miércoles, 17 de julio de 2019

LA BATALLA DE ANGHIARI Y LEONARDO DA VINCI




La batalla de Anghiari (en italiano, La battaglia di Anghiari) es una pintura al fresco de Leonardo da Vinci, actualmente perdida, pintada en un muro del Salón de los Quinientos del Palazzo Vecchio de Florencia entre 1503 y 1506. Consta que en su ejecución Leonardo contó con la ayuda de un pintor al que los documentos llaman «Ferrando Spagnuolo, dipintore», que pudiera ser Fernando Yáñez de la Almedina o quizá Fernando Llanos. Leonardo abandonó Florencia en 1506, dejando la pintura inacabada. En 1549 aún estaba a la vista, pero desapareció en 1563 como muy tarde, al encomendarse a Giorgio Vasari la remodelación decorativa del gran salón. Recientemente algún experto ha afirmado haber hallado con ayuda de un endoscopio, el antiguo fresco disimulado tras un muro debajo de los frescos de Vasari. 



Se conocen varios de los dibujos preparatorios elaborados por Leonardo da Vinci, aunque ningunos permite ver la escena en su conjunto. Los caballeros que ocupaban el centro de la composición, la llamada Lucha por el estandarte, es la parte mejor conocida gracias a cierto número de copias antiguas en papel y un grabado de Lorenzo Zacchia el joven, de 1558, que pudo ser utilizado en 1603 por Peter Paul Rubens para un dibujo conservado en el Museo del Louvre, la más célebre de esas réplicas del fresco perdido.






La Batalla de Anghiari representa la victoria de Florencia sobre Milán en ese pueblo toscano. Hay datos precisos de su existencia: durante varios años la obra estuvo expuesta en un salón del Palazzo Vecchio de Florencia. Muchos pudieron admirar el gigantesco fresco, descripto como “una obra milagrosa”, con caballeros y sus caballos animados en una profunda torsión, tanto es así que varios artistas realizaron copias, incluido Rubens que reprodujo su parte central, obra que actualmente pertenece al Louvre (París). 

leonardo
                                            Estudio de los caballos para la Batalla de Anghiari 




El viernes 6 de junio de 1505, con las campanadas de la decimotercera hora [alrededor de las 9:30 h.], empecé a pintar en el Palazzo. Nada más aplicar la primera pincelada, el tiempo se estropeó, y la campana de la chancillería empezó a tocar a rebato. Se desprendió el cartón. La jarra se volcó y vertió el agua. El tiempo siguió empeorando y ya no paró de llover hasta el anochecer. La oscuridad era tan grande que parecía que fuera de noche.» 



                                  Estudio para el rostro de uno de los soldados 

El 24 de octubre de 1503, el Consejo asignó a Leonardo un local en Santa María Novella para que le sirviera de estudio. Leonardo da Vinci dibujó su gran cartón en Santa María Novella, representando una escena de la vida de Niccolò Piccinino, un condottiero al servicio del duque Filippo Maria Visconti de Milán. Dibujó una escena de un violento choque de caballos y una furiosa batalla de hombres peleando por el estandarte en la batalla de Anghiari. Giorgio Vasari en su libro Le Vite declara que es imposible expresar la manera magistral en la que Leonardo representó esta escena sobre el papel:
 «Sería imposible expresar la inventiva del dibujo de Leonardo para los uniformes de los soldados, que esbozó en toda su variedad, o las crestas de los yelmos y otros ornamentos, por no mencionar la increíble habilidad que demostró en la forma y los rasgos de los caballos, que Leonardo, más que ningún otro maestro, creó en toda su osadía, músculos, y graciosa belleza».

Leonardo montó un ingenioso andamio en el Salón de los Quinientos que podía alzarse o doblarse del mismo modo que un acordeón. La pintura iba a ser su obra más grande y sustancial. Leonardo tenía una mala experiencia con la pintura al fresco (La Última Cena, refectorio de Santa María delle Grazie, Milán). La técnica del fresco no era apropiada para Leonardo, porque requiere una ejecución rápida y en lugar de ello Leonardo está lleno de pensamientos, de tiempos de reflexión y de lentitud. 


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