La obra debe situarse entre los años 1430-1450 y son tres los autores que trabajan en las 53 tablas que componen el retablo de la Catedral Vieja de Salamanca (2 en la planta).
Las obras principales corresponden al artista Italiano Daniel Delli, más conocido como Dello Delli, a él corresponden las 12 primeras tablas, que son sin duda las que mayor calidad tienen. Dello contaría con ayuda de sus dos hermanos, Sanson Delli realiza algunas tablas de la parte central del retablo ayudado de artistas locales que trabajarían bajo las órdenes de Dello Delli. Por fin el tercer hermano Nicolás Delli, más conocido como Nicolás Florentino, realiza algunas de las últimas tablas de la obra y la pintura del Juicio Final que se encuentra en el cascarón del ábside de la Catedral.
El retablo presenta un ciclo de la vida de la Virgen María y de Jesucristo, desde el Nacimiento de la Virgen hasta el tránsito de la Madre de Cristo, todo acompañado de escenas de la vida de Jesús y rematadas por el magnífico Juicio Final. Las pinturas se muestran como muy avanzadas para el momento artístico que se vive en España en ese momento, algunas de las soluciones renacentistas que aparecen en los edificios de las pinturas, así como algunas cúpulas que recuerdan la obra que Brunelleschi son demasiado nuevas para un país que todavía construye en gótico. Los colores vivos, destacando entre ellos el rosa, hacen muy reconocibles las pinturas. La influencia de la pintura italiana, en concreto de la escuela sienesa y florentina, mezclado con los detalles típicos de la pintura flamenca, se unen de forma magistral para ofrecer un magnífico ciclo pictórico.
En la parte del cascarón del ábside se representa el Juicio Final, donde aparece Jesucristo que camina amenazante para separar a los buenos de los malos. La mano derecha de Jesús se encuentra entre la bendición y la amenaza, la mano izquierda se la lleva al pecho con intención de abrirse la herida del costado y enseñarla a todo el mundo. El esquema iconográfico de Jesucristo es igual al que posteriormente utilizará Miguel Ángel para el Juicio de la Capilla Sixtina. Cristo aparece rodeado de ángeles que portan diferentes elementos de la pasión. A sus pies se encuentran la Virgen María y Juan Evangelista de rodillas esperando el avance de Jesús que parece que camina. A la derecha de Cristo aparece los salvados, vestidos de blanco, a su izquierda los condenados, desnudos y que parecen caminar hacia la boca de un monstruo gigante. Entre las figuras de los condenados se aprecian los rostros de algún obispo y algún Papa, aludiendo a que nadie está libre del juicio de Dios.
El retablo está presidido por una imagen conocida como la Virgen de la Vega, patrona de la ciudad. La imagen, realizada en madera, está cubierta de bronce sobredorado con incrustaciones de esmaltes y piedras preciosas. Procede del desaparecido monasterio de Santa María de la Vega, de canónigos regulares de San Agustín situado en la vega del río Tormes. Debe fecharse en el siglo XII, sigue modelos bizantinos, inmóvil, sostiene en sus rodillas al niño, mostrándolo al espectador con su mano derecha.
Fundada por Jerónimo de Perigord, el primer obispo de la restaurada diócesis de Salamanca en 1102, por encargo de Raimundo de Borgoña, y su esposa Dña. Urraca de León, hija de Alfonso VI de León, que también ordenó la repoblación de la ciudad con gentes venidas de Francia, castellanos, portugueses y mozárabes ocuparon la periferia.
El templo posee una planta de cruz latina con tres naves de factura románica en un conjunto, aunque se remata con bóvedas de transición al gótico. Se terminó gracias al impulso que dio a las obras Alfonso Barasaque obispo de Salamanca de 1361 a 1375, para ayudar a la finalización de la Catedral Vieja de Salamanca fundó la Cofradía de la Obra de Santa María de la Sede, con ayuda de las limosnas entregadas.
Al frente de esta sede catedralicia estuvieron personajes ilustres, como el obispo Jerónimo de Perigueux, de origen francés, capellán del Cid Campeador y obispo de Valencia. Por ese motivo, se guardan en los archivos de la Catedral algunas donaciones realizadas por Don Rodrigo y Doña Jimena, como el famoso Cristo de las Batallas, y hoy venerado en la capilla que lleva su nombre de la Catedral.
