo y espacio con todas las amistades del alemán (Louis Aragon, Paul Éluard y Nusch, Marcel Duchamp y André Breton), y más tarde a la comuna de Saint-Martin-d'Ardèche, en el sureste del país.
Cuando todo parecía perfecto para la pareja (a pesar de que los padres de ella no aceptaban esta relación), la Segunda Guerra Mundial estalló en sus vidas. Max Ernst fue declarado enemigo del régimen de Vichy en septiembre de 1939. Su detención y posterior encarcelamiento en el campo de Les Milles fue para Leonora Carrington un duro golpe que la desestabilizó psicológicamente. A su pésimo estado mental, la pintora y escritora tuvo que sumar una cercana invasión de las fuerzas nazis alemanas que le llevaron a huir a España. Derrumbada física y mentalmente, por gestión de su padre, terminó ingresada en un hospital psiquiátrico de Santander, experiencia que la marcó tremendamente tanto en el plano personal como profesional. Por esta razón, en su libro Memorias de abajo, llegó a escribir: «España fue como una prisión para mí».



Su estancia en España no duró demasiado. En 1941, logra escapar de este hospital con dirección a Lisboa. Cuenta la leyenda, que sus padres volvieron a dar con ella en la capital lusa y que intentaron enviarla a otra institución psiquiátrica, en esta ocasión en Sudáfrica. Lograron meterla en un barco con destino a la excolonia británica, pero logró huir alegando que tenía que ir al baño. Salió corriendo y recaló en la embajada de México donde el diplomático y escritor mexicano Renato Leduc la ayudó a escapar de Europa. Después de este episodio, nunca volvió a tener contacto con sus progenitores.
Para irse del viejo continente, Renato Leduc y Leonora Carrington se casaron y juntos se trasladaron a México, con escala en Nueva York. El matrimonio solo duró dos años, pero sirvió para que la pintora y escritora británica encontrara la paz en el país americano. Un par de años más tarde volvió a pasar por el altar, pero en esta ocasión de verdad, al conocer al fotógrafo Emericko Weisz, el compañero de Robert Capa, con quien tendrá dos hijos: Gaby y Pablo. Durante esta etapa, la también escritora restablece sus lazos con varios de sus colegas: André Breton, Benjamin Péret, Alice Rahon, Wolfgang Paalen y la pintora Remedios Varo.



La pintora y escritora Leonora Carrington mostró, al igual que su mentor, el líder del movimiento surrealista y su principal ideólogo, el poeta André Breton, un gran interés por el esoterismo, el ocultismo, las religiones primitivas, la magia y la alquimia. Quizá por eso Breton la acogería con tanto entusiasmo, alabando sus cuentos de hadas y su literatura oscura, ligeramente caústica y profundamente imaginativa. 
En 1936, siendo aún una jovencita de 19 años, Leonora Carrington haría su entrada triunfal en la escena surrealista, de la mano de su padrino Breton y de Max Ernst, su amante, treinta años mayor que ella, con el que se fugaría a Paris para dar rienda suelta a su talento artístico y, sobre todo, para escapar del yugo asfixiante de una familia acomodada inglesa, que lejos de comprender la excéntrica personalidad de la muchacha, la habían hecho recorrer diferentes centros psiquiátricos.

( Fruta Prohibida, óleo sobre lienzo, 1959)
La pintura de Leonora Carrington, deudora en cierto modo del arte más febril del Bosco y de las visiones del hermetismo y la alquimia, así como de su fértil imaginación poética y fértil inconsciente, constituye un legado asombroso y genial.Leonora Carrington, que además de la pintura cultivo la poesía y el relato de corte surrealista, terminó formando parte del círculo de exiliados surrealistas europeos en la Ciudad de Mexico. Amiga de Remedios Varo, el arte de Carrington comparte formal e iconográficamente numerosos elementos con el de esta artista mexicana


(Autorretrato de 1937,  Detalle)

(Los animales, de carácter totémico, así como las criaturas mitológicas y fantásticas, tienen un papel preponderante en pintura de Leonora Carrington)

( San Antonio ermitaño)

(La hermana del Minotauro,  1953)
(Les distractions de Dagobert , temple y óleo sobre tabla )

La maja del tarot

El gran adios


Sobre Leonora Carrington escribió Octavio Paz: "No era una poeta, sino un poema que camina, que sonríe, que de repente abre una sonrisa que se convierte en un pájaro, después en pescado y desaparece"

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