Van Gogh tuvo preferencia por la noche a la que asoció con la poesia. Le gustaba trabajar en esas horas oscuras de las que dice recibe energía.
“A menudo, la noche me parece más viva y colorida que el día”
Estas palabras del pintor nos hacen conscientes de la predilección que sentía por esas horas oscuras, momentos para reflexionar que él consideraba fuente de inspiración y creatividad. Saber esto ha sido un paso más que me acerca a Van Gogh, pero descubro que aún me falta mucho para conocerle del todo. Pienso que siempre habrá un algo en él que quedará desconocido para nosotros, aunque su vida esté reflejada en las cientos de cartas que escribió. Su correspondencia se destaca por la sensibilidad que mostraba en las descripciones de los lugares y los paisajes que le rodeaban. A través de estas cartas conocemos también sus reflexiones sobre arte, colores, religión y literatura, e incluso nos muestran bocetos de sus dibujos y pinturas por realizar. De lo que no hay duda es de que su carácter (a veces introvertido e inseguro de su capacidad artística, y otras veces temperamental, irascible pero también sensible e impresionable) tuvo una gran influencia en el camino que siguió su vida y en las decisiones que dieron por resultado toda su obra, por aquel entonces no valorada ya que en opinión de algunos él no sería capaz de hacer algo de importancia.
El sembrador
El Van Gogh que se presenta es un hombre autodidacta, interesado en la esencia de la vida, con amor por la naturaleza y el arte, pero también inseguro de su capacidad y decepcionado en otras ocasiones. Empieza su carrera artística observando a los antiguos maestros, entre ellos Rembrandt. Aprende con la práctica, dibujando paisajes y campesinos, trazos sobrios, siluetas, molinos, puentes, cabañas, Casas de campo, con un ambiente acogedor y algo melancólico, quizás bajo la influencia del poema de François Coppée, Tristement. Se siente atraído por la lectura de Heine, Bretón, Goethe, Victor Hugo. Se ejercita en pintar lo oscuro “que no deja de ser color”, y de esta forma realiza su obra Los comedores de patatas con una semblanza oscura y deprimente de la vida rural, tan oscura resultó... que pensó en pintarlo de nuevo;cosa que no sucedió.
Noche estrellada sobre el Rodano
A su llegada a París se le presentan nuevas perspectivas de experimentar con los colores al conocer las obras de François Miller, Delacroix y Toulouse-Lautrec y de impresionistas como Edouard Manet, Paul Signac, Claude Monet, que le ponen en contacto con la luz. Y esa luz le sorprende en la Provenza, en Arlés, en La casa amarilla, en Los girasoles.
La casa amarilla
Siente una especial atracción por los ciclos de la naturaleza, la siembra, el período de floración y la cosecha y su semejanza con la vida del hombre, nacimiento, madurez, muerte. Cipreses, olivos, almendros, campos, en ese paisaje grávido, fértil, desde donde le llega la voz del trigo, encuentra material de inspiración para su obra. De esta etapa hay dos versiones de El sembrador, las que muestra el museo. Van Gogh lucha contra los demonios que le agreden apoderándose de su voluntad con ideas de delirio, y sigue pintando, una vez ingresado en el hospital, el espacio que alcanza a ver desde la ventana de su habitación, el jardín, el patio. A su hermano le escribe que, a veces, se levanta de noche para asomarse al exterior y respirar el aire de esas horas silenciosas. Más tarde, cuando esté internado en el hospital de Saint Paul de Mausole, dispondrá de una habitación propia y espacio para un taller de pintura.
Esta inclinación por las horas del crepúsculo y de la noche (quizás influencias de una época de luces de gas, farolas y Nocturnos de Chopin) era también una tendencia de la Escuela de Barbizon, admirada y seguida al principio por el pintor, aunque Van Gogh aportó un estilo propio, más llamativo en colores y en el movimiento del pincel. Toda esta exposición de Van Gogh y los colores de la noche está dedicada a las representaciones de esas horas nocturnas y del anochecer, combinándolas con los temas de la vida. Sin embargo, Vincent van Gogh seguía preguntándose cuándo pintará un cielo estrellado, ese cuadro que tiene constante en la cabeza. Decía, “con frecuencia tengo la sensación de que la noche es más rica en colores que el día; violeta, azul y los más intensos tintes verdes”. Y lo que podría parecer un imposible, pintar un paisaje en la oscuridad, fue una realidad haciendo uso de la imaginación o quizás los sueños. En La noche estrellada sobre el Ródano, el protagonismo lo alcanzan las estrellas con su halo amarillo y las luces de gas difuminadas en el agua. La silueta de la ciudad de Arlés permanece callada, y unos pequeños toques de verdes y azules iluminan la composición. En primer plano una pareja en su propio sueño. La segunda Noche estrellada fue pintada en las horas del día, desde la ventana del sanatorio de Saint-Demy, trece meses antes de morir. Los trazos son vigorosos, de una fuerza abrumadora. El cielo intenso en el color y en continuo movimiento en espiral, las colinas de Alpilles al fondo y en el centro el pueblo con una torre de aguja en la iglesia, que te hace pensar más en algún lugar de Holanda. El ciprés determina la línea del horizonte. Y siempre presentes las estrellas tal como las soñaba el pintor.
Observando estos cuadros se percibe la presencia de un Vincent inquieto, poético con sus pinceles, vulnerable en los sentimientos, que ama el arte por encima de todas las cosas, convencido de su destino de pintor cuando escribe “… y el plan que me he propuesto para mi vida es hacer tántas y tan buenas pinturas y dibujos como pueda”.
Un recorrido rápido sobre la fascinación de Vincent van Gogh por las horas oscuras, el crepúsculo y la noche, y en la que la vida, la naturaleza, la poesía, las emociones, y sus miedos tienen un lugar preferente en su obra, y que se presenta como una precursora del arte moderno por lo llamativo de sus colores y lo rítmico de su pincel.
Un recorrido rápido sobre la fascinación de Vincent van Gogh por las horas oscuras, el crepúsculo y la noche, y en la que la vida, la naturaleza, la poesía, las emociones, y sus miedos tienen un lugar preferente en su obra, y que se presenta como una precursora del arte moderno por lo llamativo de sus colores y lo rítmico de su pincel.
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