Cristo de las Batallas de El Cid Campeador antes de la restauración – Imagen de Amigos del Románico
La nave central de esta Catedral viejaPosee unas dimensiones importantes, 52 x 9,20 x 16,70 metros; mientras que las naves laterales son de 50 x 5,50 x 11,20 metros. Todas las naves están rematadas con tres ábsides de la Capilla Mayor y capillas laterales. En la nave lateral izquierda se halla recortada en su anchura por la construcción del muro superpuesto de la Catedral Nueva; un muro compartido por ambas catedrales.
En el muro de la nave del Evangelio se halla el altar de Santa María la Blanca, cuya imagen, del siglo XIV, fue traída a la Catedral Vieja al ser destruida la Iglesia de esta advocación por la riada de San Policarpo ocurrida en 1626, cuando se desbordó del río Tormes, dejando 200 personas fallecidas y más de 1500 casas destruidas. Las pinturas laterales representan a San Antonio de Padua y a Santa Rosa de Lima. Y sobre este altar se hallan pintados y descritos los dieciocho milagros atribuidos al Cristo de las Batallas.
En el muro de la nave de la Epístola, mirando hacia el altar mayor puede contemplarse una gran imagen de Cristo Crucificado, de autor desconocido. Si avanzamos por la nave se halla el altar de San Cristóbal con pinturas de Santa Teresa y Santo Domingo.
El cimborrio o Torre del gallo Este animal corona la veleta de esta torre pertenece al grupo de Cúpulas del Duero, entre ellas se encuentran las catedrales de Zamora, Plasencia y la propia Catedral Vieja de Salamanca junto con la Colegiata de Toro.
Se apoya en un tambor con dieciséis columnas, aligerado por treinta y dos ventanas, al tiempo que dieciséis nervios enlazan en un rosetón. Se cruzan encontrándose en la parte central del cimborrio externamente presenta gallones separados mediante cresterías, cubierta toda de escamas.
Una serie de capillas rodean al claustro. Fue construido durante el último tercio del siglo XII, bajo el pontificado de Vidal. Posteriormente el obispo Sancho de Castilla mejora su arquitectura con techumbres mudéjares, de las cuales quedan algunos restos en la Capilla de Santa Catalina.
El terremoto de Lisboa de 1755 arruinó una parte importante, y motivó su reconstrucción de manos del arquitecto Jerónimo García de Quiñones con tendencias neoclásicas, quien amplió sus dimensiones en un piso superior. También resultó muy dañados vario frescos de los siglos XIII-XIV que decoran los sepulcros.
Capilla de San Martin ,donde reposan los sepulcros de seis personalidades ilustres para Salamanca. A los lados del retablo: a la izquierda, el de Dña. Mafalda, Infanta de Castilla, hija del rey Alfonso VIII de Castilla. Dos episcopales, Sancho de Castilla, arzobispo de Toledo entre los años 1259 y 1261, hijo de Fernando III el Santo.
También descansan Don Gonzalo Vivero, Deán de la Catedral de Lugo, más tarde también fue catedrático de la Universidad de Salamanca y posteriormente rector. Aunque enterrado como tío y sobrino, realidad eran padre e hijo, también está enterrado el hijo de este, Arias Díaz Maldonado.
En el muro derecho se halla el sepulcro del arcediano Fernando Alonso, hijo de Alfonso IX, y hermano del rey Fernando III, el Santo. Más adelante y por orden de situación, están sepultados las siguientes personalidades; Pedro, obispo, en la Capilla del Santísimo; los del arcediano de Ledesma Don Diego García López, Elena de Castro, el deán de Ávila Don Alfonso Vidal y del chantre Aparicio Guillén, en el crucero sur.
Esta capilla de San Salvador, fundada por Rodrigo Maldonado, natural de Talavera, catedrático de Derecho y rector de la Universidad, era canciller de la Orden de Santiago, orden religiosa y militar surgida en el siglo XII en el Reino de León. En su interior se encuentra su sepulcro y el de su esposa, en el centro de la capilla.Es la mas antigua de todas las capillas que forman el claustro.Esta cubierta con una cupula octogonal con 16 nervios paralelos dos a dos que se apoyan en columnas y que forman una estrella de ocho puntas en la clave,tiene influencia islamica del siglo XII y esta presidida por un retablo del siglo XVI de gran valor.
En un lateral se conserva el pendón rojo carmesí de los comuneros, conseguido en la batalla de Villalar.
Capilla de Santa Bárbara,fué fundada por el obispo Juan Lucero en 1334, se encuentra enterrado en la parte central. Este obispo de Salamanca, redactó los primeros estatutos de la Catedral en 1345. De esta capilla resulta impresionante la magnífica decoración de cerámica de Talavera frente al altar.
Desde los comienzos de la Universidad de Salamanca, la más antigua de España, cuando los estudios se hacían en la propia catedral, esta capilla servía como lugar donde se realizaban los exámenes finales.
A comienzos del siglo XVII, para celebrar la fiesta el doctorando debía ofrecer un toro a sus compañeros que, tras torearlo y matarlo, servía para la comida de celebración lo que hacía que conseguir un doctorado solamente estuviera al alcance de gente con posibilidades económicas. Si el estudiante no superaba el examen, salía por otra puerta, conocida como la Puerta de los Carros o de los burros, donde no había ni amigos ni fiesta.
Capilla de Santa Catalina, o Capilla del Canto,fundada en el siglo XII por el obispo Vidal, y reformada y ampliada en el XV con bóveda de crucería. Es la capilla más espaciosa de todo el claustro. En ella se han desarrollado todo tipo de actividades como actos académicos de la Universidad, conciertos, etc…
Dentro de dicha capilla se encuentra el sepulcro del maestro compositor salmantino Manuel Doyagüe, pinturas de Pedro Bello fue un pintor discípulo de Fernando Gallego. Su obra más conocida son las puertas del retablo de Santa Catalina de la Catedral de Salamanca.
Capilla de San Bartolomé, o de Anaya...En la parte central está el sepulcro que dice la inscripción esculpida en la reja de su tumba:
Aquí yace el señor don Diego de Anaya, arzobispo de Sevilla, fundador del insigne Colegio de San Bartolomé, fue el fundador de la capilla y obispo de Salamanca devoto de San Bartolomé y mecenas que fundó el Colegio Mayor de San Bartolomé (el más antiguo de Salamanca).
El edificio original, resultó muy dañado en el terremoto de Lisboa, de 1755 y en su lugar edificado el actual Palacio de Anaya. Esta capilla fue reformada en el siglo XVI, como puede apreciarse en la bóveda estrellada que cubre el techo de la misma. Además, en la capilla se conserva un órgano que pasa por ser uno de los más antiguos que existen, aunque actualmente no funciona.
En los muros de la capilla aparecen otros sepulcros de semejante estilo como los de Gutierre de Monroy y su esposa, los padres y hermano del fundador. La capilla se ve completada por un interesante retablo.
Fuera ya de las capillas, como elementos destacables en el claustro tenemos el epitafio de los hermanos ingleses arquitectos Randulfo y Ricardo profesores de Estudio Salmantino que fue origen de la Universidad de Salamanca fueron quienes fundaron en 1175 la Iglesia de Santo Tomás Cantuariense; estando la iglesia en construcción, falleció Randulfo el 10 de marzo de 1194, según consta en un epitafio pintado en el muro del claustro de la Catedral Vieja salmantina.
También destacan sepulcros, como el del arcediano Diego Rodríguez con una gran estatua y escudo sostenido por ángeles, con esta inscripción: Aquí yace el reverendo señor Don Diego Rodríguez arcediano de Salamanca, del canónigo Pedro Xerique.
En el friso se lee:
Aquí yace el honrado Pedro Xerique canónigo de Salamanca que docto las doncellas y dejó aquí otras memorias.
Estas salas capitulares fueron construidas en el año 1526. Por su antigua dedicación, añadidas al claustro en el siglo XVI. Son tres espacios donde se ubica el Museo Catedralicio junto con la siguiente capilla. Como interés artístico ofrecen una bella puerta manierista y varios artesonados mudéjares.
En ellas se han reunido pinturas y esculturas de los siglos XIV al XVII. La pinacoteca goza de piezas de autores importantes Un rico artesonado de estilo mudéjar con ornamento renacentista, que fue realizado por el carpintero Pedro Nieto.
Como han podido comprobar esta pequeña catedral románica, comparada con la espléndida catedral gótica de al lado, tiene un montón de secretos y curiosidades guardadas.
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